Se equivocaron

Richard Dawkins

Traducción: Gabriel Rodríguez Alberich

Original en inglés: They were wrong


El abogado defensor de los vándalos de Greenpeace le aseguró al tribunal que sus clientes eran “el tipo de personas que uno esperaría encontrar haciendo de jurado”. Estaba completamente en lo cierto, por supuesto. Pero, lejos de ser una referencia al buen carácter de los acusados, es una crítica al sistema de jurados. No me sorprende nada leer que, tras el proceso, se pudo ver a miembros de jurado “felicitando a los acusados”.

¿Qué tipo de mensaje envía este veredicto? ¿Es, como han dicho algunos, una carta de privilegio para allanadores de moradas, pirómanos y vandalizadores de cabinas telefónicas? ¿Tenemos ahora la libertad de cometer crímenes bajo el supuesto de que un jurado de espectadores del Gran Hermano y lectores del Sun llegará a un veredicto sin estar contaminado por los hechos del caso? No hemos llegado a eso todavía. Pero estamos cerca. Hay que distinguir rotundamente entre estos hechos y ese tipo de desobediencia civil que podemos justificar con motivos razonables y genuinos.

Lord Melchett no es Gandhi ni Mandela, que adoptaron la acción directa como el único recurso posible contra un régimen opresivo. Por otro lado, seguramente él y sus amigos no sean tan siniestros como sugieren sus uniformes con el emblema "traje de descontaminación". Pensándolo bien, Lord Melchett es más un tontorrón con pájaros en la cabeza que un soldado de asalto de Mosley.

Ese general de las fuerzas aéreas que salía en Teléfono rojo ejecutando una devastadora acción directa en defensa de “nuestros preciosos fluídos corporales”, es... ficción, solo eso. Las equivocaciones populares sobre los alimentos modificados genéticamente entran dentro de la clasificación de “preciosos fluídos corporales”. Si escogiésemos 12 personas al azar, la mayoría bien podría pensar que MG[1] es una sustancia, como el DDT. O que si son "contaminados" por el MG, sufrirán una transformación de tipo Frankestein. O no entenderían qué es lo gracioso en el eslogan del manifestante que dice: “No queremos ADN en nuestros tomates”. ¿No hay algunas creencias demasiado estúpidas como para que la "sinceridad" sea una excusa?

Muchos creemos que el News of the World[2] es una afrenta a la decencia humana. ¿Tenemos ahora libertad para incendiar sus oficinas editoriales? Mucha gente cree con sinceridad que el aborto es asesinato legalizado. ¿Marcará este veredicto a Greenpeace la apertura de la veda de médicos y clínicas, como sucede en algunas partes de Estados Unidos?

Algunas personas creen sinceramente que sus opiniones particulares sobre el precio de la gasolina les da derecho a actuar unilateralmente y bloquear los suministros esenciales del país. Es de suponer que Greenpeace se opondría a estas personas, ya que unos impuestos altos sobre la gasolina ayudan a reducir la polución. No hace falta proyectar mucho nuestra imaginación en el futuro para ver a los guerreros de Greenpeace asaltando las barricadas de los conductores de camiones manifestándose por la gasolina. Si hay víctimas y daños, ¿debería el jurado absolver a ambas partes, bajo el pretexto de que ambas creían sinceramente en sus doctrinas (opuestas e incompatibles)?

¿Es este realmente el país en el que queremos vivir? ¿Es así como queremos decidir la política? A eso es a lo que parece llevarnos el veredicto a Greenpeace.

El gobierno ha caído lamentablemente en su propia trampa. ¿Fue inteligente fomentar esos arranques de "sentimiento" irracional, y todo ese llanto histérico por la "Princesa del Pueblo"[3]? ¿Se ha convertido el sentimiento en el nuevo pensamiento? Si es así, puede que el gobierno tenga algo de responsabilidad indirecta.

Una vez le hicieron una pregunta a Carl Sagan para la que no tenía respuesta, y así lo dijo él con firmeza. El entrevistador insistió: “¿Pero qué le dicen sus entrañas?” La respuesta de Sagan es para el recuerdo: “Pero yo intento no pensar con mis entrañas. Si realmente quiero comprender el mundo, entonces pensar con algo que no sea mi cerebro, por muy tentador que pueda resultar, seguramente me dará problemas. No pasa nada por guardarse una opinión hasta que aparezca evidencia.

Sinceramente, no sé qué pensar acerca de los cultivos modificados genéticamente; y nadie debería. Todavía no hay evidencia. Algunos tipos particulares de modificación genética pueden ser una idea muy mala. O puede que una idea muy buena. Precisamente, como no lo sabemos, tenemos que descubrirlo. Ese es el objetivo de los ensayos experimentales como el que ha saboteado Greenpeace. Los científicos no conocen todas las respuestas y no deben pretender conocerlas. La ciencia no es un compendio de doctrinas; por contra, es un método para descubrir cosas. Es el único método que funciona por definición, ya que, si aparece un método mejor, la ciencia lo incorporará. Si no se nos permite realizar ensayos experimentales con cultivos modificados genéticamente, nunca sabremos las cosas buenas o malas que conllevan.

Sabemos que las dosis grandes de rayos X son muy peligrosas. Pueden inducir mutaciones y provocar cáncer. Pero si se utilizan con cuidado y moderación, los rayos X son una herramienta de diagnóstico que no tiene precio. Todos debemos agradecer que el predecesor de Greenpeace no saboteara los experimentos de Roentgen sobre rayos X o las investigaciones de Muller sobre la mutagénesis.

Dependemos de la investigación científica para predecir las consecuencias, tanto buenas como malas, de la innovación. Es una conjetura razonable (no un sentimiento de las entrañas) que los cultivos modificados genéticamente también acabarán teniendo aspectos buenos y malos. Por supuesto, será posible modificar plantas para nuestro beneficio. Y por supuesto, sería posible modificar plantas en direcciones deliberadamente malévolas.

Es muy probable que, como en el caso de los rayos X, hasta las buenas modificaciones puedan terminar teniendo algunos efectos secundarios. Lo mejor será descubrirlos ahora en ensayos controlados cuidadosamente, antes que dejar que emerjan más tarde. En retrospectiva, es una pena que no se hiciera más investigación desde el principio sobre los peligros de los rayos X. Si se hubiera hecho, a los niños de mi generación no les habrían permitido jugar con las máquinas de rayos X de las zapaterías.

Necesitamos más investigación, no menos. Y si hay que tener a activistas protestando por los cultivos peligrosos, dirijamos su entusiasta atención a esos cultivos cuyos efectos perniciosos ya se conocen porque se permitió la necesaria investigación. Como el tabaco.



[1] N. del T.: Modificado genéticamente (GM en inglés)

[2] N. del T.:Noticias del mundo, un diario sensacionalista del Reino Unido

[3] N. del T.:People's Princess, se refiere a Diana de Gales.