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Re: [escepticos] Dawkins sobre la masacre..



planetario wrote:

> Merece la pena:
> http://www.guardian.co.uk/wtccrash/story/0,1300,552388,00.html

Traducción al español de Javier Marí:

Los misiles descarriados de la religión



Promete a un joven que la muerte no es el final y de buena gana
causará un desastre.

Reportaje especial sobre el terrorismo en los USA

Richard Dawkins

Sábado 15 de Septiembre de 2001

The Guardian

Un misil teledirigido corrige su trayectoria mientras vuela,
dirigiéndose hacia la fuente de
calor del motor del avión. Aún siendo un gran avance sobre un
simple cohete, todavía no
puede distinguir objetivos concretos. No puede hacer blanco en un
rascacielos de Nueva
York predeterminado si es lanzado desde tan lejos como Boston.

Esto es precisamente lo que un moderno "misil inteligente" puede
hacer. La miniaturización
de las computadoras ha avanzado hasta el punto que un misil
inteligente moderno puede
ser programado con una imagen de la skyline1 de Manhattan junto
con las instrucciones
para hacer blanco en la torre norte del World Trade Centre.
Misiles inteligentes de ésta
sofisticación son poseídos por los Estados Unidos, como aprendimos
en la guerra del golfo,
pero están económicamente más allá de los terroristas ordinarios y
científicamente fuera
del alcance de los gobiernos teocráticos. ¿Existe una alternativa
más fácil y económica?

Durante la segunda guerra mundial, antes que la electrónica fuese
pequeña y barata, el
psicólogo BF Skinner llevó a cabo algunas investigaciones sobre
misiles guiados por
palomas. La paloma es situada en un pequeño habitáculo, habiendo
sido previamente
entrenada para pulsar unos mandos de forma que se mantenga el
objetivo designado en el
centro de la pantalla. Una vez dentro del misil, el objetivo puede
ser real.

El principio funcionaba, si bien, nunca fue llevado a la práctica
por las autoridades de los EE
UU. Aun teniendo en cuenta los costos del entrenamiento, las
palomas son más económicas
y ligeras que las computadoras de similar efectividad. Los ensayos
en las cajas de Skiner
sugieren que una paloma, después de un régimen de entrenamiento
con tiras de colores,
realmente puede guiar un misil hasta un objetivo distinguible en
el sur de la isla de
Manhattan. La paloma no sabe que está guiando un misil. Solo
procura que los dos
rectángulos altos estén en la ventana, mientras regularmente es
recompensada con comida
por un dispensador hasta que ocurre... lo obvio.

Las palomas pueden ser más baratas y disponibles que los sistemas
de guiado automáticos,
pero no hay forma de evitar el coste del misil en si mismo. Y
ningún misil lo suficientemente
potente como para causar graves daños puede penetrar el espacio
aéreo de los Estados
Unidos sin ser interceptado. Lo que se necesita es un misil que no
sea reconocido como tal
hasta que sea demasiado tarde. Algo como una gran avión de
transporte civil, con señas
de identidad tan inocuas como un bien conocido piloto y una gran
carga de combustible.
Esa es la parte fácil. Pero ¿cómo incluyes el necesario sistema de
guiado? No puedes
esperar que el piloto ceda el asiento de la izquierda a una paloma
o una computadora.

¿Y si en lugar de usar palomas usamos seres humanos? Los seres
humanos son cuanto
menos, tan numerosos como las palomas, sus cerebros son
significativamente más caros
que los de las palomas, y para muchos tareas son
significativamente superiores. Los
humanos tenemos tienen un largo historial de hacerse con los
aviones por medio de
amenazas, las cuales funcionan debido a que los pilotos legítimos
valoran sus vidas y las de
sus pasajeros.

La lógica presunción que el secuestrador también valora en última
instancia su vida, y que
actuará racionalmente para preservarla, lleva a los controladores
aéreos y al personal de
tierra a tomar decisiones calculadas que no funcionarían con
módulos de guiado sin un
sentido de autoconservación. Si tu avión está siendo secuestrado
por un hombre armado el
cual, más allá de estar preparado para asumir riesgos,
presumiblemente quiere salir con
vida, existe un lugar para la negociación. Un piloto racional
cumple con las exigencias del
secuestrador, hace aterrizar al avión, sirve algo de comida
caliente a los pasajeros y deja
las negociaciones a personas entrenadas para negociar.

Este es precisamente el problema con el sistema de guiado humano.
Al contrario que la
versión paloma, este sabe que el éxito de la misión implica su
propia destrucción. ¿Es
plausible desarrollar un sistema de guiado biológico con la
obediencia y prescindibilidad de la
paloma pero con la habilidad y recursos para infiltrarse de un ser
humano? Lo que
necesitamos en última instancia es un humano a quien no importe
ser sacrificado. Este
sería el sistema de guiado perfecto. Pero los entusiastas del
suicidio son difíciles de
encontrar. Aun los pacientes terminales de cáncer perderían los
nervios cuando la hora del
impacto se fuese acercando.

¿Podemos coger otros humanos completamente normales y de alguna
forma, persuadirlos
de que no van a morir como consecuencia de estrellar un avión
contra un rascacielos?
¡Faltaría más! Nadie es tan estúpido, pero ¿Y si convencemos a
alguien de que el choque
es solo la mitad del trabajo? Partiendo de que van a morir ¿no
podemos hacerles creer que
van a volver a la vida después de todo? ¡No seas estúpido! No,
espera, puede funcionar.
Les ofrecemos una pasaporte rápido hacia un magnífico oasis en el
cielo, con fuentes de
agua fresca que calmen sus sed. Arpas y alas no creo que
satisfagan al tipo de hombres
jóvenes que necesitamos, así que ofrezcámosles una recompensa
especial de 72 novias
vírgenes garantizadas y exclusivas para cada uno.

¿Les convencerá? Si. Jóvenes desbordantes de testosterona
demasiado poco atractivos
para conseguir una mujer en este mundo, estarán desesperados por
ir a por sus 72 novias
vírgenes particulares en el otro.

Es una corta historia, pero merece intentarse. Has de elegirlos
jóvenes. Dales un completo
y autoconsistente trasfondo de mitología para hacer la gran
mentira plausible. Dales una
libro sagrado y haz que lo aprendan apasionadamente. Realmente
creo que debe funcionar.
Estamos de suerte. Tenemos ese sistema al alcance de la mano: un
sistema de control
mental listo para usarse y puesto a punto y refinado durante
siglos, transmitido de
generación en generación. Se llama religión, y, por razones que
algún día entenderemos,
muchísima gente cae en ella. (Sin ir más lejos, en los mismo
Estados Unidos de América, si
bien esta ironía ocurre sin ser noticia) Todo lo que necesitamos
ahora es dar unas cuantas
lecciones de vuelo a algunos de estos fanáticos.

Burlón? ¿Trivializador e incompresible diablo? Ese es exactamente
lo contrario de mi
intención, la cual es mortalmente seria y nacida de una profunda
pena y angustia. Estoy
intentando llamar la atención sobre el elefante que hay en la
habitación y que todo el
mundo es demasiado políticamente correcto o demasiado devoto para
señalar: la religión,
y, específicamente, el devaluador efecto que la religión tiene
sobre la vida humana. No me
refiero a que devalúe la vida de otros (aunque también lo hace, a
veces), sino a que
devalúa la propia vida. La religión enseña el peligroso sinsentido
que la muerte no significa
el final.

Si la muerte es el final, es de esperar un agente racional que
aumente el valor de la vida y
sea contrario a arriesgarla. Esto hace el mundo más seguro, del
mismo modo que un avión
es más seguro si su secuestrador quiere sobrevivir. En el otro
extremo, si el suficiente
número de personas se convence a si mismo, o son convencidas por
sus sacerdotes, que
una muerte en el martirio es el equivalente a pulsar el botón del
hiperespacio y
transportarse a través de un agujero de gusano a otro universo, el
mundo puede
convertirse en un lugar muy peligroso. Especialmente si creen que
el otro universo es un
escape paradisíaco de las tribulaciones del mundo real.
Rematándolo con la creencia
sincera, aunque ridícula y degradante para las mujeres, de
promesas sexuales. ¿Existe
alguna otra maravilla que los ingenuos y frustrados jóvenes estén
clamando para ser
seleccionados para misiones suicidas?

No existe duda alguna que el cerebro obsesionado con la vida
después de la muerte es un
arma de un inmenso poder y peligro. Es comparable a un misil
inteligente y su sistema de
guiado es en muchos aspectos superior al más sofisticado cerebro
electrónico que el dinero
pueda pagar. Y para cualquier gobierno, organización o iglesia, es
extremadamente barato.

Nuestros líderes han descrito la reciente atrocidad con el
acostumbrado cliché. Cobardía
inconsciente. "Inconsciente" puede ser la palabra apropiada para
el vandalismo en una
cabina telefónica. Pero no es útil para entender que impactó sobre
Nueva York el 11 de
septiembre. Esas personas no eran inconscientes y ciertamente, no
eran cobardes. Al
contrario, tenían mentes lo suficientemente efectivas y abrazadas
por un insano coraje, y
esto puede hacernos comprender medianamente de donde proviene este
coraje.

Viene de la religión. La religión es además, la línea de base del
divisionismo en el oriente
medio que ha motivado en primer lugar el uso de esta arma mortal .
Pero esto es otra
historia de la que no me ocuparé aquí. Mi objetivo aquí es el arma
en si misma. Un mundo
con religión, o con religiones del tipo Abrahámico, es como llenar
las calles con pistolas
cargadas. No debe sorprendernos que se utilicen.

Richar Dawkins es profesor de "Public Understanding of Science",
Universidad de Oxford, y
autor de "El Gen Egoísta", "El Relojero Ciego" y "Destejiendo en
Arco Iris"


1. "Skyline" literalmente, linea del cielo, es la irregular linea
del horizonte formado por los rascacielos de
Nueva York visto desde la distancia, o bien desde las propias
calles de la ciudad.