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Re: [escepticos] Paradigma





he oido decir que algunas empresas en madrid tienen oficinas "de carton
piedra" llenas de gente encorbatada cuya mision es ofrecer "imagen" a los
que visitan la empresa, pero que en realidad (hablando de programacion) ni
son los programadores que hacen el trabajo ni tienen ni puta idea del tema...


Yo he conocido dos de éstas a través de un amigo. No es exactamente que la gente trabajando esté encorbatada; eran programadores reales (pero baratos, sin experiencia).

Lo que ocurre es que una empresa extranjera "en período de expansión
internacional" (je) quiere "desembarcar", digamos, en Madrid. Pero claro, si en
España no hay nadie que conozca a este empresa y sí a la competencia, ¿cómo
pueden abrirse un hueco?


La respuesta es abrir una oficina y llenarla de programadores que no están
trabajando realmente; sí, están tecleando, pero a esto se le llama "período de
prueba en formación". Pueden ser becarios, o estar acabando la tesis, o tener
contratos basura. O quien sabe, lo mismo sí que están haciendo un trabajo
real... pero subcontratados, eso sí.


Total, que esta compañía extranjera que está desembarcando en España ha
pensando en tres o cuatro clientes; cuando digo "cliente" me refiero a una
empresa grande española que se sabe que ha mostrado interés recientemente
por algún tipo de producto que produce la empresa desembarcante. Por decir
una chorrada, a lo mejor se han enterado de que el Corte Inglés está buscando
un nuevo sistema informático de gestión de almacenes. Las palabras clave aquí
son "pocos clientes pero multimillonarios".


La jugada entonces es montar la oficina de cartón piedra para liar al menos a
uno de los clientes, haciéndole creer que la empresa extranjera van en serio y
que ya tienen otros contratos y que están en España para quedarse.


¿Cómo se consigue esto?

Se alquila una planta de un rascacielos. Se compran o alquilan unos cuantos
ordenadores (esto puede ser sorprendentemente barato). Se hacen unos
cuantos contratos basura a unos jóvenes pringaíllos. Se busca a un jefe español
experto en relaciones públicas que conozca a gente en las empresas cliente
objetivo (a estas alturas no es realmente importante que este jefe nativo sepa
mucho de informática: todavía no están trabajando). Se gastan una pasta
gansa en "logótica": logos de la empresa en todas partes; en la entrada al
edificio, estatuas en tres dimensiones con el logo como motivo en la entrada,
carteles, un poco de publicidad en los periódicos para que el logo le suene a
todo el mundo. Tengo logo, luego existo.


Ah, y lo más importante: una tía buena en recepción rodeada de palmeras
y fuentes. No es coña, si no hay una jovencita bonita para recibir a los
clientes, no se da la imagen de tecnólogos. Lo ideal sería consiguer para
ella un bonito uniforme de azafata con falda corta y luciendo el logo de la
empresa en algún sitio que atraiga las miradas.

Total, que el jefe experto en relaciones públicas hace su trabajo y algún día
vienen los de las empresas cliente a ver las oficinas de la empresa
desembarcante. A primera vista, esa oficina de cartón piedra es indistinguible
de una empresa real. No es como una fábrica, donde te puedes dar cuenta de
que parte de la maquinaria es vieja; todas las empresas de informática son
iguales. (Incluso en el detalle de que todos los programadores son chiquillos.)


Si pican, pues estupendo: se consigue el primer gran contrato y la oficina de
cartón piedra irá evolucionando hacia "lo real".


Si no pican... pues no pasa nada: se cancela el contrato de alquiler de
la planta en el rascacielos, se despide al jefe y a los programadores y
a la tía buena (en realidad no se les despide, lo que ocurre es que no
superan el período de prueba de tres meses que establece el contrato),
se revenden los ordenadores, y se tira la logótica a la basura (merecido
final, a fe mía). Y la empresa extranjera se vuelve a su país con unas
pérdidas de quizás 5 o 20 millones; poca cosa para el ambiente de
hace un par de años; vamos, un riesgo calculado.

Todo esto suele sentar bastante mal a la gente que ha estado trabajando
un par de meses para luego volver al paro. Pero mira, son jóvenes, y así
maduran.

Sí, sí que existen.

Un abrazo,

Santi