[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

El peso de la prueba



Señor Jiménez:

Si me dirijo a usted y no a otra persona es por un motivo muy
sencillo de entender: Usted es el autor del artículo sobre el
Hombre-pez y usted es quien ha publicado los facsímiles de los
documentos y las transcripciones plagadas de errores.

Si yo tengo conocimientos paleográficos y usted no, quien debe buscar
asesoría para replicarme es usted.
Me parece abusiva su pretensión de que yo me dirija a una persona que
nada tiene que ver en este debate para que refute mi análisis
paleográfico.
¿Por qué no consulta usted a esa persona que, al parecer, es la
autora de lo que usted publica como propio?

Las cosas en la ciencia no se hacen así. 
Yo he presentado unas pruebas de que sus documentos no son válidos.
Ahora le corresponde a usted probar que yo estoy equivocado, para
ello puede usted consultar donde le plazca y con las personas que
crea conveniente, nadie va a limitar ese derecho.
Pero mientras usted no presente esas pruebas, sus documentos están
bajo sospecha, le guste a usted o no.

Xoan M. Carreira
<xoanmc en lix.intercom.es>


******
De: Iker Jimenez <ije00001 en teleline.es>
Asunto: RE: Objetividad
Fecha: domingo 4 de mayo de 1997 19:37

Señor Carreira:

  Le he felicitado por el análisis paleográfico de los textos, pero
no
estoy de acuerdo con ellos. Yo no puedo ofrecer las pruebas que usted
me
pide. Lo único que puedo hacer es remitirle a Sor Emilia Sierra (
facilita
las cosas el hecho de que usted la conozca) ya que ellla es quien
autentificó y aseguró que esas dos actas eran referentes a Francisco
de la
Vega y no a Juan.
   Los periodístas consultamos para la elaboración de nuestros
reportajes a
personas versadas y cualificadas en la materia que se expone. Sor
Emilia lo
es y no creo que en esto quepa duda alguna. Sin ninguna mala fé me
demostró, con su sabiduria como responsable del archivo, como
aquellas eran
las actas de Frco y no de "j", enseñándome en las listas de registro
las
copias de las otras actas del pelémico Juan de la Vega (nacido cuatro
años
después) de Tomás y la referencia de la inexistencia de Joseph.

  Con total sinceridad le diré que ella es la fuente utilizada ( y
perfectamente citada y venerada en el artículo como ha quedado
demostrado)
para verificar esas actas.
  Como demuestra ser usted un gran experto en paleografía lo lógico
es que
discuta de esta materia con la experta en paleografía y archivísta
que es
Sor Emilia Sierra. Yo no me averguenzo al reconocer que no soy ningún
experto en la materia. Como periodísta, eso si, he procurado rodearme
de
personas coherentes en la temática que tienen sobrados argumentos
para
demostrale a usted su equivocación.

  Amigo Carreira, creo que queda muy clara mi posición., Yo no me
puedo
poner a discutir con usted acerca de una materia que indudablemente
conoce
mejor que yo. Es como si  me pongo a discutir con usted acerca de los
casos
clásicos de la ufología española. Lo más coherente es que, si
realmente
opina que existe un fallo en la interpretación de esas actas, lo
consulte
con las personas competentes que tienen la facultad para demostrarle,
mostrandole los registros realizados en la parroquia de Liérganes, su
equivocación.