Querido Durán: Aunque no tengo el gusto de conocerte, los amigos de mis amigos son mis amigos. Mi adhesión incondicional ( tipo franquista, pero en ácrata ) a tu nombramiento. Por la razón al brillo de los luceros ( ¿ O era: brillan los luceros sin razón? No recuerdo: lo cantábamos en el cole de los curas aquellos...) Saludos Fernando Peregrín