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[escepticos] Reenvío de artículo de Félix Ares en El Correo
Más reenvíos.
Ahora del artículo de Félix Ares, Vicepresidente de ARP, que publica hoy El
Correo. En teoría puede ser consultado también en su versión electrónica,
en la sección de Opinión de http://www.diario-elcorreo.es
Por más que lo intenté, no lo conseguí. Supongo que es debido al estado de
la red, porque tampoco conseguí que me entrase la web de El País. Por si
acaso, como no es demasiado largo y me parece un asunto interesante para la
corrala, ahí os va:
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El legado de la Luna
Félix Ares
Con la llegada del hombre a la Luna, hace 30 años, se alcanzó la meta que se
marcó el presidente Kennedy ante el Congreso en mayo de 1961: «Esta nación
deberá comprometerse a lograr el objetivo de llevar a un hombre a la Luna
antes de acabar esta década...» Era una batalla más de la larga guerra fría
que mantenía con la antigua URSS. La victoria fue para Estados Unidos. El
último alunizaje tripulado tuvo lugar en 1972. Hoy, la guerra fría es sólo
un amargo recuerdo. Desde la lejanía de varias décadas, nos podemos plantear
si mereció la pena, si fue un gasto inútil. La respuesta no es sencilla ni
evidente.
Para los que crean que fue un gasto inútil, no está de más recordar que, ya
en 1972, se estimaba que el desarrollo del programa espacial norteamericano
había producido más de 30.000 posibles usos ci viles de las tecnologías
desarrolladas durante el mismo. De hecho, hoy en día, por cada dó lar
invertido, se han conseguido diez. ¡No parece mala inversión! Muchos
productos de aquellos diez años de intensa investigación espacial casi nos
pasan desapercibidos, porque ya forman parte de nuestra vida cotidiana.
Algunos son evidentes: el desarrollo de satélites artificiales, que nos
envían señales de radio y televisión o nos permiten telefonear desde
cualquier lugar del mundo, por alejado que esté de la civilización. Otros no
son tan obvios. Por ejemplo, ¿ha pensado usted que la monitorización de
pacientes a distancia, tan común en los hospitales actuales, es heredera di
recta de la necesidad de controlar las constantes biológicas de los
astronautas? ¿Ha pensado que los actuales co no ci mien tos so bre la
descalcificación de los huesos, que tanto afecta a nuestras ancianas, y sus
tra ta mientos derivan de los estudios hechos en los astronautas que pa-
saban mucho tiempo sin gravedad? ¿Ha pensado que las pilas de
Níquel-Cadmio, hoy ubicuas en los equipos electrónicos, se inventaron para
el espacio? ¿Sabía que muchos equipos inalámbricos se desarrollaron para
satisfacer las necesidades de los as tronautas?
La carrera espacial potenció la miniaturización de los circuitos electrónicos
y, con ella, propició la aparición de los actuales computadores y equipos de
comunicaciones. El ordenador personal, el teléfono móvil, el programador
computadorizado de las lavadoras, la televisión mundial, la bajada de
precios en las llamadas transoceánicas, las cámaras fotográficas
automáticas, las fotocopiadoras... son sólo algunos ejemplos de los
descendientes de aquellas tecnologías. Todas estas cosas son tan habituales
que casi no nos damos cuenta de que son unas recién nacidas. Hoy, es
habitual que en un telediario se conecte en directo con Kosovo,
inmediatamente después con Estados Unidos, luego con Rusia y un momento
después con Japón. ¿Recuerda usted cuándo fue la primera vez que un programa
de televisión se emitió a veinticuatro países a la vez (lo llamaron
Mundovisión)? Yo sí lo recuerdo. Fue el 25 de junio de 1967. Gracias a los
satélites artificiales de comunicaciones, pudimos ver en directo a los
Beatles, cantando su famoso All you need is love (Todo lo que necesitas es
amor).
Organizar a 400.000 empleados para trabajar de un modo eficaz en un objetivo
único obligó a desarrollar nuevos sistemas de gestión que hoy se emplean en
muchas empresas, influyendo profundamente en el modo de trabajar de muchas
personas. Para muchos analistas, éste fue el mayor logro. La previsión
meteorológica, que ha ayudado a prevenir catástrofes y salvar cosechas; los
satélites GPS, que permiten a los barcos y aviones conocer en cualquier
momento su posición con gran exactitud; los satélites de emisión directa,
que permiten llevar educación médica y agrícola a aldeas remotas en la
India..., todos son hijos directos de aquella aventura.
Para quienes piensan que aquello fue muy bueno, no está de más recordar que
se gastaron 25.000 millones de dólares. Es probable que ese dinero dedicado
directamente a la investigación en satélites, telemedicina, miniaturización,
educación, etcétera, hubiera dado mejores resultados y a mucho mejor precio.
¿Quién lleva razón? Nunca lo sabremos. Como toda actividad humana, la llegada
del hombre a la Luna está llena de claroscuros. Por suerte, la historia
nunca es previsible.
Félix Ares es director de Miramón Kutxaespacio de la Ciencia (Con la
colaboración de Erik Stengler, astrofísico)
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¡Ay, aquella retransmisión de Mundovisión!
Félix, Félix, no me recuerdes esas cosas tan entrañables ;'-)
(En realidad desde mi casa no vimos un pijo, con una imagen llena de rayas
que iba y venía, un sonido lleno de ruidos... Pero bueno, nos contentamos
con las fotos posteriores de los Beatles embutidos en pancartas sandwich, y
con haber asistido al intento)
Saludos,
JM
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José M. Bello Diéguez
jmbello en ctv.es
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