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Re: [escepticos] Conmigo o contra mí / Por Juan Aranzadi




Pedro Luis Gomez Barrondo ha escrito:
> 
>     Hace un tiempo ya salió impreso en el Periódico El País
> http://www.elpais.es/ el siguiente artículo de Juan Aranzadi.
>     Consideré en su momento que era un punto de vista y un análisis
> interesante los que se proponían en el mismo pero, por no cargar las
> tintas sobre un tema que habitualmente es proclive a las demagogias y a
> los prejuicios, decidí no pasarlo a la Corrala.

 Pedro, merece comentario el artículo. Lo que no sé si pretendías es
poner en evidencia con un ejemplo claro lo fácil que es hacer demagogia
con este asunto. El artículo es demagógico de la peor manera, siendo
ofensivo.



> CONMIGO O CONTRA MÍ

 Mal empezamos. Veras como esta queja se resuelve con un palo a las
espinillas.

> 
> JUAN ARANZADI
> 
> A favor del comprensible y justificadísimo clamor popular contra los
> renovados asesinatos de ETA han vuelto a arreciar los llamados a tomar
> partido inequívoco en un dilema maniqueo que sólo ve como posibles dos
> posturas: "¡Con ETA, o con la Constitución y el Estatuto!".
> El principal interpelado por ese ultimátum es el PNV, al que se presiona
> para que abandone Lizarra como condición indispensable para ser aceptado
> entre los demócratas, e incluso para volver a dialogar con él, pero
> también son arrojados a las tinieblas exteriores de la ingenuidad
> culpable y la implícita complicidad con ETA los llamados
> "equidistantes", los "partidarios del diálogo", los "pacifistas a
> ultranza" y todos cuantos declaran sentirse incómodos en ambos lados de
> la barricada.

 A la primera, dura y con mala leche ¿a santo de qué viene esto de "en
ambos lados de la barricada"? ¿esa es la objetividad del autor? Esta
figura literaria que emplea el autor es para tenerla en cuenta durante
toda la lectura del artículo y contemplar qué es en realidad la
objetividad del autor.

> A sabiendas de lo intempestivo de las siguientes consideraciones y pese
> a que no me considero incluido en ninguno de esos desprestigiados
> casilleros, quiero exponer algunas reflexiones y preguntas que
> contribuyan a relativizar la creciente unanimidad en torno a la supuesta
> inevitabilidad y bondad de esa simplificación maniquea.

 ¿La de "ambos lados de la barricada"? ¿no es una simplificación
maniquea según la cual están los de las barricadas por un lado y los
"incómodos en ambos lados de la barricada" por otro?

> No creo ser el único cuyo rechazo a ETA sin paliativo alguno no obedece
> fundamentalmente a motivos políticos, sino a motivos éticos, al rechazo
> incondicional de la muerte como instrumento político, sea cual fuere la
> finalidad que se invoque: la independencia de Euskadi, la soberanía de
> España, el socialismo, la democracia o cualquier otro de los múltiples
> ídolos que los hombres han inventado para morir y matar por ellos. Al
> margen de los espinosos problemas políticos que se derivan del intento
> de sacar todas las consecuencias de ese rechazo ético, hay una que me
> parece indudable y que me impide cualquier equidistancia entre ETA y el
> Estado español actual: la superioridad moral de un Estado que ha abolido
> la pena de muerte sobre una "organización armada" que mata a quien se le
> antoja.

 Entonces, si resulta que una de las "partes" aboga por hacer valer la
superioridad moral de la que habla el autor ¿dónde narices está la
barricada en la que yo estoy? ¿abogar por la ley y la constitución es
estar en una barricada?

> Hay dos falacias básicas en el dilema maniqueo que se nos propone:

 Desde las barricadas ya pasan estas cosas, ya.

 la
> primera identifica el rechazo al crimen político con la ideología
> democrática; la segunda identifica defensa de la democracia con defensa
> de la Constitución y del Estatuto. Esta última falacia excluye sin
> justificación alguna la posibilidad de una crítica democrática de
> aspectos inequívocamente antidemocráticos de la Constitución (como el
> respeto tradicionalista a los "derechos históricos" o el acceso a la
> jefatura de las Fuerzas Armadas por vía hereditaria), así como cualquier
> política que busque por vías democráticas la reforma, cambio o abolición
> de la Constitución y del Estatuto. Esto último, una estrategia política
> pacífica y democrática conducente al cambio o abolición democrática de
> la Constitución y del Estatuto, es lo que el PNV, EA y EH articularon en
> Lizarra como vía pacífica y democrática hacia la independencia de
> Euskadi.

 Esto es innecesario. No viene a cuento porque no se trata de discutir
esos aspectos de la constitución que le traen al pairo a casi todos en
este asunto sino a algo más fundamental como es la ley y la democracia
que la constitución protege.

> Nada más legítimo y lógico que el rechazo del PSOE y el PP a
> incorporarse a Lizarra y a asumir como objetivo político propio la
> versión abertzale de la "soberanía" de Euskal Herria; nada más legítimo
> y lógico que el deseo del PSOE y del PP de que el PNV enmiende su
> estrategia soberanista y retorne al consenso político en torno al
> Estatuto; nada más legítimo y lógico que el intento del PSOE y del PP de
> aprovechar el manifiesto fracaso de la estrategia de Lizarra para
> desalojar del Gobierno vasco al PNV.
> Pero nada de eso autoriza al PSOE y al PP a confundir su legítima
> estrategia política respecto al PNV con una exigencia democrática: antes
> de Lizarra, en Lizarra y después de Lizarra, el PNV se ha movido dentro
> de los límites de la democracia, y exigirle que abandone el
> "soberanismo" como un requisito imprescindible para ser nuevamente
> aceptado en el "bloque democrático" contra ETA, incluso para dialogar
> con él, supone un reconocimiento antidemocrático de que no todos los
> fines políticos pueden ser perseguidos por vía democrática en la
> democracia española.

 Ya. A mi que me cuenten qué es eso de la Asamblea de Municipios como
"embrión de la democracia vasca" para ponernos a discutir la comprensión
de la democracia de ciertos actores de la política y la pertinenecia de
las exigencias de los partidos de ámbito español.

> Es absolutamente deshonesto descalificar Lizarra como "un pacto con
> asesinos", cuando, si lo fue, fue para que dejaran de matar, como
> efectivamente ocurrió durante la "verdadera tregua" de año y medio
> (verdadera y no "falsa tregua", como algunos se empeñan en llamarla,

 Entre otros los propios de ETA, que reconocieron en un comunicado que
todos pudimos leer que decían que el más acertado en el análisis fue el
ministro del interior (ya se sabe, ese que está con la vía policial en
estricta consonancia con lo dictado por los jueces, la ley, la
constitución y esas cosas en uno de los lados de la barricada).

 No sigo. El artículo es un perfecto ejemplo de cómo una frase bien
escogida puede caer como la losa de la refutación sobre todas y cada una
de las ideas que luego se exponen.

 Saludos desde un lado de las barricadas :(

PD. Recién acabo de leer tu réplica a María. Lamento que hables de
bandos y de la violencia que hay en uno y en otro, quedándote tú al
margen, fuera de las barricadas, supongo. El ejemplo de los incidentes
de después de Ermua como ejemplo de la violencia del "bando" que
pretende no ejercerla me impresiona más bien poco y no me convence nada
en absoluto, por dos razones. La primera es que es el único que se cita
como ejemplo de la violencia que ejercen unos a la par que otros como
réplica a la brutalidad sistemática de la "kale borroka". No logra el
objetivo de ilustrar la violencia del "otro bando" cuando en mi pueblo
pasa lo mismo para fiestas todos los años y, en cambio, no hay "kale
borroka" de a 30 millones la acción. Los bandos aparecen por la
violencia sistemática y no por exaltados y aquí sólo se organiza un
bando. La segunda es que se acompaña a veces (no lo digo por ti) de lo
del GAL como violencia también de los que se dicen no violentos. Es
fácil replicar ¡oiga usted, aún admitiendo que me meta en un bando, los
delincuentes no son de mi bando! Y una tercera que se me ocurre ahora
¿se me puede explicar, por ejemplo, las características del bando en el
que está Savater? Por último, no me creo que ni las bofetadas que se le
puedan escapar a gente acobardada ni mucho menos los 8 millones de
personas en la calle sean el resultado de la acción de ningún político
exaltando los ánimos.