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Re: [escepticos] campo magnetico



At 12:43 05/04/01 +0200, you wrote:

Hola:

        Hace unas semanas me rompi el humero y esta he empezado la
rehabilitación. Yo pensaba que el fisio me doblaria el brazo y me
desconjuntaria de dolor. Pues nada de eso por ahora solo me meten dentro de
un solenoide donde me meten un campo magnetico en el brazo. Por si sirve de
algo diré llevo una placa de titanio y 9 tornillos que tambien deben ser de
titanio porque no me quedo pegado al imán. No sé de cuanto es el campo. La

¡Vaya, Jose, somos compañeros en ortopedia! Hace más de 20 años que llevo una tira a lo largo del húmero izquierdo con seis hermosos tornillos que se ven de maravilla en las radiografías. Ignoro de qué metal son. Lo que sí recuerdo perfectamente es mi frustración cuando pasé, por vez primera desde el accidente, bajo el control del aeropuerto. Estaba convencido de que el cacharro iba a pitar, y que se iba a montar un número que no veas al no descubrir nada; ya me veía en calzoncillos en medio de la guardia civil, y yo con cara de inocente diciendo "¡Pues no sé qué podrá ser!". Nada, ni un pitido, ni un susurro. Mierda de implantes, que ni para cachondearse un poquito valen.
A la sazón tenía yo unos 26 añitos, y vivía solo en un estudio de Santiago de Compostela, en donde acababa de incorporarme como profe de historia numerario tras las correspondientes oposiciones. Como uno era así de gallito, amén de hijoputacientíficosocialista, dije que de baja laboral nada, que acababa de llegar, estábamos a principio de curso y no era cuestión de perder clases. Fue la leche. Llovía a dios, y con un brazo cargado de libros y el otro enyesado hasta el hombro no había manera posible de llevar paraguas. Las comidas las resolví en un restaurante próximo al insituto, tras negociar con el camarero que me trocease la carne (en realidad casi no hacía falta, se cortaba con el tenedor, de blandita y deliciosa que era). Poner los calcetines no fue fácil, pero se resolvió sin mayor problema. Lo que fue para nota fue atar los cordones de los zapatos.
Y de rehabilitación, nada de nada. No se llevaban esas moderneces.
La verdad, las pasé putas. Desde entonces, además de respeto, tengo una enorme admiración por las personas con minusvalías que llevan una vida normal.


Saludos, y ánimo

JM