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[escepticos] Reduccionismo



Reduccionismo: C. S. Lewis sobre <<Naturaleza>>
Traducción del inglés:
Santiago Escuain
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... Mi argumento podrá quedar más claro para algunos
si se expresa de una manera diferente. <<Naturaleza>>
es una palabra de diversos significados, los cuales se
pueden comprender mejor si consideramos sus varios
antónimos. Lo Natural es lo opuesto a lo Artificial, a
lo Civil, a lo Humano, a lo Espiritual, y a lo Sobrenatural.
Lo Artificial no nos atañe ahora. Pero si tomamos el
resto de la lista de opuestos, creo que podemos tener
una vaga idea de lo que los hombres entienden por Naturaleza
y qué es lo que oponen a ella. La Naturaleza parece ser lo
espacial y temporal, en contraste a lo que no lo es tanto o
no lo es en absoluto. Parece ser el ámbito de la cantidad en
contraste al ámbito de la calidad; de los objetos en contraste
a la consciencia; de lo limitado, frente a lo que es total o
parcialmente autónomo; de lo que desconoce valores frente a
aquello que tiene y percibe valores; de las causas eficientes
(o, en algunos sistemas modernos, sin causalidad en absoluto)
frente a las causas finales. Ahora bien, considero yo que cuando
comprendemos algo analíticamente y luego lo dominamos y lo empleamos
para nuestra conveniencia, lo reducimos al nivel de <<Naturaleza>>
en el sentido de que suspendemos nuestro juicio de valor acerca
de ello, que ignoramos su causa final (si hay alguna), y lo
tratamos en términos de cantidad. Esta represión de elementos
en lo que de otra manera sería nuestra reacción total ante ello
es a veces muy clara e incluso penosa: tenemos que vencer algo
antes de poder cortar un cadáver de un hombre o un animal vivo
en un aula de disección. Estos objetos se resisten al movimiento
de la mente mediante el que los arrojamos al mundo de la mera
Naturaleza. ... Pero no es ésta toda la historia. No son los
más grandes científicos modernos los que creen de cierto que
cuando el objeto es desnudado de todas sus propiedades cualitativas
y reducido a una mera cantidad es totalmente real. Los cientifiquillos
y los irreflexivos acientíficos seguidores de la ciencia puede que lo
crean. Las grandes mentes saben muy bien que el objeto, cuando se trata
de esta manera, es una abstracción artificial; saben que se ha perdido
algo de su realidad.

Desde este punto de vista, la conquista de la Naturaleza aparece
bajo una nueva luz. Reducimos las cosas a mera Naturaleza a fin
de poderlas <<conquistar>>. Siempre estamos conquistando la Naturaleza,
porque <<Naturaleza>> es lo que le estamos dando a lo que hemos,
hasta cierto punto, conquistado. El precio de la conquista es tratar
aquella cosa como mera Naturaleza. Cada conquista sobre la Naturaleza
aumenta su ámbito. Las estrellas no se transforman en Naturaleza hasta
que las podemos medir y pesar; el alma no se transforma en Naturaleza
hasta que podemos psicoanalizarla. El arrebatamiento de los poderes
de la Naturaleza es también la rendición de las cosas a la Naturaleza.
En tanto que el proceso no llegue al paso final bien podremos
considerar que las ganancias son superiores a las pérdidas. Pero
tan pronto tomamos el paso final de reducir nuestra propia especie
al nivel de mera Naturaleza, todo el proceso enloquece, porque esta
vez el ser que quería ganar y el ser sacrificado son el mismo. Éste
es uno de los muchos casos donde llevar un principio a lo que parece
su conclusión lógica lleva al absurdo. Es como el famoso irlandés que
descubrió que un cierto tipo de estufa reducía su consumo de leña a
la mitad, y por ello llegó a la conclusión de que dos estufas de la
misma clase le posibilitarían calentar la casa sin ninguna leña. Es
la propuesta del brujo: da tu alma, y recibe poder a cambio. Pero
una vez hemos entregado nuestras almas, esto es, nuestro mismo yo,
este poder que así nos ha sido conferido deja de pertencernos. Seremos
de hecho los esclavos y marionetas de aquello a lo que hemos dado
nuestras almas. Está dentro del poder del Hombre tratarse a sí mismo
como un mero <<objeto natural>>, y sus propios juicios de valor como
materia prima para que la manipulación científica los altere a voluntad.
La objeción contra hacer esto no reside en el hecho de que este punto
de vista (como el primer día de uno en un aula de disección) sea penoso
y chocante hasta que uno se acostumbra. La verdadera objeción es que
si el hombre decide considerarse como materia prima, materia prima es
lo que será: no materia prima para ser manipulado por sí mismo, como
se imaginaba complacido, sino por el mero apetito, esto es, por la
mera Naturaleza, en la persona de sus deshumanizados Condicionadores>>. ...

C. S. Lewis, The Abolition of Man (La Abolición del Hombre), Collins
(Londres, 1978), págs. 42-44.
Hay edición castellana: Ediciones Encuentro, Madrid 1990.




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