[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

[escepticos] Artículo escéptico



Sale hoy en La Opinión Coruña. Mejor esto que horóscopos ¿no?:

http://www.laopinioncoruna.com/corhoy/sociedad/6sociedad.html

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

CIENCIAS / ZOOLOGÍA FANTÁSTICA

El yeti, el monstruo del lago Ness, el chupacabras... Todos vuelven en
verano. El buen tiempo anima a los buscadores de animales fantásticos y hay
ofertas de viaje que incluyen el rastreo de especies legendarias. Décadas de
expediciones no han aportado pruebas serias de la existencia de estos seres,
algo que no desanima a los creyentes. Buena parte del negocio turístico de
algunas comarcas depende de que el enigma no decaiga

Las mejores serpientes de verano

Salvador Aguilella .A Coruña

Los hermanos de Jordi Magraner viajaron el mes pasado al valle de Chitral
(Pa-kistán) para intentar repatriar el cadáver del investigador español y
recoger su material de estudio. No consiguieron lo uno ni lo otro. "No os lo
llevéis

-les dijeron-, para nosotros es como un dios". Pese a contar con
autorización oficial, no pudieron hacer nada. Ahí quien manda son los jefes
de la tribu. Jordi, asesinado hace dos años en circunstancias nunca
aclaradas, pretendía demostrar que el Yeti -el barmanu, en esta comarca- es
un descendiente del hombre de neanderthal.

El investigador había logrado algo casi tan imposible como encontrar al
Yeti: implicar a centros científicos en la financiación de su empresa. Tenía
suficiente prestigio como zoólogo adscrito al Museo de Historia Natural de
París para lograr su apoyo y se había convertido en una eminencia entre los
cientos de aventureros que recorren el mundo en busca de especies raras. Son
los adictos que abrazan de buena o mala fe la doctrina de la criptozoología,
un término que viene del griego y que significa "estudio de animales
ocultos". Cuando uno de estos hallazgos se acompaña de pruebas irrefutables
pasa, lógicamente, a formar parte de la ciencia. Pero hasta ahora, ésto
nunca ha sucedido.

Historias sobre el Yeti circulan desde hace siglos entre los pueblos del
Himalaya. Antes de Jordi Magraner se han organizado ambiciosas expediciones
de búsqueda, entre ellas la protagonizada en vano por el Ejército soviético
a mediados del pasado siglo. El primer alpinista que alcanzó la cumbre del
Himalaya en solitario y sin oxígeno, Reinhold Messner, creyó encontrarse con
el abominable hombre de las nieves en 1986, y durante diez años estuvo
poseído por la pasión de encontrar a la esquiva criatura. En el año 2000,
Messner publica el libro Yeti. Leyenda y realidad, en el que concluye que
este homínido es en realidad "la suma de muchas y muchas leyendas y
cuentos".

Huellas de un gran bípedo en la nieve, fotos siempre borrosas y lejanas
originan hipótesis que acrecientan una historia en absoluto exclusiva del
Himalaya. Los norteamericanos tienen su propio Yeti. Es el big foot, el
"pies grandes" recreado, como no, por Hollywood en películas para el caso y
en el protagonista más peludo de la serie La guerra de las galaxias. Es el
aspecto más veces descrito por cientos de testigos sin pruebas y el que
tenía la criatura exhibida por ferias del norte de Estados Unidos en los
años sesenta del pasado siglo.

El espectáculo consistía en un bloque de hielo en cuyo interior había un
homínido de dos metros de estatura. Buscadores de monstruos como Heuvelmans
y Sanderson concluyeron sin dudar que se trataba de un descendiente del
neanderthal que había sobrevivido hasta el siglo XX. La historia empezó a
derretirse cuando una sociedad científica manifestó su interés por analizar
el cuerpo. Frank Hansen, el feriante, dijo que había devuelto la criatura a
su propietario, un millonario, y que lo que entonces exhibía era una
réplica. Nunca más se supo del original. Muchas dudas pesan también sobre
una película de sesenta segundos de duración en la que aparece el popular
big foot correteando por un bosque. Y más desde que uno de los testigos de
esta grabación de 1967 en un bosque de California, Bob Heironimus, confesase
hace dos años: "Yo era Ôpies grandes´. Ya era hora de que se supiese que era
una mentira".

Circulan historias de yetis en Oceanía, África y hasta en los Pirineos. En
una pequeña aldea aragonesa, Lafortunada, viven personas que afirman haber
visto un gigante cubierto de pelo. Le llaman Basajarau y también Crepazero,
y es una historia que entronca con leyendas de gigantes en esta comarca de
las que hay constancia escrita desde hace más de mil años y que los vecinos
gustan de relatar a los muchos turistas que acuden a tan bonito paraje.

La criatura fantástica de los Pirineos aragoneses está muy lejos de alcanzar
la fama del monstruo del lago Ness, y los vecinos de esta comarca escocesa
tratan por todos los medios de que siga siendo así. Buena parte de la
economía local depende de los miles de turistas que cada año llegan hasta
allí con la esperanza de encontrar a Nessie, el nombre cariñoso con el que
se le conoce. Desde que en 1934, el médico Kenneth Wilson obtuvo la foto de
algo que podría ser un animal prehistórico su popularidad no ha dejado de
crecer. Hasta tiene club de fans.

En las tiendas que rodean el lago se pueden encontrar todo tipo de artículos
que reproducen la imagen de un plesiosaurio, especie que se supone
extinguida desde hace 65 millones de años. Pocos reparos se pueden poner a
un viaje a Escocia que incluya la ilusión de encontrar un dinosaurio y, de
no ser así, llevarse algún recuerdo, pero ningún respeto merecen los
criptozoólogos que insisten en la existencia de tan descomunal animal.

Para que una especie sobreviva son necesarios al menos un centenar de
ejemplares. Lo dicta la genética, así que no estamos hablando de un fósil
viviente sino de decenas de nessies chapoteando por un lago estrecho de
cuarenta kilómetros de largo. Tendrían que alimentarse de toneladas de peces
que no existen en estas aguas, y los organismos microscópicos que habitan en
la oscuridad total de su fondo serían insuficientes hasta para uno sólo de
estos animales que, supuestamente, pesa toneladas.

La foto más famosa de Nessie, la primera, era considerada la prueba más
concluyente de la existencia del monstruo. Hasta que en 1994, una de las
personas que fueron testigos de la toma de la imagen confesó que el
dinosaurio era un muñeco encima de un flotador. Fue la broma de un
periodista al rotativo del que había sido despedido.

Esta revelación no hizo menguar la afluencia de turistas. En realidad, los
comerciantes que viven de la leyenda de Nessie están más preocupados por la
competencia en otros puntos del planeta. La cuenca del Congo alberga el
mokele-mbembe, un reptil del tamaño de un elefante y las cumbres andinas son
señaladas por algunos testigos como el refugio de nauhelito, otra bestia
prehistórica.

Varias expediciones para capturar a estos animales han resultado inútiles. Y
quizás sea mejor así. También las economías austral y congoleña tienen
derecho a sacar algo en limpio de las serpientes de verano.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Salu2 a to2

Richi