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[escepticos] ¡Cuidado, los meloncillos atacan!



Joer, en vez de ser el hombre el que imita a la naturaleza, ahora
resulta que es ella la que nos imita. Ya imagino a estos bichos con sus
pinturas de camuflaje y hablando en código por el walkie-talkie antes de
trincar al tierno ternerito...

Por si hay algún coleccionista de burradas curiosas...

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Hoy Digital, 26 de mayo de 2004.

PROVINCIA DE CÁCERES, TIERRAS DE GRANADILLA.
Alarma entre los ganaderos por los daños que causan los meloncillos.
Atacan en grupo y de forma muy coordinada incluso a los terneros
recentales.

FÉLIX BARROSO GUTIÉRREZ/TIERRAS DE GRANADILLA
 
Cada día que pasa se oyen narrar más aciagos episodios sobre las
andanzas de los meloncillos a lo largo y ancho de esta comarca de
Tierras de Granadilla. Todo el mundo coincide en significar que este
mamífero carnívoro, de la familia de los vivérridos, era totalmente
desconocido por estos lares. Pero ahora, lamentablemente, comienza a ser
más que conocido por los paisanos, fundamentalmente por los ganaderos,
que son quienes están sufriendo sus consecuencias.

A todas luces parece ser que este animal, también llamado icneumón o
mangosta europea, pasa actualmente por una expansión de sus lugares de
hábitat, ya que la gente de estos pueblos jura en 'vara de justicia' que
jamás vieron ni oyeron hablar a sus antepasados sobre este bicho tan
dañino. Y si, curiosamente, los antiguos egipcios lo tenían en gran
estima e incluso lo domesticaban para que eliminara los roedores de sus
viviendas, en esta zona lo único que se está deseando es que
desaparezcan del mapa, por más que la especie esté estrictamente
protegida en España y en Europa.

Vacas atacadas

Lógicamente, a tenor de lo escuchado, un animal que apenas sobrepasa los
tres quilos de peso, de unos cien centímetros de longitud, no podría
hacer grandes alardes si no fuese porque atacan a sus presas en grupo y
de forma muy coordinada. Cuentan los ganaderos de la zona que se atreven
a atacar a las vacas en el momento del parto, dando buena cuenta de los
terneros recién nacidos, que, a veces, son arrastrados fuera de la finca
o hasta espesos zarzales, donde la madre, falta de fuerzas por el parto,
se ve imposibilitada de rescatarlos. Incluso devoran con fruición los
'páreh' o 'redrérah', es decir, la placenta de las hembras parturientas.

Son ya un buen número de ganaderos los que se quejan de que se han
malogrado diversas crías por culpa del ataque de los meloncillos. Por
otro lado refieren que, al ser el meloncillo un animal protegido, ha
habido quien ha cursado las oportunas denuncias a fin de que se le
resarcieran los daños. Pero he aquí que la administración le ha exigido
pruebas verificables de que estas mangostas habían sido las culpables
del daño ocasionado. Como es lógico, los ganaderos no son turistas que
acuden a sus fincas provistos de cámaras fotográficas y al no haber
pruebas fidedignas pues las ayudas no han llegado. Ello está dando lugar
a que quién más y quién menos se vea impedido e echar mano de las
artimañas de antaño para eliminar las alimañas.

Alzan también sus quejas al cielo el gremio de cazadores de la comarca,
que achacan, en parte, la disminución de conejos y otras especies a la
proliferación de esos mamíferos carnívoros. Comentan los cazadores que
vienen realizando grandes esfuerzos (vacunaciones, construcción de
majanos...) para sanear y repoblar con especies cinegéticas estos
campos, que luego se desagracian por la plaga que supone la abundancia
de zorras y meloncillos. 

-- 
Antonio Rodríguez Sierra.
arsierra en vodafone.es