P.S. Yo creo que siendo romántico no hace falta un diploma, simplemente llévala una noche de cielo despejado y luna nueva a un sitio alejado dela contaminación lumínica y pregúntale cúal es la estrella que más le gusta...y entonces dile que a partir de entonces esa estrella para tí tendrá su nombre ;).Y si quieres quedar como un rey, le regalas la estrella más gordota que puedes encontrar en el cielo y le dices: "nuestro amor vuelve imperceptible el de todos los demás" Ç:-P
Todo lo cual demuestra que escepticismo y cursilería no están necesariamente reñidos... ;-)
Puestos a regalar por la fila enormes bolas incandescentes que quizá ya no existen, ¿por qué no os estiráis y probáis con carbono bien tallado?
José Luis