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[escepticos] Jazz y burdeles




De: Fernando L. Frias Sanchez <yamato en ctv.es>
Asunto: Re: [escepticos] Jazz y palabras
Fecha: miércoles 24 de septiembre de 1997 15:11

> From:          "Francisco Mercader Rubio" <mercader en ctv.es>

> [Francisco]
> No, Xoan. Creo que no has leído bien. La DENOMINACION de "Jazz"
> nació en un burdel de la calle Perdido en alguna noche entre los
> años 1893 y 1900. Hay relatos de los presentes. Y la opinión de
> cualquier teórico no vale nada ante tamaño argumento.

Perdón por la intervención, pero... ¿he leído bien? ¿siete años
metidos en un burdel?

***************
Fernando, creo que no has entendido bien a Mercader. Él cree en las teorías
racistas y esencialistas que defienden que el Jazz nació como una música
étnica interpretada por negros para un público negro y vincula su origen a
la sordidez de los prostíbulos. Como es habitual en Mercader, confunde las
fechas y comete lamentables errores cronológicos. Hace unos días situaba
camiones transportando a músicos en 1900. Por otra parte, no parece
frecuentar la lectura de la *Victorian Studies Review* ni de ninguna
historia de la prostitución.

A finales del s. XIX, la prostitución era una de las principales
atracciones de Nueva Orleáns, una ciudad que recibía una enorme cantidad de
visitantes (campesinos, marineros y turistas). A pesar de los esfuerzos de
las autoridades para concentrar esta actividad en un único barrio, los
burdeles estaban dispersos por toda la ciudad lo que provocaba constantes
incidentes. Joseph Story promovió una normativa municipal tendente al
confinamiento de la actividad en un único distrito, cuando se aprobó esta
legislación en 1899, el distrito fue bautizado como Storyville. Su clausura
se realizó en 1917, al amparo de las corrientes internacionales sobre
prevención de las enfermedades venéreas, pero para entonces ya se había
convertido en un lugar mitificado por escritores decadentes y se había
convertido en uno de los lugares de referencia de la ciudad, como lo fuera
en su día el Barrio Chino de Barcelona y, tenlo por seguro, aún más
sórdido.

Storyville era un barrio blanco, todas las patronas eran blancas y según
los registros sanitarios (obligatorios) de las prostitutas, al menos dos
tercios de estas eran blancas y el resto eran "coloured", es decir mestizas
claras. Por lo tanto, los clientes eran blancos (en Nueva Orleáns se
practicaba la segregación racial) y a lo más que podían aspirar los negros
es a limpiar retretes, hacer recados y menesteres semejantes. No existe el
menor motivo para afirmar que en los prostíbulos tocasen grupos musicales
compuestos por negros antes de estallar la Gran Guerra. Durante esta,
contrataban a músicos negros en dos (quizás tres) cabarets de la zona sur
de Storyville.

Ahora bien, la normativa de 1899 no creaba uno sino dos Storyville. Tres
calles al sur del gran Storyville más conocido, se delimitaba un pequeño
Storyville de cuatro manzanas delimitadas por las calles Perdido, Gravier,
Locust y Franklin. Se trataba de un ghetto de prostitutas negras en el que
estaban abiertos varios salones de baile en los que tocaban unas
orquestinas que hacia 1910 habían desarrollado la  plantilla fija que
conocemos por las grabaciones pioneras de la siguiente década: Violín
(director y solista), clarinete, corneta, trombón a vara, contrabajo,
batería y guitarra o banjo que hacían las funciones desempeñadas por el
piano en las orquestinas de blancos. El repertorio de estas orquestinas
eran canciones populares y marchas y ragtimes de los que se derivaron los
clásicos temas Dixieland. 

Todo esto nos invita a pensar que el Jazz nació como un género muy
comercial del negocio del entretenimiento, al igual que el Flamenco (que
nació algo más de medio siglo antes, en la década de 1840).

En España se ha desarrollado un mito sobre el Flamenco que también vincula
sus orígenes a los gitanos y a los prostíbulos, la versión más reciente de
este mito es un calco de las fantasías de los escritores sobre Jazz de los
años de la Gran Depresión.

Un caballeresco escritor ha escrito que la orofaringe de los gitanos posee
una
configuración anatómica diversa de la de los payos y que sólo desde la
tragedia de la tuberculosis terminal puede nacer el genio que anima a los
grandes cantaores. 
No deja de sorprenderme lo mucho que se ofendió dicho escritor andaluz
cuando en un congreso le pregunté si, puesto que está convencido de lo que
dice, no había pensado en inocularse bacilos de Koch para conseguir mejorar
la calidad de sus poemas. ¡Menos mal que no mencioné las dificultades que
los tuberculosos terminales tienen para cantar!.