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[escepticos] **Carrascal, azote de los ecologistas.




Os adjunto el articulo del periodista Carrascal que publica la edicion
electronica del ABC del dia 9 de Diciembre. De tan delirante, resulta divertido.

Saludos.

Jose March

> EFECTO INVERNADERO
 Por José María CARRASCAL 

>            ¿SE acuerdan ustedes de la «lluvia ácida», que
>            había dejado los bosques alemanes desnudos y
>            cenicientos? Se atribuyó al agua cargada de residuos
>            químicos y a los gases de escape de los coches,
>            prediciéndose su muerte en un plazo no muy largo. Ya
>            nadie habla de ella. Y no habla porque si ustedes
>            ruedan por alguna autopista alemana, la de Karlsruhe
>            a Stuttgart, por ejemplo, la verá flanqueada por
>            bosques más pujantes que nunca, por arboledas
>            prietas y espléndidas. ¿Qué ha ocurrido? Nadie lo
>            sabe. El caso es que el anuncio de su muerte ha
>            resultado un tanto prematuro.</p>
>            <p> Lo cuento ante las jeremiciadas parecidas que nos
>            llegan de Kyoto. Aquella «cumbre» versa sobre las
>            emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, que
>            según algunos cálculos, van a traer fuertes subidas
>            de temperaturas, con el consiguiente «efecto
>            invernadero». De ahí en adelante, todas las
>            catástrofes están incluidas: desde el derretirse de
>            los hielos polares, con la consiguiente inundación
>            de amplias zonas de tierra firme, a practicamente
>            acabarse la vida en el planeta por asfixia.</p>
>            <p> Dos químicos del Instituto de Medicina y Ciencia
>            de Oregón nos han tranquilizado al respecto. Arthur
>            y Zachary Robinson empiezan negando la mayor: que la
>            atmósfera se recalienta. Analizando las tablas de
>            temperaturas desde que se miden científicamente,
>            comprueban más bien lo contrario: que las
>            temperaturas más altas aparecen hacia 1940, cuando
>            las emisiones de carbono eran infinitamente menores
>            que ahora. Mientras en los últimos 20 años, se
>            aprecia un descenso de las mismas, paralelo al
>            aumento de dichas emisiones. La relación es, pues,
>            ficticia. Mientras parece coincidir casi
>            milimétricamente la que existe entre las manchas
>            solares y las temperaturas terrestres. Según arrojan
>            las tablas que lleva la Sociedad Astrofísica
>            Norteamericana desde 1750, una mayor actividad en el
>            sol marcha paralela con mayores temperaturas en la
>            Tierra. Algo, además archidemostrado, por los
>            periodos de «manchas» solares &#150;que no son otra
>            cosa que tempestades en aquella atmósfera&#150;
>            corresponden a veranos torridos. Es el sol quien
>            calienta a la Tierra, no el dióxido de carbono, cuya
>            proporción, por otra parte, es insignificante
>            comparada con la del nitrógeno o el oxígeno: apenas
>            360 partes en un millón.</p>
>            <p> Pero hay más. El dióxido de carbono, como todo
>            el mundo sabe, favorece el crecimiento de las
>            plantas, al facilitar su síntesis de los hidratos de
>            carbono de los que se alimentan. No por nada, un
>            invernadero es el ambiente ideal para ellas. Y si
>            tenemos en cuenta que el reino animal, al que
>            pertenecemos, vive del vegetal, los beneficios serán
>            para todos. </p>
>            <p> Lo que hace hoy la humanidad &#150;dicen los
>            doctores Robinson&#150; es trasladar los
>            hidrocarburos de debajo de la superficie terrestre a
>            encima de ella, de forma que puedan ser consumidos
>            por los seres vivos. Vivimos en un medio ambiente
>            cada vez más favorable a la vegetación por el
>            aumento del carbono. Nuestros hijos gozarán de una
>            Tierra con el doble de plantas e, indirectamente, de
>            animales que el actual. Este es un regalo maravilloso
>            e inesperado de la revolución industrial.&quot; Y
>            justo lo contrario, añadimos por nuestra parte, de
>            lo que se dice en Kyoto.</p>
>            <p> ¿A quién creer? Yo, desde luego, a los
>            químicos de Oregón. Y no porque me acuerde de los
>            bosques de la Selva Negra, sino porque estoy harto de
>            que me predigan el fin del mundo cada diez años, que
>            luego no se cumple. Todos esos profetas del
>            apocalipsis no son más que unos aguafiestas. Comparo
>            las condiciones de vida con las de hace 50 años y me
>            doy cuenta de que el mundo es un lugar más límpio,
>            más sano y más agradable. Y no sólo en España,
>            sino en general. ¿Que queda mucho por hacer? De
>            acuerdo. Pero basta imaginarse lo que sería un mundo
>            sin hidrocarburos para darse cuenta de hasta qué
>            punto nos quieren lavar el cerebro los enemigos del
>            progreso de siempre. Aunque hasta ahora no he visto a
>            ninguno ir en carreta.