Antes de que la discusión
se diluya definitivamente, me gustaría añadir un comentario sobre
la observación de K. Arnold que, como suele aceptarse, inauguró la
"era de los platillos volantes".
Ya se ha expuesto atinadamente la paradoja de que Arnold no vio
discos voladores. Algún bromista dijo que si Jesús hubiera muerto
en la silla eléctrica hoy los cristianos llevarían sillas
eléctricas pequeñitas colgadas del cuello. Quizás si Arnold
hubiera visto pasar unos objetos ruidosos y hubiera comparado su sonido con el
de una cafetera hoy dispondríamos de miles de avistamientos de objetos
volantes en forma de cafetera...
Ahora en serio
(aunque lo anterior tampoco iba muy en broma). Hay otro aspecto de la
observación de K. Arnold que acostumbra a pasar desapercibido pero que
hay que tener muy presente. Arnold, pensando estar observando un grupo de
aviones de algún nuevo modelo, supuso que se encontraban a una distancia
de entre 20 y 25 millas de su propio avión, es decir... !!!!! unos
CUARENTA kilómetros !!!!!
Sí, parece
mentira que este caso haya hecho correr tantos ríos de tinta (y ahora de
electrones).
Un saludo,
Manuel Borraz
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