[escepticos] Acupuntura

[Eduardo Gimenez Gonzalez <ebardo@...>]

¡Calma!  ¡Calma!  ¡Calma!


     El martes 7 de julio Alfonso López Borgoñoz 
<borgonoz en mx2.redestb.es> escribió:
     >Espero que no hayas enviado aún la carta, dado que me 
gustaría firmarla contigo.

     El miércoles 8 de julio Arturo Rios Reyes 
<arturios en ej-gv.es> escribió:
     > Si quieres tienes mi firma
     > Arturo Rios Reyes

     Y Pedro Luis Gomez Barrondo <gargantua en correo.cop.es> añadió:
     > También la mía.
     > Pedro Luis Gomez Barrondo.


     Y el día 9 de julio Julio Negueruela Ruiz 
<julio.negueruela en si.unirioja.es>:
     > Y la mía.
     > Julio Negueruela Ruiz

     Y también: "José Ramón Carbonell Rubio" 
<segart en nexo.es> se apuntaba a la "Firma carta 
Anti-Acupuntura"


     Como dije:

     > "En vista de ello he remitido a Cartas al Director la 
que aparece abajo, aunque tal vez convendría que ARP 
también enviara una."

     Es decir, ya la envié.
     Hasta hoy viernes no la he visto publicada en el diario "El País".
     Lo que puedo hacer, si no aparece publicada, es volver 
a enviarla con vuestras firmas y las que se añadan este fin de semana.

     Aunque en vista de lo que nos contó "Fernando Peregrin" 
<amscofin en mail.ddnet.es>:

     > En El País evitan en lo posible la publicación de 
cartas colectivas o de asociaciones poco conocidas.
     > ARP no tiene muy buena prensa: somos, al parecer, 
excesivamente dogmáticos y beligerantes con lo que no nos 
gusta: somos una asociación _dura_ y, al parecer, contamos 
con enemistades más influyentes que nuestros adorables magufos.
     > Ello no quiere decir, me dijo cortesmente, que en el 
futuro no se pudiese dar a conocer nuestra postura, en forma 
de Cartas al Director; pero que él no era responsable de la 
línea editorial, que si no quería ni podía influir en lo que 
se publicaba o no, etc.

     Tal vez sería más práctico enviar muchas cartas 
individuales distintas.  Una carta es, eso, UNA sola 
carta.  Sin embargo, varias parece que "abulten más", 
aunque el número total de firmas sea el mismo.
     Vosotros direis.

     Por cierto, Mercader, espero que te mejores.

     Saludos.
     Ebardo.

     Ebardo en ciudadrobot.com
     Eduardo Giménez González.


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La carta que envié fue:
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A: CartasDirector en elpais.es

Señor Director:

        Debo comunicarle mi opinión de que el artículo 
publicado el día 6 de julio (casi una página completa), 
firmado por Joaquín Mayordomo, en el que se ensalzaba la 
eficacia de la acupuntura y que concluía con "de su eficacia 
y ahorro ya nadie duda", no se corresponde con la realidad.
        Félix Mann, antiguo presidente de la Medical 
Acupunture Society, acupuntor de fama mundial, escribió en 
su "Tratado de Acupuntura": "Sólo tras haber considerado 
seriamente la validez de lo que había aprendido, me percaté 
de que todo era fantasía.  Los puntos de acupuntura no 
existen, los meridianos no existen y la mayoría de las leyes 
de la acupuntura se fundan en entidades que no existen."
        Nadie nunca ha podido confirmar que los puntos o los 
meridianos de acupuntura tengan una existencia real.  La 
energía que se afirma circula por ellos, el "qui", es una 
entelequia.
        Cierto es que recientemente los Institutos 
Nacionales de la Salud (NIH) de los Estados Unidos, en una 
conferencia de consenso, reconocieron que las estimulaciones 
con agujas de acupuntura o similares (¡no necesariamente en 
puntos de acupuntura!) podían ser eficaces para aliviar el 
dolor en personas adultas que estén en periodo 
postoperatorio o que sufran nauseas y vómitos por 
quimioterapia.  Ese limitado efecto se ejercería por los 
circuitos nerviosos provocando la estimulación de endorfinas 
o sustancias similares.  En todo caso hay que recordar que 
mitigar dolor no es equivalente a curar.
        Para el profesor Fernando Cerveró, del Departamento 
de Fisiología de la Facultad de Medicina de Alcalá de 
Henares, uno de los principales expertos españoles en 
neurotransmisores del dolor, la acupuntura "funciona" en 
algunos casos porque se trata "de una ceremonia ritualizada, 
que hace que algunas personas pongan en marcha mecanismos 
endógenos de control del dolor."
        En caso de una enfermedad grave, confiar en estas 
"terapias" en vez de en la medicina científica puede suponer 
retrasar un tratamiento eficaz que podría costar la vida.

        Atentamente.
        Eduardo Giménez González
        Zaragoza
        Ebardo en ciudadrobot.com

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