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[escepticos] Pseudomedicina en El País



Reproduzco el artículo de El Defensor del Lector

Xoán

*********************EL PAIS 25 de octubre********************

¿Ciencia o seudociencia?


FRANCISCO GOR
El rigor, esencial siempre en cualquier tipo de información, lo es más si
cabe en la relacionada con temas de salud. En este terreno, el error o la
inexactitud no son inocuos. Tienen el efecto añadido de desorientar, crear
falsas expectativas y frustrar a un buen número de personas que esperan de
la medicina y de la investigación científica el remedio al mal que les
aflige. ¿Es riguroso desde criterios informativos presentar como ciencia, al
igual que la medicina o la biología, a la acupuntura y la homeopatía? ¿Es
igualmente riguroso rodear de un aura de novedad la comercialización en el
Reino Unido de una "píldora de la felicidad", pero pasando por alto que se
trata de un antidepresivo, el Serotax, que se vende en España desde 1992?
Son cuestiones, entre otras, que exponen algunos lectores como ejemplo de
tratamientos informativos escasamente rigurosos e incluso sensacionalistas
de temas referentes a la salud.


A raíz de dos entrevistas publicadas en julio pasado en la sección de
Sociedad, calificando sin más de ciencia a la acupuntura y la homeopatía, un
lector de Tres Cantos, Madrid, Carlos García, llama la atención sobre lo que
considera "promoción sistemática de remedios y curas no científicas", al
tiempo que lamenta "que se utilice a EL PAÍS, teóricamente periódico de
prestigio, para divulgar seudociencia". Este lector juzga grave "usar EL
PAÍS para atacar el pensamiento crítico y la razón, así como el derecho de
los consumidores", y entiende que el Defensor del Lector debe intervenir.
Otro lector, Ramón Rabuñal, de Lugo, también señala informaciones sobre
temas de salud que, a su juicio, carecen de suficiente rigor, entre ellas la
titulada Adiós a la vergüenza (última página de la edición del 6 de octubre)
sobre la comercialización de una denominada píldora de la timidez en el
Reino Unido. Para este lector se obvió el dato de que el "fármaco Serotax
(paroxetina) es un inhibidor de la recaptación de serotonina comercializado
en España hace años". A su juicio es una forma de dar la noticia que busca
más la anécdota que la información, lo que provoca en los pacientes "falsas
expectativas que después son difíciles de resolver en la consulta diaria, ya
que la fuerza de convicción de un medio de comunicación es a menudo superior
a la de un profesional aislado en su despacho". Esa carencia informativa se
produjo efectivamente. Pero el periódico la subsanó con posterioridad
(edición del 11 de octubre) en un documentado artículo de Milagros Pérez
Oliva sobre las llamadas píldoras de la felicidad, en el que se afirmaba que
el Serotax, "que es la marca más conocida de la paroxetina, el antidepresivo
que se ha presentado en el Reino Unido como la píldora de la timidez, se
comercializa en España desde julio de 1992".


En cuanto a la queja del primer lector y a su petición de que el Defensor
del Lector intervenga, hay que decir que no es la primera vez que lo hace, y
de forma beligerante, en defensa de los postulados racionales en el
tratamiento informativo de temas para o seudocientíficos o que contengan
elementos de ficción (Información frente a superstición, 26 de enero de
1997). La cuestión en este caso es determinar la naturaleza exacta de la
acupuntura y la homeopatía para que la información sobre dichas materias sea
también exacta. Aunque el asunto es controvertido -y no sólo por razones
científicas, sino por pugnas profesionales e intereses económicos-, es
evidente que la acupuntura y la homeopatía no son ciencias en el sentido
estricto del término; tampoco puede decirse que sean seudociencias, sino
simples prácticas curativas de efectos inciertos y no comprobados de
momento, al menos por los instrumentos de control al uso hoy día. El autor
de las entrevistas, Joaquín Mayordomo, mantiene, por su parte, que "no sólo
es 'ciencia' aquello que puede ser demostrado empíricamente". Y razona así
su punto de vista: "En el tema que nos ocupa, el de la medicina, las fuentes
citadas en mi información afirman que no puede considerarse sólo 'ciencia
médica' a la que mediante procesos de laboratorio puede mostrar su eficacia.
Para nada están de acuerdo en que se denomine 'ciencia médica' solamente a
la 'medicina oficial'. Sencillamente, es cuestión de opiniones".
Efectivamente, es cuestión de opiniones, por lo que no es correcto que el
periodista avale en su información una de esas opiniones, convirtiéndola de
ese modo en un hecho comprobado: que la acupuntura y la homeopatía son
ciencias, lo que por lo menos está en discusión.


Como el tema, además de controvertido, tiene un interés evidente para
lectores y periodistas, el Defensor del Lector ha solicitado la opinión del
portavoz del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina de
Emergencias en Madrid (SEMES-Madrid), Pedro Tarquis. Dice Tarquis: "La
medicina occidental tradicional es una ciencia, aunque no una ciencia
exacta, pero ciencia al fin y al cabo. Es decir, su práctica se basa en el
conocimiento cierto del cuerpo humano y su funcionamiento, y en las técnicas
de tratamiento utilizadas, con unos resultados objetivos y demostrables.
Otras prácticas curativas denominadas medicinas alternativas deben aún
probar sus principios y eficacia, tal como ha hecho hasta la saciedad la
medicina clásica. Por ello, y aun siendo algunas de ellas inocuas (como la
acupuntura y la homeopatía), la información rigurosa debe ceñirse u
orientarse con el criterio de los entendidos, ya que si no puede convertirse
involuntariamente en propagandismo y, por lo tanto, en manipulación de la
opinión y de la salud".


"La acupuntura es una medicina tradicional oriental con visos de ciencia.
Tiene un campo reconocido en el tratamiento del dolor; está en estudio en
diversos trastornos funcionales; y pendiente de una rigurosa evaluación en
otras áreas de la patología humana. La homeopatía, en cambio, se basa en
principios físico-químicos no demostrables ni aceptados como reales, y cuya
aplicación tampoco tiene conclusiones fiables que logren el apoyo del mundo
acreditado científico y médico. Por ello no puede ser avalada como ciencia
médica".