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[escepticos] Lynn Margulis, la espiroqueta catalana (Spirosymplokos deltaiberi) y su nueva prima.



    Hola Corraler en s.
    Como veo que nadie parece haber hecho caso al artículo cuya URL os mandé
sobre Lynn Margulis y los estudios que está realizando en el Delta del Ebro
y como considero que bien pudiera ser de común interés en lo referente a la
discusión sobre diferencias/similitudes entre humanos y animales que venimos
manteniendo pues os lo envío como archivo anexo.
    Que disfrutéis de su lectura.
    Saludos escépticos desde Bilbao.-((:.-)))))
P.DAtA.: Para motivar vuestra curiosidad ahí va un pequeño extracto:
                "Sin romper totalmente con los postulados evolucionistas de
Darwin y sus posteriores modificaciones, la investigadora estadounidense ha
sabido demostrar el valor de la simbiosis entre dos especies distintas como
mecanismo clave para explicar la adquisición de nuevos caracteres a lo largo
de la evolución."


Title: EL PAIS DIGITAL - SOCIEDAD
El País Digital
Miércoles
13 enero
1999 - Nº 985

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LYNN MARGULIS ? BIÓLOGA

"Hemos encontrado una bacteria nueva y sumamente resistente en el delta del Ebro"

XAVIER PUJOL GEBELLÍ, Barcelona


Lynn Margulis en Barcelona (A. Vannuchi).
"Todavía no tiene nombre pero estamos seguros de haber encontrado un organismo hasta ahora desconocido." Lynn Margulis, la bióloga estadounidense que lleva años tratando de reescribir la historia de la evolución de las especies en la Tierra con su teoría de la simbiogénesis, anda entusiasmada con el llamado Punto 1 del delta del Ebro, una zona en la que sin que exista todavía explicación, están apareciendo nuevos organismos sin clasificar.

Si hace unos años el equipo dirigido por Margulis, en colaboración con investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona identificó una espiroqueta, ahora se trata de una nueva forma de espirilo, una bacteria aún por clasificar unas 100 veces mayor que sus homólogos conocidos. De ambas bacterias, sugiere la investigadora de la Universidad de Massachusetts, que estuvo recientemente en Barcelona para presentar el libro ¿Qué es el sexo? (Tusquets Editores), coescrito con su hijo Dorion Sagan, "pueden aprenderse aspectos básicos" sobre su comportamiento en condiciones extremas.

El hallazgo de la nueva bacteria, que recibirá formalmente su nombre científico cuando se publique su descripción en la revista de la Academia Nacional de las Ciencias de EE UU, ha sorprendido a los investigadores tanto por sus características físicas como por su capacidad de supervivencia en condiciones extremas. "Cuando lo vimos por primera vez", relata Margulis, "pensamos que se trataba de un organismo más o menos evolucionado". Pero no tardaron en percibir que se trataba de una bacteria, aunque de un tamaño enorme. "Fue como ver a un perro con todos sus atributos pero con el tamaño de una jirafa", dice. "Para ser precisos, su tamaño es de 20 micras [milésima parte de un milímetro]".

Pero lo sorprendente de este organismo es su capacidad para resistir condiciones ambientales adversas. Según han podido comprobar, la bacteria es capaz de resistir sequías extremas durante periodos prolongados para recuperar su estado original "con unas pocas gotas de agua". Durante ese periodo de vida latente, y a diferencia de otras formas bacterianas, este enorme espirilo no produce esporas como mecanismo de supervivencia sino que reduce su metabolismo prácticamente a cero. El retorno a condiciones favorables supone para la bacteria "un regreso de la muerte".

Si sorprendente para los investigadores ha sido este hallazgo en el delta del Ebro más lo están siendo las condiciones de vida de la llamada espiroqueta catalana (Spirosymplokos deltaiberi), identificada por el mismo equipo en idéntico punto hace unos años. Aunque Margulis muestra una cierta cautela -"continúa siendo una bacteria poco conocida"- lo cierto es que el análisis de su ciclo vital revela aspectos que pueden ser clave para entender procesos infecciosos desencadenados por organismos similares como la sífilis o la enfermedad de Lyme.

"La espiroqueta catalana es vivípara", afirma. Ello quiere decir que es capaz de engendrar nuevas espiroquetas en su interior que romperán la membrana celular de su progenitora para liberarse al exterior. La descendencia presenta una forma diferenciada y, según la investigadora, no siempre fácil de detectar.

Este comportamiento es el que podría explicar el proceso infeccioso de una enfermedad como la sífilis. En un estadío inicial, explica Margulis, es posible detectar la presencia de espiroquetas en tejido o circulando en sangre. Pero pasado un tiempo las espiroquetas desaparecen aunque los síntomas de la enfermedad así como la presencia de anticuerpos persisten. Estos podrían ser debidos, aventura, a esta peculiar forma de reproducción que daría lugar a microorganismos hasta ahora indetectables. La reproducción vivípara no se había visto hasta ahora en espiroquetas.

Para Margulis, ambos hallazgos demuestran el valor de la investigación básica en áreas para las que "cuesta obtener recursos" pese a que están contribuyendo no sólo a entender la evolución de las distintas formas de vida sino incluso a desarrollar aplicaciones de interés médico. "Parece que el interés se centra casi exclusivamente en investigar aquello que luego podrá venderse", se lamenta.

Pese a ello, Margulis persevera. Esta actitud, reforzada por hallazgos como los descritos y por la aportación de nuevas y más potentes técnicas de análisis, le han permitido elaborar una teoría de la evolución que cuenta con un número cada vez mayor de adeptos.

Sin romper totalmente con los postulados evolucionistas de Darwin y sus posteriores modificaciones, la investigadora estadounidense ha sabido demostrar el valor de la simbiosis entre dos especies distintas como mecanismo clave para explicar la adquisición de nuevos caracteres a lo largo de la evolución.

Esta teoría, llamada de simbiogénesis, es la que explicaría, por ejemplo, la presencia de mitocondrias o cloroplastos en las células eucariotas (las de animales y plantas) como resultado de la fusión de dos bacterias que habrían obtenido un beneficio mutuo; la existencia de cilios y flagelos en determinadas formas celulares; o la presencia de motilidad (movimientos intracelulares) en células evolucionadas.

Del mismo modo, aunque no sólo a través de esta teoría, las investigaciones de Margulis han permitido poner al descubierto el papel que juega la sexualidad en un mundo tan específico como es el microbiano y qué relación guarda con el de los organismos superiores, en especial los humanos. "En las bacterias", explica, "el sexo debe entenderse como un fenómeno de transferencia de genes". Un fenómeno, añade, que se da como mecanismo para garantizar la supervivencia del linaje.

Como explica en su libro ¿Qué es el sexo? hay dos tipos de sexualidad fundamentales. En el primero, propio de bacterias y de otros organismos poco evolucionados, se produce un "movimiento de ADN". En el segundo lo que se produce es una fusión de células especializadas. En ambos casos los cambios ambientales juegan un papel determinante aunque es en el caso de las bacterias en el que las diferencias son especialmente significativas. "El sexo en el mundo bacteriano sólo se produce cuando las condiciones ambientales son adversas", afirma. Entonces puede adoptar formas que nada tienen qué ver con las convencionales. Se produce canibalismo, se generan monstruos (organismos con doble o cuádruple dotación genética), hipersexualidad (transferencia de genes entre especies distintas). Cuando las condiciones ambientales son favorables, la forma de reproducción escogida es la asexual.

En los organismos superiores se mantienen ciertas reminiscencias que recuerdan estos comportamientos, aunque, al menos en lo que refiere a los humanos, el placer juega un papel protagonista para favorecer la continuidad de los linajes. "El placer vinculado al sexo es un valor añadido", concluye.

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