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RE: [escepticos] RE:Corridas de toros y sufrimiento animal.



El homo webensis me pide:


>[Ricardo Campo] ¿Prohibiríamos también el sumo, la lucha canaria (de la
>que no soy seguidor), la grecorromana, lucha esta última auténticamente
>alucinante por su primitivismo y pureza viril?
>
>[Ernesto] El que alucino soy yo ¿Pureza viril? ¿Y eso que
>eeeeeeeeeeeees?
>Ah, ya, que los practicantes de la lucha grecorromana están muy poco
>amariconaos... todavía.
>:-DD
>Lo siento, pero efectivamente vas "contra el sentido y la dirección" de
>la historia: dentro de un siglo, todos seremos "locas".

No, no creo.

>PD: Es broma, por supuesto. Solo se me ocurren chorradas cuando no
>entiendo nada.
>
>Ernesto J. C.
>___________________________________________________
>Homo webensis, la página para homínidos con sentido crítico y del humor,
>http://www.interec.com/hwebensis


Uf, me pides que explique una de esas cosas poco menos que inefables, que no
tienen que ver con la racionalidad, que no tienen que ver con la fisiología
humana, que no es un concepto biológico, aunque a su base pueda haber
condicionantes genéticos, cosa que desconozco, y aunque no los hubiera no
afectaría para nada el concepto, un tanto difuso.
¿Qué quiero decir con pureza viril? El permanente deseo de lucha y
enfrentamiento reglamentado de los hombres, ya sea como sucedáneo de la
guerra (a la que no voy a calificar de "nuestra madre", como hizo Ernst
Jünger en su etapa más "incorrecta políticamente"; este calificativo hay que
entenderlo en su momento histórico) o como el simple placer de la lucha por
la lucha. Son muy numerosas las formas de lucha y pelea reglamentadas que
existen entre los pueblos de la Tierra. ¿Cómo podemos entender esto? Espero
que nadie vea machismo en esto, aunque realmente me importe poco. Quizá sí
reivindique una masculinidad (como el escritor italiano Giovanni Papini),
concepto que, bien caracterizado, podría incluir a las mujeres. Desconozco
si existe algún tipo de lucha regulada femenina en el mundo. Me parecería
muy interesante. Con lo que no estoy de acuerdo es que tras estos
comportamientos haya una especial degeneración o primitivismo desechable,
siempre y cuando haya reglas no escritas, honor (no me pidas que lo defina),
lucha noble, y otras cositas similares mayoritariamente volatilizadas en un
mundo como el de hoy. Quizá un buen ejemplo de esto sea la lucha canaria. El
vencedor ayuda a levantarse del suelo al vencido y normalmente levanta su
brazo a lo alto; jamás los he visto provocar una tangana, lo cual es
realmente sorprendente entre individuos que pueden rondar los 120 kilos e
intentan tirarse al suelo. No hay profesionalidad, excepto algún caso
particular, como Francis Pérez, "pollo de Frontera"; continúa la tradición
de que el público les arroje monedas una vez finalizada la brega
(enfrentamiento de dos luchadores). La violencia está perfectamente
encauzada por un reglamento, la pura fuerza física se equilibra con variadas
técnicas -y a veces ésta puede dominar. Esto es lo que yo entiendo por
pureza viril: me refiero a las actitudes, al estilo. Quizá el mejor ejemplo
de pureza viril lo he visto en Yukio Mishima, torso desnudo, cinta con
símbolos japonenes en la cabeza y katana empuñada. Ah!, y además era
homosexual, lo cual no es impedimento para nada de esto.

Creo que ninguna, ninguna de las chorraditas que digo de vez en cuando está
libre de lastre ideológico. No me importa; además, intento que no esté libre
de esa carga, deseo que no lo esté; creo que es necesario en un mundo como
el de hoy, donde existe la LOGSE y los telediarios. No está libre de carga
ideológica decir que mi patria es España, ni dar a entender que la ciencia
es la ciencia y las religiones las religiones, a pesar de que José M. Bello
dijera que era una obviedad, aunque sé (o adivino) que me estaba tomando el
pelo y sabía perfectamente que no eran obviedades, es decir, que yo no lo
decía como una obviedad ;-) Y disculpa lo que pueda parece prepotente de
todo esto.
Tiendo a idealizar algunas cosas (como el boxeo, que decía Negueruela),
porque es la única forma de no aburrirme en un mundo como el de hoy, la
única forma de dotarlo de un poco de sentido. Cada uno, todos, tenemos
organizada la mente como mejor le parece (o como lo condicionan...).
Bueno, ya basta.
Ricardo Campo.