9) Vivió más de los predicho por el médico. Un enfermo puede tener una enfermedad grave o crónica y el médico puede haber predicho una duración de unos cuantos días, meses o años de vida. Si el enfermo terminal se somete a un curandero o similar y luego muere después del tiempo predicho por el médico, el pseudotratamiento o el curandero se anotará créditos por prolongar la vida, cuando en realidad lo que hubo fue un pronóstico pesimista fuera de tiempo. La super- vivencia fue mayor de la esperada, pero se mantuvo dentro del rango de la variación normal de las estadísticas de la enfermedad. 10) Alivio de los síntomas. Lo que los enfermos y familiares evalúan más es el alivio de los dolores y las molestias (síntomas), aunque en el fondo no exista cura de la enferme- dad. Los pseudotratamientos son incapaces de alterar el proceso o evolución de la enfermedad, (aunque hay procederes que a veces lo empeoran), pero por causas psicológicas hacen la afección más pasajera. El dolor es un ejemplo. Las inves- tigaciones muestran que el dolor es en parte una sensación como la de ver u oir y en parte una emoción. Se ha comproba- do que el reducir el componente emocional del dolor deja la parte sensorial sorpresivamente tolerable. Por lo que el sufrimiento a menudo puede ser reducido por métodos psicoló- gicos, aunque la enfermedad como tal no es tratada. Cual- quier cosa que reduzca la ansiedad, incomodidad, redefinir la atención, alentar el autocontrol, o el conducir a la reinterpretación cognoscitiva de los síntomas puede aliviar la parte agónica del dolor. Esta estrategia es usada en las modernas clínicas del dolor. Hay que tener cuidado de que los alivios de los síntomas no desvíen al enfermo de los tratamientos científicamente probados antes que sea demasia- do tarde para que ellos hagan efecto. 11) Los curanderos y similares frecuentemente tienen una personalidad enérgica y carismática. El enfermo al ser envuelto por el aspecto y ambiente divino o mágico, puede presentar una sublimación psicológica. Si el que aplica la pseudoterapia o curandero es entusiasta y logra elevar el estado de ánimo y las expectativas del enfermo, este opti- mismo lo lleva a una mayor conformidad y por lo tanto a la efectividad de cualquier tratamiento científico que haya hecho, lo cual motiva al enfermo a comer y dormir mejor, a realizar ejercicios y ser más sociable. Todo esto, por sí mismo, puede ayudar a la recuperación natural. Estos beneficios psicológicos derivados pueden reducir el estrés, el cual en ocasiones puede dar un efecto pernicioso sobre el sistema inmunológico. Con el alivio puramente sintomático, lo aleja del problema, a menos que esto desvíe al enfermo de tratamientos más efectivos, y a veces económi- camente costosos. 12) Aunque no se produzcan mejorías objetivas, los devotos que tienen un fuerte convencimiento psicológico en el trata- miento curanderista podrían autoconvencerse de que ellos han sido ayudados por él. Esto no es más que una distorsión psicológica de la realidad. No haber recibido alivio después de haber empleado tiempo, dinero, y dar la cara a un período de pseudotratamiento, (y tal vez a todo aquello que éste forma parte), creará un estado de desarmonía interna. Ya que sería psicológicamente muy desconcertante el admitirse a uno mismo o ante otros que ha sido en vano, por lo que habrá una fuerte presión psicológica para encontrar algún valor posi- tivo en el pseudotratamiento. Muchos otros prejuicios ayudan a mantener la autoestima y a amoldar los demás comportamientos sociales. Debido a que las creencias tienden a ser defendidas vigorosamente por la distorsión de la percepción y la memoria, los practicantes fraudulentos y sus clientes están siempre listos a malinter- pretar y recordar cosas como ellos quisieran que hubiera sucedido. Igualmente, ellos serán muy selectivos en relación con lo que recuerdan, sobrestimando sus aparentes éxitos, mientras que ignoran, restan importancia, o explican mal sus fracasos. La sensación ilusoria de que los síntomas han mejorado podría ser también dadas por un número de llamadas caracte- rísticas de demanda que se encuentran en cualquier terapéu- tica. En todas las sociedades existen las "normas de reci- procidad", una regla implícita que obliga a las personas a responder de cierta forma cuando alguien les hace un acto de bien. Casi todos los pseudoterapeutas o curanderos creen que ellos están ayudando a sus pacientes, por lo que es natural que los pacientes quieran complacer a estos a la vez. Sin que los pacientes necesariamente se percaten de esto, tales obligaciones son suficientes para inflar su percepción de cuanto beneficio ellos han recibido. Por lo que, los contro- les para observar estos efectos de complacencia, también deben ser realizados en ensayos clínicos apropiados. 13) Un extremadamente reducido número de curanderos emplean personas sanas que se hacen pasar por enfermos. 14) Curanderos con conocimientos empíricos de medicina que indican medicamentos propios de farmacia o plantas medicina- les en determinadas enfermedades. A veces son estudiantes de medicina que no se graduaron, o técnicos de servicios de salud. (continuará...)
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