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[escepticos] Gámez desde Granada.



En el Correo Español de hoy aparece una entrevista de Gámez a Fernando
Savater, dividida en dos artículos. Os las trasncribo a continuación.

Un saludete.
-- 
Julio
mailto:jnegueruela en interbook.net

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«La lucha ahora es la cruzada contra la ignorancia» 

fernando savater filosofo 



Luis Alfonso Gámez GRANADA
 El filósofo donostiarra aboga en Granada por que los científicos se
impliquen directamente en la difusión de la ciencia para frenar el
avance de la superstición 
 Hoy están bombardeando un país en Europa. No son estos los días en que
uno ve la ciencia con más  optimismo, sino más bien lo contrario»,
reconocía el jueves Fernando Savater en Granada. Los bombardeos de 
Serbia por parte de la OTAN fueron objeto de continuas referencias entre
los participantes en el ICongreso de  Comunicación Social de la Ciencia,
que ha reunido en Granada a más de 550 escritores, filósofos
investigadores y periodistas de quince países. Savater dio una
conferencia sobre Valores morales y valores científicos, en la el
profesor donostiarra reivindicó la necesidad de que la sociedad esté al
corriente de los avances en el conocimiento científico.
 Michael Crichton dijo, en la última reunión de la Asociación Americana
para elAvance de la Ciencia, que ya es hora de que los científicos
«abandonen su torre de marfil».
 Yo creo que la lucha por la difusión de la ciencia es parte de la
cruzada contra la ignorancia, contra la falsa ciencia. Porque el dilema
no es 'ciencia, sí' o 'ciencia, no', sino 'ciencia verdadera' o 'falsa
ciencia'. Si no tenemos ciencia auténtica, vendrán las supersticiones.
Son los propios científicos y los comunicadores los que deben llevar a
cabo esa tarea.
 ¿Los científicos lo hacen bien o usted mismo, como hombre de letras,
percibe a veces la información científica como oscura?
 A veces, efectivamente, la información científica es muy críptica. Y, a
veces, también los científicos -que achacan  en ocasiones a la prensa
cierto sensacionalismo-, ellos mismos, que son personas muy rigurosas en
sus respectivos campos, tienen una especie de prurito infantil de llamar
la atención y de decir grandes enormidades  cuando salen de su campo.
Cosas que jamás dirían en una convención de colegas las dicen a la
prensa queriendo impresionar, y eso da lugar muchas veces a que pasemos
de lo ininteligible al sensacionalismo delirante sin ningún fundamento. 
 Tapar la verdad
 Aunque respondan a la realidad, a los científicos les desagradan los
titulares llamativos que, sin embargo, atraen la atención de la gente.
 Si no se falta a la verdad, si la cosa es sensacional, no hay problema.
El problema se da cuando el sensacionalismo tapa la verdad del asunto;
es decir, es una extrapolación hipotética del estilo de «¿habrá mañana
miles de 'hitlers' por ahí?». Este tipo de afirmación, totalmente
fantástica y especulativa, tapa la realidad del invento.
 Ese ejemplo del Hitler clónico es habitual, pero reduce a la persona a
lo biológico, sin tener para nada en cuenta el entorno sociocultural.
 Claro. Por eso es absurdo. La clonación tiene muchos aspectos morales,
pero no ese de que un clon vaya a ser moralmente idéntico a su, digamos,
padre clónico, sino otros. A veces, pasamos de un espiritualismo ingenuo
a un biologismo ingenuo. Quizás ése es uno de los problemas que puede
tener la ciencia: ser excesivamente objetivista y olvidar el componente
cultural, subjetivo, de la persona.
 La sociedad se siente desorientada, desconfía de la ciencia.
 Hay cosas preocupantes. A Von Braun, el padre de las 'V-1' y 'V-2'
alemanas, cuando estaba ya en Estados Unidos le preguntaron si no se
arrepentía de haber creado unas bombas que habían causado tanta
destrucción. Y el respondió:«Mire usted, como científico, mi problema es
desde que el proyectil despega hasta que cae. De dónde sale y adónde
llega, y que pasa antes o después, no es de mi
incumbencia».Evidentemente, este tipo de mentalidad es peligrosa en la
ciencia. Frente a eso, la sociedad tiene razón en preocuparse.
 -¿Y si no se interesa por la ciencia?
 Claro, si la sociedad no sabe nada, si ignora, si tiene simplemente
ideas supersticiosas, no puede hacer nada. Porque nadie puede defenderse
de lo que desconoce.

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«La ciencia es hoy un poco satánica» 

L. A. G. granada
  El siglo XX es sin ningún genero de duda, el de la ciencia, los
avances han sido  espectaculares, y, sin embargo, es también,
paradójicamente, el de la  superstición. Algo que no choca a Fernando
Savater. La razón está en que la  ciencia «da una especie de sensación
de omnipotencia más o menos ficticia,  consumista... Entonces, se buscan
por todas las vías atajos para todo. La  ciencia, durante siglos, ha
sido un camino de sabiduría que transformaba a la  persona que se
dedicaba a esa especie de ascética del conocimiento. Hoy, al  contrario,
lo que se busca por medio de la ciencia es poder, placer, riqueza... y 
eso la convierte en más peligrosa, un poco satánica.
  Y se identifica popularmente con el millonario de Parque Jurásico o el
científico  loco de los clásicos de terror y ciencia ficción.
  Por el miedo a una inteligencia analítica hipertrofiada y sin
sensiblidad humana,  que es el caso de todos los científicos locos de
las novelas de ciencia ficción,  que a veces son muy ingenuas. 
  Lo que no se puede decir es que la ciencia en sí misma sea buena o
mala. En  todo caso, hablaremos de la tecnología, ¿no?
  La ciencia, el conocimiento como tal, es más bien siempre bueno,
porque  conocer cómo son las cosas es positivo. Para poder juzgar luego
moralmente,  es importante estar bien informado. Son las aplicaciones o
las derivaciones de la  ciencia las que pueden ser discutibles. Lo que
pasa es que la ciencia en sí  misma rara vez está desligada de algún
tipo de orientación tecnológica y es  lógico que haya unas prioridades
sociales.
  ¿Fernando Savater ve el desarrollo de la ciencia y la tecnología con
más  esperanza que temor, o al revés?
  Hombre, hoy están bombardando un país. No son éstos los días en que
uno ve  la ciencia con más optimismo, sino más bien lo contrario.
Estamos viendo los  peligros y los problemas de la tecnología.