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[escepticos] Entrevista a Muñoz Molina.



Nuestro reportero preferido sigue haciendo de las suyas en Granada ;)
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Julio
mailto:jnegueruela en interbook.net
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«El progreso científico ha beneficiado la difusión cultural» 

antonio muñoz molina escritor y academico 



Luis Alfonso Gámez GRANADA
"Monto en cólera cuando veo un periódico con un horóscopo» afirma el
autor jienense, para quien el avance del oscurantismo es ahora un grave
problema "

 e define como «un entusiasta decidido del progreso científico». Antonio
Muñoz Molina, un apasionado de las nuevas tecnologías, considera que si
a alguien ha beneficiado el desarrollo de la ciencia es a las clases
humildes. Una afirmación que el académico y escritor apoya en sus
recuerdos infantiles del campo andaluz, con hombres arando de sol a sol,
sin agua corriente en las casas, sin cocinas de gas, sin lavadoras.
Recuerdos que parecen lejanos, pero que están a menos de cuatro décadas
de distancia, y que fueron el eje de su conferencia en el ICongreso de
Comunicación Social de la Ciencia.
 Usted es un hombre culto. ¿Entiende siempre a su médico cuando le
explica las cosas?
 No. Hay un problema en nuestra cultura europea, que detectó C.P.Snow
hace mucho tiempo y al que dio el nombre ya clásico de 'las dos
culturas', la separación entre la cultura científica y la que se llama
humanística. Curiosamente, se considera que alguien es culto cuando
tiene cultura humanística, pero no le hace falta tenerla científica. Eso
hace que muchas personas de cultura humanística tengamos una falta de
conocimiento científico realmente bochornosa.
 Hay mucho culto que dice: «¡A mí que me importa la ciencia!»
 Eso tiene que ver con el desprecio elitista hacia la ciencia. El
intelectual literario siempre ha considerado que aquello que estaba
fuera de su ámbito era menos importante y ha tenido una tendencia al
desprecio de lo científico, a mirar la ciencia como una amenaza, el
progreso como destrucción. Eso se da ahora mucho, por ejemplo, en las
reacciones apocalípticas frente a las nuevas tecnologías, cuando alguien
dice que éstas van a acabar con el libro, que el ordenador es malo para
la literatura. Todo eso es mentira. Ese reflejo oscurantista es muy
frecuente en las personas de cultura literaria y a mí me produce mucha
desazón.
 Sin embargo, usted es un literato que ha hecho fe pública de su apuesta
por la tecnología, por Internet.
 Es que es evidente. No se trata tanto de que uno elija ciertas cosas
como de mirar lo que tiene alrededor. Tú ves que, en todas partes, el
progreso científico y tecnológico ha beneficiado la difusión de la
cultura. Hace treinta años, en mi pueblo, conseguir un libro determinado
era muy difícil; ahora, tú vas a un quiosco y encuentras las obras
maestras a tu disposición por cuatro duros. Eso ha venido facilitado
únicamente por el progreso científico y tecnológico.
 Y uno tiene al alcance de la mano Internet, un inmenso archivo de
textos.
 Dicen que las nuevas tecnologías van a acabar con la palabra, pero la
red es el reino de la palabra. Otra cosa son las palabras que haya ahí.
Pero yo creo que si miramos históricamente, se puede sacar la conclusión
de que el desarrollo científico casi siempre ha sido rechazado por las
elites privilegiadas y aceptado con entusiasmo por los pobres.
 Porque igual les mejoraba más la vida, ¿no?
 En mi sociedad, en el mundo en el que yo viví, el progreso científico
cambió la vida para mejor en la inmensa mayoría de los casos. Fue un
cambio tremendo y simple que la persona bien criada, que nació con
privilegios, no percibió, pero los pobres sí. Al que se había criado en
la biblioteca de sus padres, el progreso tecnológico le dijo menos que
al que estaba cavando la tierra y de pronto vino un aparato que cavaba.
A la mujer que tenía una criada no le afectaba la lavadora; pero, para
la señora que se dejaba las manos en la pila, fue un invento
maravilloso.
 Y, sin embargo, esas mismas personas que usan lavadoras o viajan en
avión sienten miedo o desconfianza hacia la ciencia.
 Es un reflejo habitual. Y luego hay una cosa de la que yo creo que son
cómplices las autoridades y los medios, que es la cancha que se le da al
oscurantismo y a la pseudociencia. Yo siempre monto en cólera cuando veo
un periódico con un horóscopo.
 Pues estará encolerizado permanentemente, porque no hay periódico sin
horóscopo.
 Me parece vergonzoso. Comprendo que un periódico 'amarillo' publique
horóscopos, pero que un periódico serio lo haga me parece vergonzoso. Y
me parece todavía peor en medios de comunicación públicos, que en
televisiones públicas, haya brujos, adivinos, sanadores...
 ¿Qué siente al saber que un político como Joaquín Almunia cree en el
horóscopo?
 Si eso es verdad...
 Lo ha dicho recientemente en un entrevista.
 Entonces, no me merece ningún crédito. Y lo digo así de claro. No hay
término medio:no se pueden usar antibióticos e ir a una curandera. Ese
es uno de los problemas más graves que tenemos ahora.
 La fácil pseudociencia
 Un problema que tiene su origen en la incultura.
 Hay una incultura muy grave: la de aquéllos que pueden ser cultos y
prefieren ejercer la incultura.
 ¿Por intereses crematísticos...?
 O por pereza, o por lo que sea. La pseudociencia es más consoladora. La
ciencia, contra lo que esta gente piensa, no te da certezas. La ciencia
te da preguntas, te da inquietudes, te hace pensar. La vida surge a
partir de azares, de determinaciones genéticas, de circunstancias
históricas difíciles. Y eso es muy difícil de aceptar. Otra cosa mucho
más difícil de aceptar es la responsabilidad personal.
 Con la astrología, por ejemplo, responsabilizas a las estrellas.
 Es la gran industria de la irresponsabilidad.Echarle la culpa a otro,
que puede ser el que te ha echado el mal de ojo, el Gobierno central,
que conspira continuamente contra ti.
 ¿Por qué se apoya toda esta industria del engaño desde las televisiones
públicas?
 Porque yo creo que les interesan más súbditos que ciudadanos, gente
ignorante y dócil que pueda creerse los anuncios...
 ¿Que, por ejemplo, no cuestione al político y le pida cuentas de sus
incumplimientos?
 Sí, y también por falta de honradez intelectual, por pereza.
 ¿Hay alguna manera de frenar el avance de la pseudociencia?
 Con una labor educativa, de perfeccionamiento de las capacidades de uno
para descubrir su sitio en el mundo, enseñar hábitos de pensamiento. La
educación científica nos tiene que dar unos conocimientos básicos, pero
sobre todo una actitud de racionalidad, de sospecha, de poner en duda
las cosas.
 ¿Se lanzó por vocación al mundo literario o fue víctima de profesores
que enseñaron las ciencias de mala manera?
 Las letras son más fáciles que las ciencias. Digámoslo claro.
Efectivamente, no se enseñaba bien, pero hay una parte de
irresponsabilidad personal. También tuve excelentes profesores de latín
y fui un gaznápiro. Y ahora me arrepiento de no saber latín.