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RE: [escepticos] Todavía sobre la astrología
Antoni Mont dixit:
> No parece que La Vanguardia vaya a publicar mi segunda carta sobre el
> tema.
[...]
> fin, ¿alguien se anima a tomar la alternativa?. ¡Esto no puede quedar
> así!.
Faltaria más, de mil amores }8<[>
La carta la mandaré el viernes, así que teneis un par de días para
criticar, sugerir, rectificar, insultar o deshacerse en elogios (toda
clase de donativos también serán bien recibidos, excepto peines) ;-)
Saludos
Javier Marí
jamc en ctv.es
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Sinaptic en el IRC
PGP disponible
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"Tal vez no estemos aquí para alabar a dios, sino para crearlo"
A. C. Clarke
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Sinceramente, hay que reconocer que el gremio de los así llamados
"astrólogos" es, cuanto menos, un caso curioso.
Parece ser que los astrólogos han estado enormemente ocupados los
últimos 4000 años y que tan absorbidos por sus obligaciones como
estaban, no han tenido tiempo para atender a algunas de cosas que han
ocurrido con el paso de los milenios. Según me contaba mi abuelo,
parece ser que eso de "Así como es arriba, también es abajo" (sic)
dejó de tener demasiado sentido cuando nos dimos cuenta que la Tierra
no era una planicie soportada por enormes tortugas que flotaban en un
mar infinito (créanme señores, se lo digo en serio), sino que es un
planeta, redondito él, que vagaba por la inmensidad del espacio en
compañía de sus similares, y que lejos de haber enfadados dioses del
trueno contemplando a los simples mortales desde sus altares en las
afueras de la tierra e interfiriendo en las trifulcas domésticas de
los honrados ciudadanos (una ocupación más bien aburrida para un dios,
dicho sea de paso) lo que había a una distancia respetable más allá de
nuestras narices era un sorprendente, inmenso y extraordinariamente
bello universo. Muchísimo más complejo y poderoso de lo que ningún
astrólogo haya llegado a imaginar jamás. Pero claro, ya se sabe que
no se puede tener todo, y los astrólogos han estado tan ocupados los
últimos milenios que no se han dado cuenta que al no ser la tierra
plana y el centro del universo ni las estrellas puntos fijos en una
esfera de cristal, es imposible que el fantástico espectáculo que de
vez en cuando nos deja intuir la polución de las grandes ciudades, se
repita un día tras otro exactamente igual que el anterior. A resultas
de esto, la visión que tenemos desde la tierra de las constelaciones
varia ligeramente año tras año, dando una vuelta completa cada 26.000
años, y como los astrólogos no han tenido el detalle de tener esto en
consideración, resulta ser que cuando un astrólogo dice que tú pareja
te va montar una escena porque Marte se ha ido de alterne a la
constelación de Virgo y Júpiter anda algo malhumorado estos días, si
vas al campo y echas una mirada al cielo te das cuenta que Marte no
está en la constelación de Virgo y que Júpiter está de un excelente
humor, tan brillante y majestuoso como siempre. Pero al fin y al cabo,
¿qué culpa tienen ellos de que el universo no se comporte como les
gustaría? Ya tienen bastante trabajo ocupándose de buscar excusas para
sus errores como para preocuparse de algo tan irrelevante para sus
cuentas bancarias como la realidad. Además, ¿quién va a darse cuenta de
que la astrología falla incluso en sus más importantes principios? La
gran mayoría de la gente no conoce la posición de las constelaciones en
el firmamento, y si se es lo suficientemente convincente se fiarán de
su palabra. Claro que como es sabido, basta con que un niño se moleste
en mirar para darse cuenta que el emperador va desnudo, lo cual
aprovecho para sugerir al gremio de los astrólogos que contraten con
urgencia a un niño para que los ponga al día en cuanto a sus
conocimientos sobre la posición de los planetas, estrellas y
constelaciones.
Dicho esto, debería ser suficiente para dales unas palmaditas en la
espalda a los astrólogos y desearles felices sueños. Pero no seamos
malos, démosles una oportunidad, a ver si resulta que estos chicos,
después de todo, van a tener algo a lo que agarrarse.
Ultimamente, una de las dedicaciones favoritas de los estudiosos de
la astrología es la de juguetear con los ordenadores para intentar
sacarse de la manga algún dato que corrobore sus afirmaciones
(parece ser que las propiedades mágicas de los pedruscos multicolores
andan de capa caída últimamente y con estas cosas modernas del café
instantáneo, los posos del café en lugar de hablar de nuestro futuro,
insultan. Puede que sea esto por lo que gran parte de la comunidad
paranormal se está pasando en masa a la informática. Pobrecitos, no
saben donde se meten) El resultado de estos juegos es que según cuentan
los astrólogos, algunas personas que se suelen levantar de mal humor
nacieron en el mismo momento en que Marte asomaba por el horizonte en
Villarrobledo, lo cual según ellos es prueba innegable de que los
planetas fuerzan a las personas a invadir Rusia en invierno, arruinarse
en la bolsa, cometer asesinatos, divorciarse, o comer tortilla de
patatas para cenar. Ya ven que desilusión, yo que siempre he sostenido
que era la belleza de tus ojos lo que hacia Venus tan hermoso, y ahora
resulta ser que me has estado engañando toda la vida, y era a Venus a
quien debía de haber llevado a aquel apartamento junto al mar. Pero
bueno, si lo dicen los astrólogos, verdad será... no creo que vayan a
engañarnos por algo tan vulgar y poco espiritual como el dinero. ¿O sí?
Otra de las facetas fascinantes de los astrólogos es que poseen una
capacidad que ya hubieran querido para si unos convecinos suyos, los
alquimistas: la capacidad de transmutarse. Sin que se produzca ningún
gasto aparente de energía, un astrólogo es capaz transmutarse en
artista cuando sus especulaciones son puestas en duda por la ciencia,
eludiendo de este modo un detalle tan molesto como el que sean incapaces
de mostrar ni la más mínima brizna de coherencia en sus afirmaciones, y
al poco rato, cuando el científico se da la vuelta, asumir la apariencia
de este para adquirir frente a su clientela un halo de respetabilidad
con el que pagar un taparrabos nuevo, una túnica multicolor, o las obras
de la piscina. Como salta a la vista, la piedra filosofal que los
astrólogos utilizan para esta transmutación no es otra que la moderna
quintaesencia, el dinero.
En fin, un caso curioso este de los astrólogos y la astrología. Y sin
lugar a dudas, uno de los mayores logros del arte escénico de todos
los tiempos.
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