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[escepticos] alineacion del 5 de mayo
Hola, resulta que hace algun tiempo escribi este
articulo sobre la alineacion del 5 de mayo para un fanzine.
Notareis el tono borde, provocador e ironico. Bueno, pues
parece que no va a ser publicado :-( asi que pense que lo
mismo os gustaba a vosotros.
Saludos,
Santi
CHIFLADOS... ¡FORMEN LÍNEAS!
Temblad, oh minúsculos mortales, porque el fin del mundo se
acerca y está anunciado por numerosos fenómenos celestes, como la
alineación planetaria del 5-5-2000, una alineación tan magnífica
que sólo ocurre cada ochenta años y... y...
Espera... si una alineación así marca el fin del mundo, y
resulta que ocurre cada siglo, ¿cómo es que todavía seguimos aquí?
Algún astrólogo despistado dirá que lo especial de esta
alineación es que viene acompañada de un eclipse total de Sol, el
famosísimo del 11-8-1999. En cierto sentido es lógico asociar los
dos fenómenos, ya que un eclipse se produce cuando hay una buena
alineación entre Sol, Luna y Tierra. Pero es que no habrá eclipse en
el 2000, y en promedio se produce un eclipse total de Sol cada año y
medio; no es difícil llegar a una conclusión.
Sigue habiendo quien cree que la astrología es un pasatiempo
inofensivo, que nadie cree en estas cosas. Pero una europeísima madre
en Bucarest ahogó a su hijo en el retrete porque nació durante el
eclipse y por lo tanto iba a ser un monstruo.
Curiosamente, el llamado "Eclipse del Milenio" despertó poca
atención en América. Como no fue visible allí, debieron pensar que
simplemente marcaba el fin del Viejo Mundo. A pesar de esto, tres
chorizos convencieron a un superintendente de policía de Picui,
Brasil, para que les soltase, ya que iban a morir todos.
Algunos chiflados realmente quieren que ocurran desgracias
para tener razón. El País publicó una carta de alguien que decía que
los "hiperescépticos" no deberíamos alegrarnos tanto, ya que los
efectos magnéticos del eclipse iban a tardar sólo unos días en
llegar a la Tierra. Es impresionante lo que falla la memoria cuando
uno ha sufrido tantísimo con cada eclipse.
más conectados con el resto del cosmos a través de los planetas, o
cosas así.
Pero es que las alineaciones perfectas son imposibles, y no
es sólo cuestión de que haya que esperar mucho tiempo; es que el
Sol, Neptuno y Plutón nunca, nunca, nunca están alineados, rabia
rabiña. Veamos por qué.
Hay varias formas en las que varios cuerpos se
pueden quedar trabados entre sí por medio de la gravedad. Por
ejemplo, la Luna nos presenta siempre la misma cara. Los asteroides
troyanos preceden y siguen a Júpiter 60° en su órbita. Un tercer
ejemplo, el que nos interesa: Neptuno y Plutón están en resonancia;
el primero tarda tanto tiempo en dar tres vueltas alrededor del Sol
como el segundo en dar dos, 494,3 años. Esto no es una casualidad,
sino una configuración estable; si se modificase un poquito la
órbita de uno de estos planetas, los siguientes encuentros con el
otro restablecerían esta situación.
Por otra parte, los planetas no se mueven exactamente en el
mismo plano. La órbita de Plutón forma un ángulo de 17° con la
Eclíptica.
La consecuencia de estos dos hechos es que si mirásemos
desde "encima" del Sistema Solar, cuando pareciese que Neptuno y
Plutón se alineasen con el Sol, en realidad los tres astros
formarían un ángulo de 17° entre sí. Si a partir de este momento
siguiésemos desde el Sol la trayectoria de ambos planetas durante
494,3 años, su distancia mínima sería 12°. Luego el ciclo se repite
y, vistos desde la Tierra, los dos planetas no pueden acercarse más
que 11°.
Así pues, las alineaciones perfectas son imposibles; pero
de todas formas unas son más imperfectas que otras; ¿cuán buena
será la alineación del 2000 comparada con otras recientes?
El 5-5-2000 todos los "planetas" ancestrales, Mercurio,
Venus, Marte, Jupiter, Saturno, la Luna y el Sol, se verán desde la
Tierra en un arco de 26° de apertura. Vistos desde el Sol, será 50°.
¿Es esto mucho? Bueno, digamos que si te vas de caza y disparas
agachado con la escopeta desviada 50° conseguirás destrozarte la
rodilla. Una alineación así ocurre más o menos cada 80 años. Nosotros
hemos tenido suerte; podremos ver dos o incluso tres de éstas.
La alineación de 1962 fue bastante mejor que la del 2000.
Los mismos astros estaban en un arco de sólo 16°, y además hubo un
eclipse total de Sol (recordemos que en el 2000 no habrá eclipse).
Para volver a encontrarse con los planetas tan juntos hay que
remontarse hasta el año 1186; 12° y con eclipse parcial. Obviamente,
esto quiere decir que en 1962 debió ocurrir algo más importante que
el fin del mundo.
Si queremos encontrar alineaciones recientes que incluyan a
todos los planetas y la Luna y el Sol, tenemos que conformarnos con
aperturas enormes. En 1982, por ejemplo, todos los planetas
estuvieron al mismo lado del Sol, en una franja de 95°. Visto desde
la Tierra, el ángulo abarcado era 130°, bastante poco vistoso.
La última alineación con todos los planetas en menos de 90° fue en
el 1-2-949, y la próxima será el 6-5-2492.
En realidad esto es mala suerte. Típicamente se produce una
estación de alineaciones de los nueve planetas cada 500 años, cuando
Urano se acerca a Neptuno y Plutón. Los otros planetas, que se
mueven mucho más rápidamente, suelen conseguir alinearse varias
veces, mejor o peor, mientras los astros lentos permanecen cerca
unos de otros.
Esto de los 500 años es decepcionante; a uno le gustaría que
ocurriesen cosas asombrosas con todos los planetas frecuentemente,
para así tener programado el día más importante de nuestra vida todas
las semanas. ¿Cómo podríamos conseguir esto?
Una solución es buscar otros fenómenos como las "cruces",
en las que los planetas aparecen en cuatro direcciones enfrentadas.
En agosto de 1998 hubo una cruz que supuestamente produjo niveles
más altos de consciencia. La ventaja de estas configuraciones es
que no hace falta que los planetas estén en un intervalo de,
digamos, 20°, sino que pueden caer en cuatro franjas así de grandes.
Y sin embargo, durante la alineación de 1982 cundió el
pánico porque la gente no pensó que durante la del 62 no hubo
maremotos ni nada de nada.
Pero, ¿y por qué tendríamos que pensar? A lo largo de toda
la historia, el fin del mundo ha estado siempre muy cerca; es lo
que vende. Los primeros en predecir el fin del mundo basándose en
una alineación, que nosotros sepamos, fueron unos chinos del siglo
III antes de Cristo. Gracias a su aviso, incontables millones de
personas pudieron sobrevivir a las calamidades que no ocurrieron.
Así pues, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar una tradición
iniciada por astrólogos tan sabios que su relación con el planeta
Tierra era débil?
Otra estrategia para superar la aburrida realidad es decir
que los terremotos catastróficos ocurrieron durante las alineaciones
del pasado. Según algunos iluminados, estos cataclismos mataron a
los mamuts. Hoy en día es fácil encontrar en la internet páginas que
culpan a la alineación que todavía no se ha producido de los
terremotos de este verano; páginas en las que se pueden comprar
libros por $100 para aprender a protegerse de los seísmos realmente
serios, los del año que viene. Aceptan tarjetas de crédito, a pesar
de la cercanía del fin del mundo.
Los catastrofistas de todo tipo son inmunes al sentido
común. Por ejemplo, todos pretenden estar interesados en el virus del
milenio, pero nadie ha querido aprender que no ocurrió nada el
9-9-99. Y ya se ha sugerido que los ordenadores supervivientes al
1-1-2000 tendrán problemas el 29-2-2000, por ser "inesperadamente"
año bisiesto. En este negocio de las premoniciones es demasiado
tradicional posponer el apocalipsis; ojéese, por ejemplo, una
colección de 420 predicciones del fin del mundo en
http://www.geocities.com:80/Athens/Oracle/9941/index.html. Tanto
aplazar fechas es curioso, porque nadie le pide a los invocadores que
trabajen más y repartan nuevas citas para el Juicio Final. De hecho,
una buena predicción es la que no se cumple, así que sólo hay augures
incompetentes en este negocio; deberíamos estarles agradecidos.
Mientras tanto, Jerusalén se llena de sectas suicidas que
sugieren muy razonablemente que tenemos que quemarnos vivos para
evitar las consecuencias de tantos ceros en las fechas. Los
musulmanes a su lado no acaban de entenderlo; ellos siguen en el
siglo XIV de su calendario, y se ríen al ver que nosotros no sabemos
ni en qué año empieza nuestro tercer milenio, ni cuándo nació
Jesucristo; ignorancias que resultarán muy útiles para revelar
nuevos plazos cuando los primeros pronósticos hayan fallado.
Lo que está claro es que todo embaucador manipulará esta
alineación. Durará desde marzo hasta junio del 2000, y habrán
oportunidades para relacionarla con unos cuantos desastres naturales
y sociales. Ah, pero ya estamos haciendo profecías... ¿quién podría
resistirse? Este es, precisamente, el origen del problema.