[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

[escepticos] ¿La Constitución viola los derechos humanos?



[Javier Armentia, en su mensaje "desobedeciendo a Borja"]
Y me explico, porque normalmente, esto es, en circunstancias normales, a mí
no me veríais defendiendo una constitución en la que se vulneran los
derechos humanos, es decir el de igualdad de oportunidades, porque yo no soy
igual que unos que se apellidan Borbón; una constitución en la que se da
carta blanca a ciertas confesiones institucionalizadas para seguir haciendo
de su capa (su sotana) poco menos que un sayo, en la que se sacraliza como
bien primigenio una integridad territorial que, por el camino de
internacionalización de las cosas que deberíamos llevar, suena demasiado
geográfico, demasiado antiguo; una constitución en la que se haga a la
monarquía y al ejército (como si no supiéramos lo que ha pasado en nuestra
historia) garantes de esos principios (y continuaciones), estados y demás.

[José Alonso]
Demasiado grave la acusación (una constitución en las que se vulneran los
derechos humanos) para las pruebas que aportas, a saber: a) se quiebra la
igualdad de oportunidades porque los que se apellidan Borbón disfrutan de
privilegios; b) se da carta blanca a ciertas confesiones
institucionalizadas; c) se sacraliza la integridad territorial como un bien
primigenio, y d) se hace garantes a la monarquía y al ejército de los
principios anteriores.
Aunque fuesen indiscutibles (que no lo son) los cuatro ejemplos que
planteas, incluso contando con su actuación conjunta, de ellos no se extrae
que la constitución vulnere los derechos humanos, salvo que emplees esta
expresión en un sentido coloquial, con significados que se me escapan.
Precisamente la CE está considerada como una de las más avanzadas del mundo
en la protección y defensa de los derechos humanos, tanto individuales como
colectivos. Su Título Primero (de los Derechos y Deberes Fundamentales)
constituye un salto adelante extraordinario respecto de la situación
española precedente y, aún más, en su conjunto la constitución supone un
referente en el estudio comparado por cuanto eleva a rango constitucional
derechos y principios que normalmente no se recogen en otras leyes
fundamentales.
Otra cosa es que puedas decir (que no lo has dicho, aún al menos) que el
papel aguanta lo que le pongan y que, en realidad, esos derechos no se ven
protegidos suficientemente en la vida cotidiana. Aquí estaría ya más de
acuerdo, pero el problema estaría en la aplicación de la constitución, no en
la constitución misma.
Yendo a tus cuatro ejemplos, permíteme decir algo:
a) Los que se apellidan Borbón no son iguales a los restantes ciudadanos:
esto no es estrictamente cierto. La Constitución establece, en su art. 56,
la inviolabilidad de la persona del rey (sólo la de él) y que la
responsabilidad por sus actos (políticos, se entiende) la asume el
presidente del gobierno o alguno de sus ministros mediante el pertinente
refrendo. Pero es que no hay país en el mundo que no establezca la
inviolabilidad de la persona del Jefe del Estado mientras esté en el
ejercicio de sus funciones; la inviolabilidad digo o, al menos, la sujeción
a un procedimiento especial extremadamente garantista. Aun más, esa ruptura
que señalas en la igualdad de oportunidades (que no es tal tampoco) se da no
sólo referida al Jefe del Estado, sino a otras muchas personas que gozan de
un estatus especial: parlamentarios o jueces, por ejemplo, ellos disponen de
un plus de protección jurisdiccional que no tenemos los restantes mortales.
Una vez más, esto se da también en todos los países del mundo, por lo que no
constituye una peculiaridad de la constitución española. Llegado a este
punto habría que concluir que ninguna constitución del mundo respeta los
derechos humanos, puesto que todas violan el principio de igualdad de
oportunidades, o que este aspecto en realidad resulta irrelevante para la
protección de esos derechos y, en muchas ocasiones, sirve para afianzarlos.
b) Se da carta blanca a ciertas confesiones institucionalizadas: Una vez más
señalas una característica que comparten muchos países de nuestro entorno,
todos los que han declarado la aconfesionalidad de su Estado. Los pactos,
acuerdos o concordatos con distintas confesiones (en especial la católica)
es una actividad normalizada y frecuente, con ellos se establecen las
condiciones y formas en que una religión puede profesarse en España. No
hacerlo así sí que sería un atentado grave contra un derecho fundamental, el
de la libertad de creencias y cultos. Que a mí personalmente no me guste que
se dé vuelo al fenómeno religioso no significa que deba vetarlo despreciando
el derecho de quienes sí creen en él. El hecho cierto de que la parte del
león de esos acuerdos sea el determinar subvenciones, ventajas fiscales o el
acceso a los medios de comunicación públicos no quita ni pone nada a lo
dicho, también pasa lo mismo con los partidos políticos y los sindicatos. En
todos estos casos la forma de garantizar los principios que encarnan es
precisamente la de facilitar su pervivencia con fondos públicos. En
cualquier caso, y siendo como es esta una práctica común en todos los países
democráticos, nos encontramos con la misma aporía que en el punto anterior:
o no hay ningún país en el mundo que respete los derechos humanos, o este
fenómeno es irrelevante para ellos (para los derechos humanos, se entiende).
c) Se sacraliza la integridad territorial como un bien primigenio: ¿Y qué
tiene eso de malo? Lo dices como si se constitucionalizara un delito. Se
trata de un Estado que intenta dotarse de una constitución para todo él, es
completamente lógico que se vea a sí mismo como una unidad por mucho que no
guste a otros. La integridad territorial me permite a mí, que soy canario,
sentir que también es mi tierra cataluña, el país vasco o cualquier otra
parte de españa, y moverme por toda ella con entera libertad, o establecerme
donde quiera, etc. La fragmentación territorial me privaría de ese derecho.
Dicho esto, también hay que decir, porque es justo, que el nivel de
autogobierno de las comunidades autónomas es en muchos aspectos superior al
de otros estados de profunda raigambre federal, así que la unidad
territorial no está reñida con el máximo nivel de competencias autonómicas y
sería una falacia querer concluir lo contrario. Por último, y una vez más,
la defensa de la integridad territorial de la nación se repite en la inmensa
mayoría de las constituciones, por lo que una vez más volvemos a la
dicotomía ya planteada.
d) Y para finalizar, dices que tanto la corona como el ejército se hacen
garantes del cumplimiento de los tres puntos anteriores, ¿y qué? ¿en qué
atenta eso contra un sólo derecho humano? Si los tres puntos anteriores son
absolutamente normales en otros países y suponen una constante en el
constitucionalismo comparado sin por ello quebrar el respeto por los
derechos humanos, no hay motivos para suponer que el establecimiento de un
garante específico les otorga un sentido maléfico. Por cierto, que el
encargo al ejército y a la jefatura del estado de velar por los principios
recogidos en la constitución es, una vez más, también frecuente de encontrar
en otras constituciones.

Así que, de los cuatro puntos que estableciste como definidores de una
constitución irrespetuosa con los derechos humanos no sólo no es así sino
que ni siquiera son exclusivos de la situación española. Todos y cada uno de
ellos son comunes en otros países de nuestro entorno (y sin serlo)  y no
levantan esta polémica. ¿Qué diríamos entonces si la constitución prohibiera
la creación de partidos políticos de ideología extremista, como en Alemania,
o de carácter regional, como en Portugal? ¿Cómo saltariamos si sacralizara
el centralismo estatal como en Francia? ¿Y del mantenimiento de las casas
reales de Gran Bretaña, Suecia, Holanda, etc? ¿Tampoco respetan estos países
los derechos humanos? Creo recordar que en una ocasión puse un estudio
comparativo entre las constituciones democráticas en la corrala, por ahí
debe andar.

En fin, Javier, que no me ha parecido muy afortunada tu afirmación de que la
constitución española no respeta los derechos humanos, perdona el tremendo
rollo que acabo de largar pero al césar lo que es del césar y a la
constitución lo que le pertenece, no más pero tampoco menos.

Saludos