Israel
Un Estado racista y genocida
El Estado de Israel fue fundado en 1948 asentado en territorios que pertenecían hasta ese momento a
un antiguo país: Palestina, que había sido colonia inglesa, cuya población fue exterminada o expulsada
masivamente. Ese antiguo país tenía hasta fines de la década del 30 un 90% de población de origen
árabe y un 10% de judíos asiáticos, que habían convivido pacíficamente durante más de mil años.
Los ingleses y los yanquis impulsaron la creación de Israel como la supuesta "patria de los judíos". El
objetivo era implantar una población de origen europeo que sirviera para formar un Estado gendarme
del imperialismo, capaz de mantener dominado para los intereses imperiales al rico Medio Oriente
petrolero.
Para lograrlo aprovecharon las consecuencias del holocausto, el exterminio de judíos por parte de los
nazis en toda Europa, para, después de la guerra, anunciar un "hogar judío" y atraer así a los
perseguidos judíos. El pequeño inconveniente era que Palestina estaba habitada. Entonces apelaron a
una masiva "limpieza étnica" mucho peor que todas las que hizo Milosevic en los Balcanes. Decenas
de pueblos y barrios palestinos fueron destruidos por escuadrones fuertemente armados sionistas que
actuaban bajo la vista gorda británica. Así terminaron expulsando a casi todos los palestinos a los
países vecinos. Y en 1948, con el aval de la ONU, de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y también
de la URSS de Stalin, fue fundado Israel, super-armada por Estados Unidos. Su origen es un
genocidio, su doctrina estatal es racista.
Al poco tiempo libra su primera guerra contra los países árabes vecinos y amplia su territorio inicial.
Los árabes palestinos que sobrevivieron tuvieron que abandonar sus tierras y casas y refugiarse en
campamentos en los países árabes vecinos. Una pequeña porción de la antigua Palestina quedó
controlada por Jordania.
Desde entonces los palestinos no se han rendido. Su heroica lucha por recuperar su país sirvió de
inspiración para todo el movimiento antiimperialista árabe. Cada lucha del pueblo palestino es seguida
con admiración y solidaridad por millones de árabes y otros pueblos de cultura islámica, oprimidos por
el imperialismo. Construyeron una formidable organización, la OLP, Organización de Liberación de
Palestina, que agrupa a varias corrientes, y que proclamó su objetivo de destruir al Estado de Israel y
conquistar una Palestina laica, democrática y no racista.
Israel libró guerras contra los países árabes en 1956, 1967 y 1973. En 1982 invadió el Líbano donde
terminó con su primera derrota militar hace 3 meses.
En 1987 surge con fuerza en los territorios de Gaza y Cisjordania, ocupados por Israel, la Intifada, una
guerra popular, con piedras, llevada adelante por jóvenes y niños contra las tropas de ocupación. El
Estado de Israel respondió con una represión brutal, decenas de miles fueron encarcelados, les
volaban sus casas y amputaban sus manos a los que capturaban tirando piedras, la tortura es
legalizada como un método estatal para conseguir confesiones. Pero nada pudo parar la Intifada hasta
1992, cuando Israel negocia directamente con Arafat, jefe de la OLP. Así se firman los acuerdos de
Oslo según los cuales Israel concedió a la OLP la administración de una pequeña parte de Gaza y
Cisjordania. A cambio la OLP renuncia a su programa de destrucción de Israel. Pero el pueblo
palestino tomó el establecimiento de la zona de administración palestina como una conquista para
seguir su lucha. Seis millones de palestinos, hijos y nietos de aquellos de 1948, siguen refugiados y
anhelando volver al país del cual los despojaron.
Miguel Lamas