Anti-sionismo no significa antisemitismo
Los dramáticos acontecimientos que se están produciendo en los territorios ocupados palestinos, vuelven a poner en el ojo del
huracán al Estado de Israel y al pueblo judío.
En los medios de comunicación se suele identificar al Estado de Israel con un estado judío, esta identificación hace que mucha gente
se pregunte ¿Cómo un pueblo que ha sufrido tanto, puede infligir tanto dolor al pueblo palestino y a sus vecinos árabes? ¿Cómo se
explica la historia de más de 40 años de represión contra el pueblo palestino?
En primer lugar es necesario distinguir entre qué es el sionismo y qué es el judaísmo.
El judaísmo es una religión que practican millones de personas en todo el mundo. Como en cualquier otra religión, hay judíos ricos y
judíos pobres; judíos de derechas y judíos de izquierdas; y también hay judíos sionistas y judíos antisionistas.
La existencia de gente con esta creencia común, no implica de ninguna manera la necesidad o el derecho a la creación de un estado.
El sionismo es una ideología política que usa la religión para justificar sus acciones. Se basa en el derecho de los judíos a tener su
propio estado y a considerar, en la práctica, a todos los árabes como al enemigo a extinguir.
Racista
El hecho de clarificar la diferencia entre judaísmo y sionismo, es de extrema importancia. Sería un grave error dejar que los
antisionistas cayeran en el antisemitismo, ya que esto sería hacerle el juego a los fascistas que están en contra de todos aquellos que
no cumplen con su ideal racista.
El sionismo adquirió fuerza a principios de este siglo, en los países del centro y del Este de Europa (Rusia, Polonia, Austria,
Alemania) y fue una respuesta a los ataques racistas de los gobiernos de estos países contra sus ciudadanos judíos. Estos ataques se
tradujeron desde acciones individualizadas, hasta los grandes progroms (matanzas de judíos) de los años 30.
El movimiento sionista partía de la base de que el antisemitismo es inherente a los gentiles (no judíos) y por ello nunca iba a
desaparecer. La solución para los sionistas, está en la separación total y absoluta, entre judíos y no judíos, y por ello es necesaria la
existencia de un Estado judío para los judíos. Algo une el antisemitismo con el sionismo: cuantos más ataques racistas, más justifican
los sionistas la teoría de la separación.
La otra alternativa
Sin embargo, no todos los judíos respondieron igual a la ola de antisemitismo del Este de Europa. La alternativa de estos judíos al
sionismo fue entender que el antisemitismo era un producto del sistema capitalista, que lo utilizaba para dividir a la clase trabajadora.
Para luchar contra el racismo y el antisemitismo, había que luchar por el socialismo dentro de la clase trabajadora. Los movimientos
revolucionarios tuvieron muchos judíos en sus filas: Marx, Trotski, Rosa Luxemburg... fueron judíos revolucionarios que no aceptaron
la teoría de la inevitabilidad del antisemitismo.
Para sobrevivir, el sionismo siempre ha tenido que aliarse con los poderes imperialistas imperantes en cada momento histórico. Tras
la II Guerra Mundial, EEUU emergió como el guardián del mundo occidental. Toda la razón de la existencia del Estado de Israel fue:
ser el perro guardián de los intereses económicos y estratégicos de los grandes poderes.
Oponerse al Estado de Israel, no significa oponerse a los judíos como tales, sino a una ideología que justifica la opresión del pueblo
palestino y la existencia de un Estado pro-imperialista en Medio Oriente.
Por lo tanto, el apoyo a la lucha palestina y la oposición al sionismo, deben basarse en el internacionalismo. Igual que la lucha de
cualquier otro pueblo oprimido, los palestinos han de tener el apoyo de toda persona progresista, ya sea ésta judía, musulmana,
cristiana o atea.
Así mismo, los argumentos que se utilizan para defender esta lucha deben dirigirse a buscar este apoyo.