Yo dije:
>>¿Queréis que pregunte algo de vuestra
parte?
Y Esteban me contestó:
> Falta por
decidir si las vacas (animales no humanos) son seres que merecen consideración
moral, o bien aceptamos que el sufrimiento y sacrificio gratuito es moralmente
aceptable. (observacion y pregunta)
> ¿Cuantos humanos deben enfermar ( morir ) para justificar la matanza? > ... el
tema de los derechos de las vacas se prodiga entre poco y nada.
Puessss... Chico, no sé qué decirte. Temo
que por ahí no van a ir los tiros (en la mesa redonda)
Y conste que yo amo a los animales y no puedo
soportar ver sufrir a ningún ser vivo, ni humano, ni animal, ni vegetal. Pero
reconozco que se pueden establecer distintos niveles de respeto moral en función
de su grado de consciencia, es decir, de la complejidad de su sistema
nervioso.
El respeto máximo (tanto como el que me otorgo a
mí misma) habría que reconocérselo a todos los seres humanos, por el mero hecho
de serlo, así como a cualquier otro ser inteligente que pudiéramos conocer a
través del proyecto SETI, o a cualquier eventual ser artificial cuyo
procesamiento de datos llegara a tener una complejidad tal que le fuera posible
comprender el concepto de libertad y solicitar como individuo el derecho a ser
libre. (Ajá! ¿En quién estáis pensando, trekkies?)
En cuanto a los animales, dado que no saben lo que
es la muerte y viven en el presente, bastaría simplemente con satisfacer sus
necesidades vitales (como el alimento, el ejercicio, la reproducción,
condiciones ambientales, y poco más. Aunque yo a mi perro, además le doy mucho
cariño). Si se les da una muerte rápida e indolora, creo que nos podemos quedar
con la conciencia tranquila. Por ejemplo, en la edad media, se le ponía por
delante al cerdo un pesebre repleto de buena comida y cuando estaba más feliz,
se le golpeaba con un martillo en la cabeza. Se quedaba frito al instante, igual
que ahora con la descarga eléctrica en la sien.
No creo que el quid de la cuestión esté en
justificar o no la matanza según sea para comer o para quemar. A la vaca le da
igual (al ganadero, no, porque pierde económicamente. Pero los derechos de los
ganaderos sí están en la palestra). Si quieres hablar de "derechos" de los
animales, más bien tendríamos que analizar el trato que les damos durante su
vida, y no el uso que haremos de ellos después de su muerte.
Los cerdos de pata negra son animales felices
porque están por el campo haciendo más o menos lo que les gusta. Pero hemos de
reconocer que la carne así criada sale carísima. Para abaratar costes se
mantienen los animales (lo he visto con cerdos y pollos) en esa especie de
factorías donde están metidos en unas jaulas estrechas que apenas les permiten
moverse. Creo que esa vida les produce estrés y tal vez ello se
pueda reflejar en la calidad de la carne. También pueden sufrir estrés
durante el transporte al matadero, si van hacinados en camiones y con
temperaturas muy altas o muy bajas.
Bueno, Miguel Calvo nos podrá decir si este
sufrimiento afecta a la calidad y composición de los productos cárnicos. Pero de
lo que hablamos aquí es de si es humano o inhumano tratar así a los
animales. Mucho tendrá que evolucionar la sociedad para cambiar las cosas a
este respecto: si aún no somos capaces de compadecernos de nuestros propios
congéneres, quién se compadecerá de los animales.
Sin embargo, me reitero en que el hecho de que se
sacrifiquen las vacas para comerlas o para incinerarlas, es independiente de
consideraciones morales hacia las vacas.
Saludos vegetarianos:
Juana
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