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[escepticos] Maimónides vs Hipócrates (era: Agarraos con lo que viene!!)



Marcela dijo esto:

> >No chilles, Juana.
> >Que aqui en USA ya ni el juramento Hipocrático se hace. (A las
> >aseguradoras no les conviene)
> >Como estoy en medio de preparar "De Senectute" para un examen de latín
> >que tengo que dar en un par de semanas, te cuento que tu pregunta me ha
> >hecho reír histéricamente (esperemos que no haya consecuencias
> >psicosomáticas):).

¡Oh, sííí!  Reírse es bueno para la salud. Expande los pulmones, oxigena la
sangre y estimula las defensas inmunitarias. ... Bueno..., salvo que sea
*histéricamente*, en cuyo caso habría que abofetearte.

Y María la Cantaora, entre otras cosas, contestó:

> Lo que cuentas de las aseguradoras es muy interesante, tanto por las
> consecuencias como por la relación con eso tan resbaladizo que es la
> ética médica, cosa en la que el juramento hipocrático ha quedado algo
> desfasado.
> No me atrevo a proponer un debate, pero asistiría encantada si lo
> hubiera (de espectadora, claro).

Así que yo, por alusiones, y ahora que sé escribir en lenguaje llano
(¡gracias, Arturo!) procederé a transcribiros el Juramento de Hipócrates.

¡Un momento!
Antes de que lo echéis a la papelera, mirad que después os he puesto otro
mucho más mejor para mi gusto: el de Maimónides. Éste último es el que
juramos (en 1980) al terminar la carrera, un grupito de novatos que
queríamos
arreglar el mundo mediante el estudio esotérico de la Vis Medicatrix
Naturae: éramos magufillos, idealistas y buenos tipos en general.

                          JURAMENTO DE HIPÓCRATES:

"Juro por Apolo médico y por Asclepio y por Higea y Panacea y todos los
dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad
y mi criterio, este juramento y declaración escrita:

Trataré al que me haya enseñado este arte como a mis progenitores, y
compartiré mi vida con él, y le haré partícipe, si me lo pide, de todo
cuanto le fuere necesario, y consideraré a sus descendientes como a hermanos
menores, y les enseñaré este arte, si desean aprenderlo, sin remuneración ni
contrato.

Y haré partícipes de los preceptos y de las lecciones orales y de todo otro
medio de aprendizaje no sólo a mis hijos, sino también a los de quien me
haya enseñado y a los discípulos inscritos y ligados por juramento según la
norma médica, pero a nadie más.

Y me serviré, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al
beneficio de los enfermos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo
perjuicio o afán de dañar.

Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un
tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo,
sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente.

Y no castraré ni siquiera (por tallar) a los calculosos. Antes bien, dejaré
esta actividad a los artesanos de ella.

Y cada vez que entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos,
absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria, pero especialmente de
trato carnal con cuerpos femeninos o masculinos, libres o siervos.

Y si en mi práctica médica, o aún fuera de ella, viere u oyere, con respecto
a la vida de otros hombres, algo que jamás deba ser revelado al exterior, me
callaré considerando como secreto todo lo de este tipo.

Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi
vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; mas, si lo
quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario".

                          ORACIÓN DE MAIMÓNIDES:

Oh Dios, llena mi alma de amor por mi arte y por todas las criaturas.

Que no admita que la sed de ganancia y el afán de gloria me influencien en
el ejercicio de mi arte, porque los enemigos de la verdad y del amor a los
hombres podrían fácilmente hacerme abusar y apartarme de hacer bien a tus
hijos.

Sostén la fuerza de mi corazón para que esté siempre pronto a servir al
pobre y al rico, al amigo y al enemigo, al bueno y al malo.

Haz que no vea en el enfermo más que a un ser que sufre.

Que mi espíritu se mantenga claro en el lecho del enfermo, que no se
distraiga por cualquier pensamiento extraño, para que tenga presente todo lo
que la experiencia y la ciencia me enseñaron; porque grandes y sublimes son
los progresos de la ciencia que tienen como finalidad conservar la salud y
la vida de todas las criaturas.

Haz que mis pacientes tengan confianza en mí y en mi arte y que sigan mis
consejos y prescripciones.

Aleja del lecho de mis pacientes a los charlatanes, al ejército de parientes
que dan mil consejos y a aquéllos que lo saben siempre todo; porque son una
injerencia peligrosa que, por vanidad, hace malograr las mejores intenciones
y lleva mucha veces a la muerte.

Si los ignorantes me censuran y escarnecen, otórgame que el amor de mi arte,
como una coraza, me torne invulnerable, para que pueda perseverar en la
verdad sin atender al prestigio, al renombre y a la edad de mis detractores.

Otórgame, Dios mío, la indulgencia y la paciencia necesaria al lado de los
pacientes apasionados o groseros.

Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en mi amor por la ciencia.

Aparta de mí la idea de que lo puedo todo.

Dame la fuerza, la voluntad y la ocasión para ampliar cada vez más mis
conocimientos.

Que pueda hoy descubrir en mi saber cosas que ayer no sospechaba, porque el
arte es grande, pero el espíritu del hombre siempre puede avanzar más
adelante.

[Sigo suscribiéndolo.  Juana. ]