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Re: [escepticos] ** recolocar un ojo



> Muy bien hecho, porque si profundizas mucho en el ojo ese, la cosa se
> torna desagradable. :-PPP
>
> JUA!
>
> ER

Tanto remilgo hablando del "tercer ojo" hace pertinente recordar el párrafo
que transcribo y que forma parte de un sabrosísimo texto atribuido a
Quevedo:

"...Y así, como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa, le traemos tan
guardado y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de
nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado
en unos gregüescos, habahado en una capa, y por eso se dijo: "Bésame donde
no me da el sol". Y no los de la cara, que no hay paja que no los haga
caballeriza, ni polvo que no los enturbie, ni relámpago que no los ciegue,
ni palo que no los tape, ni caida que no los atormente, ni mal ni tristeza
que no los enternezca. Lléguense al reverendo ojo del culo, que se deja
tratar y manosear tan familiarmente de toda basura y elemento, ni más ni
menos; demás de que hablaremos que es más necesario el ojo del culo solo que
los de la cara, por cuanto uno sin ojos en ella puede vivir, pero sin ojo
del culo ni pasar ni vivir.
Lo otro sábese que ha habido muchos filósofos y anacoretas que, para vivir
en castidad, se sacaban los ojos de la cara, porque comúnmente ellos y los
buenos cristianos los llamaban ventanas del alma, por donde ella bebe el
veneno de los vicios. Por ellos hay enamorados, incestos, estrupos, muertes,
adulterios, iras y robos. Pero, ¿cuándo por el pacífico y virtuoso ojo del
culo hubo escándalo en el mundo, inquietud o guerra? ¿Cuándo por él ningún
cristiano no aprendió oraciones, anduvo con cinfonías, se arrimó a báculo,
ni siguió a otro, como se ve cada día  por falta de los de la cara que
expuestos a toda ventisca e inclemencia, de leer, de fornicar, de una purga,
de una sangría , le dejan a un cristiano a buenas noches?
(...)Lo otro, su vecindad es sin comparación mejor, pues anda siempre , en
hombres y mujeres, vecino de los miembros genitales; y así, se prueba que es
bueno, según aquél refrán: "Dime con quién andas, te diré quién eres". El se
acredita mejor con la vecindad y compañía que tiene, que no los ojos de la
cara, pues éstos son vecinos de los piojos y la caspa de la cabeza y de la
cera de los oidos, cosa que dice claro la ventaja que les hace el serenísimo
ojo del culo."

El texto de Quevedo sigue con lindezas de este calibre, demostrando que
quien no sabe apreciar las virtudes de tan misterioso plato, vive una
realidad mutilada e incompleta de eso ;-)

Un saludo. Juanez.