el 18/2/03 11:04, Pau Garcia i Quiles en paugq en ono.com escribió:
On 18/02/2003 at 10:59 José García Almela <josega en cat.ocu.es> wrote:
Hola
Per si algú no ho havia llegit, ahí va això. Sense comentaris.
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Religiones para la intolerancia
Artículo publicado el Martes, 18 de septiembre de 2001 en
http://www.elpais.es/temas/crisis_eeuu/menub/b2/saramago.html
El 'factor Dios'
JOSÉ SARAMAGO
(suprimido).....................................
Al lector creyente (de cualquier creencia...) que haya conseguido
soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas
palabras, no
le pido que se pase al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente
le
ruego que comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la
razón,
que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo
que
menos importa es el nombre que le han enseñado a darle. Y que
desconfíe
del `factor Dios´. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese
es
uno de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y
desgraciadamente seguirá demostrándose.
José Saramago es escritor portugués, premio Nobel de Literatura.
Todo lo que dice en ese artículo está muy bien, pero no entiendo la
preocupación de ese señor por los efectos de la creencia en Dios sobre
el
sadismo de los seres humanos hacia sus semejantes.
En los ejemplos que ha puesto he visto poco el factor Dios. ¿ Qué
tiene que
ver Dios con los intereses económicos y comerciales del colonialismo
británico en la India? ¿ Y en las atrocidades de la guerra de
Vietnam?. No
entiendo bie... creo que no hace falta justificar la no creencia en
Dios en
ninguno de los supuestos efectos de la creencia en él.
Se dice que Dios es indemostrable e innecesario, y yo como creyente lo
respeto. Pero se intenta ligar la crueldad humana con la creencia en
Dios y
, al menos los creyentes reflexivos, no nos tragamos esa píldora.
Sería muy largo efectuar aquí un estudio sobre el origen de los
conflictos
humanos en la era cristiana en Europa, pero baste decir que ni las
cruzadas
estuvieron exentas de móviles económico comerciales e intereses
políticos.
Nadie se atreve a presentar la Guerra de los Cien Años como una guerra
de
religión, a pesar del "caso" Juana de Arco,pero sí parece haber quien
interpreta la Guerra de los Treinta años, una de las más crueles
sufridas en
Europa, en clave religiosa. Lo que es asombroso, teniendo en cuenta
que la
religión , a través del principio "cuius regio, eius religio", era una
comparsa de la lucha entre Francia y la Casa de Austria por la
hegemonía
continental. Richelieu eligió cínicamente el catolicismo y machacó a
los
hugonotes como podía haber hecho al contrario.
Cabe pensar en la conquista española de América , pero el factor
"Dios" ha
sido muy relativizado por los historiadores ahnglosajones en favor del
factor "oro", aparte de la escasa presencia de batallas. Las guerras
napoleónicas, promovidas por el cínico y brutal Bonaparte,
conviertiron en
un juego de niños a estas y otras guerras.
¿ Y qué papel ha tenido la guerra "santa " en las dos guerras
mundiales?
¿Cuántas divisiones tiene el Papa?, se preguntaba, también cínicamente,
Stalin.
Ahora la gente se manifiesta contra la guerra, pero...
¿Alguien se acuerda de las matanzas entre hutus y tutsis? ¿Quién se
manifestó?¿Hubo uno o dos millones de asesinados? ¿ eran fanáticos
religiosos? Yo ya ni me acuerdo de si murieron los huts o los tutsis
¿ Y las matanzas de Timor? ¿ Y el genocidio de Pol Pot? Hablando de
extrmo
oriente, hace poco ha muerto el obispo vietnamita François-Xavier
Ngûyen Van
Thuân, que pasó 13 años en la carcel, 8 de ellos aislado. Era un hombre
santo, que predicó el amor y lo practicó, sin guardar rencor a sus
torturadores. ¿Conoce eso Saramago?
Le dejo a Saramago un documento, espero que nadie se sienta ofendido:
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Preso por vivir la fe
El siguiente texto fue escrito en la Residencia obligatoria, en
Cay-Vong
(Nhatrang, Vietnam Central), el 16 de agosto de 1975.
"Jesús, ayer por la tarde, fiesta de la Asunción de María, fui
arrestado.
Transportado durante toda la noche de Saigón hasta Nhatrang, a
cuatrocientos
cincuenta kilómetros de distancia, en medio de dos policías, he
comenzado la
experiencia de una vida de prisionero.
Hay tantos sentimientos confusos en mi cabeza: tristeza, miedo,
tensión; con
el corazón desgarrado por haber sido alejado de mi pueblo.
Humillado, recuerdo las palabras de la Sagrada Escritura: “Ha sido
contado
entre los malhechores” (Lc 22, 37).
He atravesado en coche mis tres diócesis: Saigón, Phanthiet, Nhatrang,
con
profundo amor a mis fieles, pero ninguno de ellos sabe que su pastor
está
pasando la primera etapa de su via crucis.
Pero en este mar de extrema amargura, me siento más libre que nunca.
No tengo nada, ni un céntimo, excepto mi rosario y la compañía de
Jesús y
María.
De camino a la cautividad he orado: “Tú eres mi Dios y mi todo”.
“Estoy en la cárcel. Si espero el momento oportuno de hacer algo
verdaderamente grande, ¿cuántas veces en mi vida se me presentarán
ocasiones
semejantes?
No, aprovecho las ocasiones que se presentan cada día para realizar
acciones
ordinarias de manera extraordinaria”.
Dispongo perfectamente cada punto y mi línea será recta. Vivo con
perfección
cada minuto y la vida será santa.
El camino de la esperanza está enlosado de pequeños pasos de
esperanza. La
vida está hecha de breves minutos de esperanza."
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Si ni la razón ni el sentimiento no le inducen a admirarlo o al menos
respetarlo, es que su corazón está hecho de carborundo.
mimartin