Informaciones Paralógicas Una circular sobre el mundo del Misterio cortesía del Boletín PUNTO de VISTA (www.telefonica.net/webpdv)
Armentia participó en polémico programa televisivo El Astrofísico fue criticado por su aparición en el extinto “Tribunal de Fantasmones” Las críticasReconozco que su participación en el programa me sorprendió y más conocer las críticas que fueron despertándose desde el movimiento escéptico. Al parecer, su presencia en “El Castillo de las Mentes Prodigiosas” no fue vista con muy buenos ojos y de ello damos buena cuenta en nuestra futura actualización del boletín PUNTO de VISTA. ¿Tal vez estar en el plató suponía enturbiar la imagen de los escépticos?. Lo dudo. Javier Armentia no iba en representación de ninguna organización, formó parte de un desorientado Tribunal que no supo estar a la altura de las circunstancias y flaco favor hizo al programa en sí, un programa pésimamente realizado, por cierto y que tuvo lo que se merecía: Un estrepitoso fracaso. Pero no son éstas las críticas que me interesan.
Presencia justificada de un escéptico disfrazado de ruin inquisidorEn mi opinión el comportamiento de todos y cada uno de los miembros de este Tribunal, ataviados con un horrendo trapo colorado, ha dejado mucho que desear pero, aunque me pese, debo reconocer que casi todos ellos merecían estar sentados en tan arrogante trono, quizá no las personas escogidas para ello pero sí lo que representaban. Se trataba, como muchos sabéis, de un Tribunal encargado (en principio) de juzgar las habilidades psíquicas, las mentes prodigiosas, de los “frikies” del Castillo, personajes dispares con presuntas capacidades extraordinarias. Finalmente, los propios miembros del Tribunal compartieron chistes y anécdotas con los inquilinos, perdiendo la autoridad y el norte. Sin embargo, recordemos que los “inquisidores” debían juzgar y opinar sobre los concursantes, por tanto… n La presencia de una persona que presumiera de tener dotes de Videncia era más que necesaria, de ahí que se escogiera a uno de los personajes más parecidos a los concursantes, Aramis Fuster, otro “frikie” más de este mundillo de lo irreal. n La participación de alguien ajeno al mundillo de lo paranormal que pudiera ofrecer una visión distinta era también necesaria, de ahí la elección del diabólico Padre Apeles. n Uno de los miembros del Tribunal sin duda debía ser un investigador, una persona que se dedicara a estos temas y que tuviera amplios conocimientos sobre los mismos. El Profesor D´arbó cumplía estos requisitos. n La participación de un escéptico era, cuando menos, obligada. Ese escéptico debería estar de algún modo vinculado con el mundo del esoterismo, con lo paranormal, de ahí la presencia de Javier Armentia que, nos guste o no (le guste a él o no) forma parte de este entrañable pero desconcertante mundo de lo insólito. Gabriel Carrión realizó el mismo papel que Armentia, era uno de los escépticos de la pandilla de Torquemadas de pacotilla, y su presencia hubiera sido suficiente ya que, además, su participación fue más activa, elocuente e informativa que la que pudiera haber ofrecido Armentia desde aquellas alturas pero, recordemos, el primer escéptico del Castillo fue Javier ya que Gabriel llegó tras producirse una afortunada baja entre los miembros iniciales del Tribunal. Los jueces se han llevado muchos euros “a la saca”Personalmente prefiero criticar y/o comentar la actitud y el comportamiento del Tribunal durante el desarrollo del programa que echarles en cara sus ingresos gracias al mundo esperpéntico del esoterismo. De tontos e idiotas hubiera sido hacerlo gratis… Bien es cierto ( eso no se me olvidará jamás), y así ha quedado demostrado, que algunos escépticos le sacan más beneficio económico a estos temas que muchos investigadores que llevan años buscando respuestas, esos que, según la vertiente más radical del puro escepticismo, portadores de la Razón, el Sentido Común, y el Pensamiento Critico, se aprovechan de la credulidad de los supersticiosos. Tendrán que cambiar la letra de la canción porque ahora sí podemos decir que gracias a lo paranormal ellos también sacan un buen empujón económico. Lo que no me gusta de toda esta historiaLas críticas procedentes del movimiento escéptico ante la participación de Javier Armentia las voy a obviar, sus problemas, disputas y diferencias, que se las arreglen ellos. Sí me interesan las que han surgido de la parcela más interna (y maravillosa) del Misterio: Los investigadores. Compras la revista Enigmas del mes en curso y te llevas algunas sorpresas. Ya en las siempre divertidas editoriales de su director, Fernando Jiménez del Oso, comenta brevemente la participación de Armentia “ en un estrambótico programa”. Más adelante, sin salirnos del “Enigmas Express” nos encontramos con una columna de opinión de José Gregorio González donde, muy inteligentemente, comenta la calidad del programa en cuestión, y naturalmente la presencia de Javier Armentia, aludiendo a que “todos tenemos un precio”. Por si fuera poco, en otra columna de opinión, mi siempre querido Moisés Garrido vuelve a mencionar ampliamente “El Castillo de las Mentes Prodigiosas” incidiendo en lo cutre de este espacio televisivo. Se trata de una crítica muy dura sobre los aspirantes y sobre la telebasura donde, cómo no, menciona ineludiblemente a Javier Armentia, “un freakie más”.
No me parecen exageradas las críticas de estos tres amantes del Misterio pero sí me hubiera gustado que hubieran mencionado también la participación del Profesor D´arbó como miembro activo del Tribunal. ¿Acaso él no estaba disfrazado, como el resto, y cobraba por ello?. Me temo que sí y eso no es malo pero también debe ser mencionado. Si se critica la participación de Javier Armentia en un programa pobre, basura, aburrido y horripilante no debemos dejar de pasar la mención a uno de los miembros más crédulos y supersticiosos del Tribunal: el profesor D´arbó quien, en mi opinión, hizo su papel, el de siempre. No veo lógico que se eche en cara lo que unos cobran y a otros se les conceda el silencio y la impunidad. No veo lógico que a unos se les critique la participación en un programa por lo cutre del mismo y a nuestro querido D´arbó se le omita, a no ser que no queramos que nuestras críticas lleguen a sus oídos. Lo de Javier no importa, claro, él no tiene fuerza dentro del mundillo ni lleva revistas o programas de radio, ni es colega, pero el Profesor sí lo es y a los colegas se les permite todo, vamos, digo yo… Quizá la objetividad brilla por su ausencia, tal vez sólo interesaba la intencionalidad que no ha sido ocultada de forma totalmente consciente, pero bueno, tampoco hagamos leña del árbol caído, cada uno es libre de trabajar como buenamente pueda o quiera. Para los listillos de turnoEs una verdadera lástima que estas cosas se tengan que aclarar pero bueno, dado que ha ocurrido otras veces me veo en la obligación de hacerlo de nuevo. El presente no es ni por asomo una defensa a Armentia, ¡líbreme el Señor de semejante tormento!, aunque quizá muchos así lo consideren. A decir verdad me trae sin cuidado a qué programas acuda o deje de acudir e incluso la cantidad que ha cobrado, siempre hemos sabido que lo hace no sé de qué nos extrañamos ahora. Para mí ha sido suficiente verle actuar, el papel crítico y escéptico que pudiéramos esperar de él fue sustraído magistralmente por Gabriel Carrión, viéndose a un Armentia completamente vacío en cuanto a iniciativa verbal se refiere y opaco en cuanto a su comportamiento. Es más, intuyo que él mismo no se encontraba muy a gusto en ese desbarajuste de Castillo. Bueno, venga, lo admito, sí, es una defensa totalmente encubierta porque me he enterado (me ha contado un pajarito) que Javier Armentia va a editar una revista sobre estos temas y, bueno, no sé, quizá así me abra alguna puerta…¿o era D´arbó?. Pues estamos listos si pensamos así aunque, quizá, tal vez, esto sirva para seguir alimentando las calenturientas mentes de afamados investigadores que han desparramado una cómica leyenda urbana sobre el autor y su estrecha vinculación con la ARP. En estos momentos no podéis verme pero me estoy partiendo el pecho…de las carcajadas que no puedo contenerme.
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