Planeta Paranormalia
¿sabía que las cucarachas son capaces de mover objetos con el poder de su
mente? ¿que conviven entre nosotros doce razas distintas de
extraterrestres? ¿que la cia emplea a personas capaces de ver dónde se
encuentran los misiles enemigos sin salir del salón de su casa? ¿sabía que
los muertos hablan con nosotros, que mueven mesas, sillas y vasos?
Si su respuesta a estas preguntas es afirmativa, usted es un visitante
asiduo del planeta de los fenómenos extraños. Si no es así, si en su vida
lo único misterioso y sobrenatural es cómo llegar a fin de mes sin deber un
euro, no se preocupe. Sea bienvenido a un mundo donde la lógica de las
facturas no funciona, donde las piedras no caen hacia abajo. No, no se
trata del país de las maravillas de Alicia. En el mundo al que va a entrar
hasta la sonrisa del gato de Cheshire desaparecería. Bienvenido a Paranormalia.
No existe la lógica | En Paranormalia todo es posible. No existe la lógica,
al menos tal y como la conocemos. No hay que buscarlo en otro sistema
solar, en otra galaxia, en otro universo. Lo encontramos cada día en
farmacias, librerías, radio, televisión. En ocasiones es muy difícil
distinguir cuándo se ha entrado en él: nuestra única guía es el sentido
crítico, al que, desgraciadamente, no lo enseñan en la escuela.
Así, en Paranormalia nos encontramos personas que dicen ser capaces de
doblar cucharas con el poder de la mente. ¡Lucrativa e inútil profesión,
vive Dios! Otros escriben, sin ningún tipo de sonrojo, que las plantas
tienen sentimientos. Evidente. De todos es conocido el complejo sistema
nervioso de los vegetales y lo que gritan los tomates cuando se prepara un
gazpacho.
Profesores universitarios sin sentido alguno del ridículo dicen que
cucarachas y embriones de pollo, dentro del huevo, mueven objetos
mentalmente. No tiene nada de extraño. Es bien conocido que algunos humanos
con menos seso que un mosquito pueden conducir un coche.
Videntes, a los leones | ¿Qué decir de la telepatía o la videncia? Menos
mal que no están muy extendidas, porque si no Telefónica, los casinos de
juego y el Estado estarían arruinados. Eso sí, con ese cuento, telépatas y
videntes mueven varios millones de euros anuales. Ahora viven como reyes,
aunque sus aciertos se puedan contar con los dedos de una mano. Antes, si
se equivocaban, los arrojaban a los leones.
Pero el misterio por excelencia de nuestra época son los ovnis, los objetos
volantes no identificados. Aunque ése no es su significado real. En
realidad se habla de Ponebid: Portentosa Nave Extraterrestre con Bicho
Inteligente Dentro. Aunque viendo lo que hacen ?perseguir avioncitos,
asustar a buenas gentes y contactar con iluminados? es para dudar que
realmente sean inteligentes. Lo bueno es que desde 1980 se dedican a raptar
humanos para mantener relaciones sexuales. Sí, como dicen los ufólogos, una
de cada tres personas ha sido secuestrada, este planeta debe ser el paraíso
sexual de la galaxia.
Todo esto no son más que ejemplos, en tono de humor, de la insensatez que
nos acosa a la vuelta de la esquina. La irracionalidad es democrática: no
distingue inteligencia, ni clase social, ni profesión. El mundo de
Paranormalia es amplio. Crece como la mala hierba, cualquier terreno sirve.
Lo curioso es que los fervorosos creyentes y los caraduras acusan a los que
denunciamos el engaño de ser inquisidores, de ser quemabrujas. No recuerdan
que las quemaban quienes creían en ellas. Olvidan que hace 300 años, en
Salem, sus precursores ideológicos condenaron a muerte a 31 personas inocentes.