Al cabo de esta experiencia, es difícil negar que el simple examen de las efemérides
astronómicas permite preestablecer una cronología del futuro. Ciertamente, muchos
«espíritus fuertes» entenderán que tales resultados no significan nada. Pero como no tienen
nada mejor que proponer, ¿qué importancia se le puede otorgar a tales negativas. Para
ellos, debemos cometer el inexcusable error de hacer previsiones correctas sin razones. De
todas formas, más vale esto que lo inverso, es decir, prostituir su razón por temor a no tener
éxito y no lograrlo igualmente. Ello no impide que no podamos llegar más lejos dentro de los
límites del testimonio de la buena fe y la buena voluntad. El engaño y la superchería son
eliminados de oficio: el intérprete no puede ser acusado de comportarse como el deus
machina que fabrica la historia para darse la razón, ya que se trata de una apuesta de larga
duración sobre el futuro.
Durante la espera, habremos alcanzado nuestro objetivo: demostrar que la verdad de la as-
trología se corresponde con la historia, considerada «a lo vivo»; y, al mismo tiempo, hacer
de la previsión experimental el arma de persuasión más eficaz, así como la aventura
intelectual más elevada y más pura de un astrólogo.
Al cabo de esta experiencia, es difícil negar que el simple examen de las efemérides
astronómicas permite preestablecer una cronología del futuro. Ciertamente, muchos
«espíritus fuertes» entenderán que tales resultados no significan nada. Pero como no tienen
nada mejor que proponer, ¿qué importancia se le puede otorgar a tales negativas. Para
ellos, debemos cometer el inexcusable error de hacer previsiones correctas sin razones. De
todas formas, más vale esto que lo inverso, es decir, prostituir su razón por temor a no tener
éxito y no lograrlo igualmente. Ello no impide que no podamos llegar más lejos dentro de los
límites del testimonio de la buena fe y la buena voluntad. El engaño y la superchería son
eliminados de oficio: el intérprete no puede ser acusado de comportarse como el deus
machina que fabrica la historia para darse la razón, ya que se trata de una apuesta de larga
duración sobre el futuro.
Durante la espera, habremos alcanzado nuestro objetivo: demostrar que la verdad de la as-
trología se corresponde con la historia, considerada «a lo vivo»; y, al mismo tiempo, hacer
de la previsión experimental el arma de persuasión más eficaz, así como la aventura
intelectual más elevada y más pura de un astrólogo.
PERO
COMO NO TIENEN NADA MEJOR QUE PROPONER, ¿QUÉ IMPORTANCIA SE LE PUEDE OTORGAR A
TALES NEGATIVAS. PARA ELLOS, DEBEMOS COMETER EL INEXCUSABLE ERROR DE HACER
PREVISIONES CORRECTAS SIN RAZONES.
De todas formas, más vale esto que lo inverso, es decir, prostituir su
razón por temor a no tener éxito y no lograrlo igualmente. Ello no impide que no
podamos llegar más lejos dentro de los límites del testimonio de la buena fe y
la buena voluntad.
EL
ENGAÑO Y LA SUPERCHERÍA SON ELIMINADOS DE OFICIO: EL INTÉRPRETE NO PUEDE SER
ACUSADO DE COMPORTARSE COMO EL DEUS MACHINA QUE FABRICA LA HISTORIA PARA DARSE
LA RAZÓN, YA QUE SE TRATA DE UNA APUESTA DE LARGA DURACIÓN SOBRE EL
FUTURO.
DURANTE
LA ESPERA, HABREMOS ALCANZADO NUESTRO OBJETIVO: DEMOSTRAR QUE LA VERDAD DE LA
ASTROLOGÍA SE CORRESPONDE CON LA HISTORIA, CONSIDERADA «A LO VIVO»; Y, AL MISMO
TIEMPO, HACER DE LA PREVISIÓN EXPERIMENTAL EL ARMA DE PERSUASIÓN MÁS EFICAZ, ASÍ
COMO LA AVENTURA INTELECTUAL MÁS ELEVADA Y MÁS PURA DE UN
ASTRÓLOGO.
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