Bueno, yo no colecciono apócrifos, pero sí tengo las novelas de Jardiel
Poncela ("amor se escribe sin hache", "espérame en Siberia vida mía",
etc. etc.) en las que el hombre se prodigaba no sólo en cursivas, sino
en dibujos explicativos y todo. Multimedia, como quien dice... jejejej.
Y estamos hablando de 1928. Arcaico arcaico, no, pero ya tiene sus
años*.
Desde luego, se puede pasar sin cursivas (y sin papel higiénico, y sin
tenedores, y sin tantísimas cosas), pero a mí me resultan útiles como
método de expresión.