Luis Blanco writes:
Hola a todos,
Me gustarÃa saber de dÃnde procede el texto de Carl Sagan
que copio a continuaciÃn. Y (ya puestos) si es posible
localizar en internet su versiÃn original en inglÃs.
Alla va. Si quieres te envÃo el resto.
Un saludo,
Paco
Something in us recognizes the Cosmos as home. We are made of stellar
ash.
Our origin and evolution have been tied to distant cosmic events. The
exploration of the Cosmos is a voyage of self-discovery.
As the ancient mythmakers knew, we are the children equally of the sky
and
the Earth. In our tenure on this planet we have accumulated dangerous
evolutionary baggage, hereditary propensities for aggression and ritual,
submission to leaders and hostility to outsiders, which place our
survival
in some question. But we have also acquired compassion for others, love
for
our children and our childrenâs children, a desire to learn from history,
and a great soaring passionate intelligence - the clear tools for our
continued survival and prosperity. Which aspects of our nature will
prevail
is uncertain, particularly when our vision and understanding and
prospects
are bound exclusively to the Earth - or, worse, to one small part of it.
But
up there in the immensity of the Cosmos, an inescapable
perspective awaits us. There are not yet any obvious signs of
extraterrestrial intelligence and this makes us wonder whether
civilizations
like ours always rush implacably, headlong,
toward self-destruction. National boundaries are not evident when we view
the Earth from space. Fanatical ethnic or religious or national
chauvinisms
are a little difficult to maintain when we see our planet as a fragile
blue
crescent fading to become an inconspicuous point of light against the
bastion and citadel of the stars. Travel is broadening.
There are worlds on which life has never arisen. There are worlds that
have
been charred and ruined by cosmic catastrophes. We are fortunate: we are
alive; we are powerful; the welfare of our civilization and our species
is
in our hands. If we do not speak for Earth, who will? If we are not
committed to our own survival, who will be?
Gracias anticipadas.
Luis Blanco
ÂAlgo en nosotros reconoce el Cosmos como su hogar. Estamos hechos de
cenizas de estrellas. Nuestro origen y evoluciÃn estuvieron ligados a
distantes acontecimientos cÃsmicos. La exploraciÃn del Cosmos es un
viaje para autodescubrirnos. Como ya sabÃan los antiguos creadores de
mitos, somos hijos tanto del cielo como de la Tierra.
En nuestra existencia sobre este planeta hemos acumulado un
peligroso equipaje evolutivo, propensiones hereditarias a la agresiÃn y
al ritual, sumisiÃn a los lÃderes y hostilidad hacia los forasteros un
equipaje que plantea algunas dudas sobre nuestra supervivencia.
Pero tambiÃn hemos adquirido compasiÃn por los demÃs, amor hacia
nuestros hijos y hacia los hijos de nuestros hijos, el deseo de
aprender
de la historia, y una inteligencia apasionada y de altos vuelos:
herramientas evidentes para que continuemos sobreviviendo y
prosperando.
No sabemos quà aspectos de nuestra naturaleza predominarÃn,
especialmente cuando nuestra visiÃn y nuestra comprensiÃn de las
perspectivas estÃn limitadas exclusivamente a la Tierra, o lo peor a
una
pequeÃa parte de ella. Pero allà arriba, en la inmensidad del Cosmos,
nos espera una perspectiva inescapable.
Por ahora, no hay signos obvios de inteligencias extraterrestres, y esto
nos hace preguntarnos si las civilizaciones como la nuestra se
precipitan
siempre de modo implacable y directo hacia la autodestrucciÃn. Las
fronteras nacionales no se distinguen cuando
miramos la Tierra desde el espacio. Los chauvinismos Ãtnicos o
religiosos o nacionales son difÃciles de mantener cuando vemos
nuestro planeta como un creciente azul y frÃgil que se desvanece
hasta convertirse en un punto de luz sobre el bastiÃn y la ciudadela de
las estrellas. Viajar ensancha nuestras perspectivas.
Hay mundos en los que nunca nacià la vida. Hay mundos que quedaron
abrasados y arruinados por catÃstrofes cÃsmicas. Nosotros hemos
sido afortunados: estamos vivos, somos poderosos, el bienestar de
nuestra civilizaciÃn y de nuestra especie està en nuestras manos.
Si no hablamos nosotros en nombre de la Tierra, Âquien lo harÃ? Si no
nos preocupamos nosotros de nuestra supervivencia, ÂquiÃn lo harÃ?Â.
--
"In science it often happens that scientists say, "You know that's a
really good argument; my position is mistaken," and then they would
actually change their minds and you never hear that old view from them
again. They really do it. It doesn't happen as often as it should,
because
scientists are human and change is sometimes painful. But it happens
every
day. I cannot recall the last time someting like that happened in
politics
or religion".
-- Carl Sagan