Quedan pocas ballenas, pero los que vivimos ahora no tenemos culpa de que otros las hayan sobreexplotado, así que no es nuestra función tratar de salvar las que quedan y que su población vuelva a aumentar. Total, ya tenemos suficientes muestras de genoma ballenáceo y no pocas grabaciones de sus sonidos.
Pero parece ser que los cadáveres son una fuente de alimento importante a grandes profundidades, cuando se hunden. Por supuesto, no se en qué medida se notaría mucho o no su ausencia, pero la cosa no parece tan irracional después de todo.
Borja.