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[escepticos] artículo sobre apostasía en El País



REPORTAJE
Ángel, el apóstata  
Un hombre demanda a Protección de Datos por no tutelar su derecho a causar
baja en la Iglesia
Prácticamente todos (un 94% de los españoles) estamos bautizados. Pero sólo
el 77% se declara católico. Y hace siete años, un 83%. En una sociedad
progresivamente más laica, abandonar la Iglesia parece tarea imposible: se
solicita, pero el apóstata no sabe si ha conseguido su objetivo: o no le
contestan o aducen que no pueden borrar un hecho histórico como es el
bautismo. Un hombre ha ido más allá en su empeño: ha demandado a la Agencia
de Protección de Datos por no ampararlo en su deseo de desaparecer de los
anales de la Iglesia. Al tiempo, una proposición no de ley impulsada por
Izquierda Unida insta al Gobierno a facilitar que los ciudadanos puedan
renunciar a pertenecer a cualquier confesión.
ANA ALFAGEME  -  Madrid 
EL PAÍS  -  Sociedad - 28-05-2006 
         

  Sobre católicos y respuestas oficiales

"¿Cómo va a estar el Concordato por encima de mis derechos
constitucionales?"
IU ha presentado una proposición parlamentaria para que se facilite la
renunciaLa bautizaron cuando nació, hace 32 años. También hizo la primera
comunión, como casi todos los niños. Ahora, la diputada por Valencia Isaura
Navarro milita en Izquierda Unida. Hace dos años presentó un escrito de
apostasía en el arzobispado de Valencia. No obtuvo respuesta. En 2005, fue
más allá: pidió, también por escrito, que le fuese aplicada la excomunión y
anotó un listado de hechos, que, precisaba, "forman parte de mi vida e
ideología". "He votado en el Congreso de los Diputados a favor del
matrimonio gay; no soy creyente, soy atea, no comulgo con nada de lo que
defienden", decía. También añadió dos observaciones sobre su vida sexual:
"Uso preservativos y demás anticonceptivos. Tengo relaciones sexuales
extramatrimoniales".

Hace 10 meses que espera respuesta. Desconoce si la Iglesia ha borrado sus
datos.

Lo que sí sabe seguro la diputada Navarro es que en los primeros días de
junio, la Comisión de Justicia del Congreso debatirá la proposición no de
ley que ella presentó en marzo. En el texto se insta al Gobierno a estudiar
las reformas legales necesarias y acordar con las confesiones que se cause
baja de las religiones de forma rápida y con garantías. También se pide que
se haga "la inscripción expresa en sus asientos de la baja y la supresión de
los datos personales que obren en sus registros".

Católicos se declaran ocho de cada 10 españoles, un 77% de la población,
según el barómetro de enero de 2006 del Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS), mientras que bautizados están prácticamente todos (un
94%), según datos de la Conferencia Episcopal.

La mayoría de los consultados en este reportaje, ciudadanos que han querido
abandonar la Iglesia, cuentan una historia similar a la de Isaura: han
acudido al arzobispado, han presentado un papel en el que piden causar baja,
les han entregado un resguardo o se han llevado una fotocopia de su
solicitud. O no han recibido contestación, o les dicen que sus datos no
pueden ser borrados.

A Carmen, una periodista de 28 años que vive en Madrid, le llegó devuelta,
sin abrir, la carta de renuncia dirigida al arzobispado de Málaga. "No lo he
intentado de nuevo", dice, "sí que deseo apostatar, pero no quiero irme a
Málaga, perder mi tiempo. Ellos no ayudan de ninguna manera".

Mientras la Conferencia Episcopal proporciona el número de católicos,
asegura desconocer el de apóstatas, "eso depende de cada diócesis", alega
una portavoz de la Conferencia Episcopal. Desde el arzobispado de Sevilla,
por ejemplo, indican que cuando alguien reniega formalmente de su fe, se
hace una anotación marginal en su partida de bautismo. "Pero no se puede
destruir el documento", aseguran, "porque en la misma hoja del libro constan
otros cristianados".

"Yo apostaté como ciudadana, no como política", dice la diputada Navarro.
"Estamos afiliados a una organización que obtiene más dinero y privilegios
por contarnos entre ellos". La Iglesia niega este extremo: "Los datos sobre
el número de bautizados, comuniones, confirmaciones o bodas que se producen
cada año se utilizan con fines estadísticos", responde una portavoz de la
Conferencia Episcopal, "en ningún caso la financiación de la Iglesia depende
del número de bautizados". Para sostener las 20.000 parroquias que hay en
España y los 20.000 sacerdotes (datos de 2003) los contribuyentes entregaron
128 millones de euros poniendo una cruz en la casilla correspondiente, para
ceder el 0,52% en su última declaración de la Renta. El Estado puso 12
millones más.

Ángel Rubio ha llegado más lejos en su empeño de renegar. Es músico, tiene
50 años y después de estudiar psicología, se especializó en sectas.
Considera que la Iglesia Católica es una secta más. Recuerda haber pasado
muchas noches en blanco, cuando era niño, obsesionado por el infierno, el
mal, el castigo que llegaría en cualquier momento. "A los 40 años seguía
quitándome de encima pequeños miedos psicológicos", dice, "que arrastraba de
la crueldad de la educación católica". Hace dos años, se propuso renunciar
sin entrar en sus creencias, sino pidiendo que desaparecieran sus datos.

La primera vez que fue al arzobispado de Madrid le atendió un conserje.
Apenas le dio información. La segunda acudió con dos militantes del
colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de Madrid (Cogam).
Rellenó un formulario y se marchó con la fotocopia. Contestaron seis meses
más tarde: "Alegaban que no podían hacer desaparecer un hecho histórico como
es el bautismo. No lo entiendo. De joven me detuvieron por manifestarme y
esos antecedentes han sido borrados".

Cogam ya tenía una campaña en marcha en 2004. "Presentamos 1.500 escritos en
Madrid", dice Fernando García Pallás. "Los aceptaron, pero nos dieron la
callada por respuesta".

Al año siguiente, al colectivo se sumaron, para recoger formularios de
cancelación de datos, Izquierda Republicana, Europa Laica, la Asamblea
Feminista de Madrid y la agrupación ciudadana 13M

. Días después de la manifestación contra el matrimonio gay, en la que
salieron los obispos a la calle, presentaron 1.800 escritos. Juan Gamba, de
29 años, de 13M, estuvo allí. Su solicitud, como el de los otros 1.799, no
entraba en las creencias, sino en los datos: "Revoco mi consentimiento para
que este arzobispado (...) posea, conserve y use o trate cualquier dato
referido a mi persona, y en particular los que puedan figurar en los libros
de bautismo". El arzobispado no recogió los documentos. "Dijeron que tenía
que ir uno por uno a hacerlo, y en la parroquia en la que habías sido
bautizado. Y sé de gente que ha ido a la parroquia y les han mandado al
arzobispado", recuerda Juan.

Poco después de aquel intento colectivo, Ángel, con el apoyo jurídico del
Cogam y de Izquierda Republicana, presentó una reclamación ante la Agencia
de Protección de Datos, por no tutelar sus derechos. "El arzobispado alegó
que, según el Concordato de 1979, los archivos de la Iglesia son
inviolables", relata Gerardo Vizmanos, el abogado. "¿Cómo va a estar un
Concordato por encima de mis derechos constitucionales y de una ley orgánica
que protege mis datos?", se pregunta Ángel.

La Agencia contestó, finalmente, que hay derecho de cancelación de datos,
pero como anotación marginal en el documento de bautismo. "O sea, que no
sólo sigue constando que eres católico, sino que encima se anota que eres un
renegado", protesta Vizmanos, que ha presentado un recurso contra el
organismo ante la Audiencia Nacional: un expediente de 26 páginas en el que
argumenta que los registros de bautismo son ficheros, no expedientes de
hechos históricos, y que, pese a la inviolabilidad de los archivos
eclesiásticos, el ciudadano puede cancelar los datos.

También pide una multa para el arzobispado de Madrid de al menos 60.000
euros. El tribunal resolverá.

Sobre católicos y respuestas oficiales

Cada día, la Iglesia Católica tiene 800 nuevos feligreses. Es el dato que se
desprende de los 315.513 bautizos que la Conferencia Episcopal Española
registró en 2004. Bautizados estamos casi todos en España. Concretamente,
39.470.000, según el registro de ese año. Es decir, el 94% de la población
que se tomó como referencia (casi 42 millones de personas).

Otra cosa es la gente que se declara católica. Según el barómetro de enero
de 2006 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sólo ocho de cada
diez preguntados (77%) se considera católico, mientras que se confiesa no
creyente el 13% y ateo, el 6%. Hace ocho años, en otra encuesta de 1998,
había más personas que se definían como católicas (83,5%). De los que se
denominan católicos, la mitad (46%) dice que, aparte de bodas, bautizos y
comuniones, no va casi nunca a la iglesia. Si hubiese que seleccionar un
prototipo de creyente con arreglo al estudio, sería una mujer mayor de 65
años, que se ha jubilado o trabaja en el campo. Vive en un pueblo de menos
de 2.000 habitantes, no ha estudiado y se declara de derechas.

La diputada de IU Isaura Navarro, que presentó en marzo una proposición no
de ley para que se facilite la apostasía, hizo, paralelamente, tres
preguntas al Gobierno sobre la Iglesia. Una de ellas, sobre si el Ejecutivo
va a exigir a la Iglesia el cumplimiento de la ley de Protección de Datos.
En la respuesta, el Gobierno dice que se exige a todos el cumplimiento de
esa ley, y por tanto, el derecho de los ciudadanos a solicitar cambios o
anotaciones en los registros. "Pero ello ha de conjugarse con la autonomía
organizativa de las confesiones y la inviolabilidad de los archivos
eclesiásticos", dice. ¿Apoyará el PSOE la proposición de IU? La diputada
Navarro tiene muchas dudas.