Holocausto caníbal a precios populares
La gente de orden, palo y tentetieso, amiguitos todos del papa nazi e
inquisidor que visitará Valencia próximamente, se manifiesta gritona
en estos días de sol, corrales, estatutos y procesos. Con lo bien que
iba el país en tiempos del furhercito han tenido que venir los masones
homosexuales a romper España, en una maniobra diseñada por el sionismo
internacional, al servicio de la diabólica conjura ateo-separatista
urdida entre los terroristas, Polanco, Maradona y Evo Morales. El
pacto del Tinell y la Kangoo lo demuestran.
Así que, como es natural, delenda est Zapatero. Literal. Zapatero al
paredón.
Desde el fondo sur, la peña ultra-cope, el psicópata de Teruel ha
llegado a pedir el "tiranicidio" del presidente felón y traidor. No ha
sido el solo. Siguiendo las consignas de los obispones otros
maletillas se animan. La caridad cristiana consiste en eso; pedir
públicamente el asesinato de un señor y manifestarse junto a las
victimas de ETA.
A dios rogando y fariseando. Estos señores obispos, cardenales, papas
y demás puestos del escalafón en el consejo de administración de El
Vaticano S.A (construcciones y subcontratas) un día se van a llevar un
disgusto. O un sofocón.
Si al señor presidente le ataca cualquier día un pelele ultra
desequilibrado inducido por vaya usted a saber quien, léase el asesino
de Rabín, y tenemos un disgusto, no faltará quien vuelva su mirada a
los señores del crucifijo. No faltará quien piense que desde púlpitos
y micrófonos eclesiales se está animando a pecar contra los
mandamientos (¿no matarás?). No faltarán quienes por una elemental
regla de tres relacionen las consignas con las que se comulga en la
cope, en el Mundo, en la Razón, en Época, y demás productos tóxicos,
con el ataque a la legalidad vigente, al código penal, a la integridad
física de las personas.
Parecería que la jauría de religiantes quieren otro San Camilo como el
de 1936. En esas aguas se sienten cómodos. Entre pelotones de
fusilamiento, curas con pistola y militares golpistas están en su
salsa. Romper la baraja es su continua propuesta para la convivencia.
Asesinar al presidente del gobierno es su proyecto político.
Buena gente que alaba a Gotzone Mora, a Pagazaurtundua, a Rosa Diaz,
por, según ellos, defender a las víctimas del terrorismo, y a la vez,
para los demás, pide paredones, asesinatos; violencia terrorista. Eso
si lo de la gente de orden no es terrorismo.
Es evangelización. No hablan de asesinatos, lo suyo es higiene
democrática. No hablan de violencia, hablan de adecuada respuesta. La
iglesia es que sabe mucho latín. Contra el pecado está la confesión. Y
todos al cielo de cabeza.
Rita Barberá remueve los huesos de los ajusticiados por el franquismo.
Acebes dice que eta y el gobierno tienen el mismo proyecto. Piqué
llama hijos de puta a quienes le demuestran su rechazo. Esperancita
llama nazi a la sociedad catalana. La iglesia pide públicamente el
asesinato del presidente del gobierno. Que gente más simpática, más
centrada, más demócrata. Estos cristofascistas son mucho para el
cartucho. Tantos años en colegios del opus o de jesuitas para acabar
berreando como los falangistas agrarios. Que derroche de recursos. Que
pena de estudios. Para volver a la dialéctica de los puños y las
pistolas se podían haber ahorrado la brasa que han dado con la
constitución, el catalán en la intimidad, el MLNV, los viajes al
centro, las hojas de ruta y demás complementos de la moda neocon.
En fin. Próximamente en sus pantallas: Holocausto caníbal.
Abel Ortiz