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alma y consciencia



Me refiero al mensaje de Iñaki Lanchares, aunque quizá se deslicen
comentarios sobre otros mensajes. Esto es porque me parece que lo que
plantea es bastante fuerte y, en cierto sentido, sobrepasa las cuestiones
técnicas, aunque las incluye, y es directamente filosófico,
Yo no creo que el debate sobre la existencia del alma sea algo que deba
dejar frío al escéptico. En primer lugar, parece que:
1) consciencia es término relativo. ha de ser consciencia-de-algo.
2) En auto-con(s)ciencia se tiene ese argumento que ha de completar la
consciencia. Mucha gente define aquélla como capacidad de poseer una
representación de uno mismo.
3) En cualquier caso, no parece difícil dar definiciones técnicas y yo creo
que algunas subyacen al planteamiento de Iñaki.
4) Sobre el problema de la existencia del alma, lo que primero veo es que
no se ve muy claro qué es el alma. O sea, que para plantearnos la
existencia primero tendríamos que decir qué es. Y si por definición es algo
incontrastable, no pdoríamos admitirlo. Pero bien puede ser que con la
palabra "alma" nos estemos refiriendo a otras cosas.
5) La cuestión de si la consciencia "es fruto" de lo físico o si hay "algo más".
El problema es más bien si (1) lo físico (en el sentido del escrito de
Lanchares que de una manera muy hábil reduce la cuestión a la mecánica
aunque sólo sea retóricamente) agota toda la realidad y si lo que no es
físico es ajeno al estudio digamos empírico.
Lo que estudia un psicólogo o un etólogo no es tan fácil de reducir a lo
físico ni de ver cómo se conecta con ello. Por ejemplo, nociones como
miedo, angustia, acecho y las conductas de los animales en que aparecen
pueden tener unos correlatos físicos neurológicos y fisiológicos, pero, por
así decir, no podemos definir aquéllas sólo a partir de éstas. A la
inversa, es inaceptable pensar que aquéllas conductas pueden tener lugar
sin unos sistemas físicos. Esto no es dualismo; es una mera constatación de
la pluralidad de las ciencias y las materias que tratan.
6) Entonces habría una primera consideración que hacer sobre el
planteamiento de los N cuerpos, que es más metáforico que otra cosa:
a) llamemos provisionalmente y de modo operatorio consciencia a la
capacidad de formular representaciones de algún fragmento de realidad. Por
ejemplo, noto que tengo una herida y además de lamermela lo digo en español
y me planteo posibles remedios. A un nivel si se quiere más bajo sería
posible plantear consciencia (la mayoría de los autores lo admiten para
mamíferos superiores) aunque esto siempre choca con la consideración
maquinística de los animales.
b) para que haya consciencia se precisa un determinado grado de complejidad
física. A un sistema describible físicamente por debajo de cierto nivel de
complejidad no puede adjudicársele consciencia.
7) Ahora bien, lo dicho no es demasiado comprometido, aunque hay quien
opina, porque hay gente para todo, lo contrario y habla de consciencia
universal o de alma universal. Sin embargo, lo importante es si dado un
sistema físico suficientemente complejo, la descripción en términos físicos
(lo que incluye, por ejemplo, descripción en términos de la física, de la
bioquímica, de la neurología, de la fisiología, etc.) de esa complejidad
nos "anuncia" su complejidad conductual o su actividad consciente y si ésta
necesita para su descripción de conceptos que no aparecen por ningún lado
en las ciencias antes referidas.
8) Entonces el problema propuesto no sería tal problema porque aunque
calculásemos un mínimo de partículas para un sistema nervioso de un animal
con consciencia,lo sabríamos un poco por los animales existentes a los que
adjudicamos consciencia -para algunos sólo el hombre- y ahí fijaríamos el
mínimo. No sabríamos fuera de la psicología y la etología definir la
consciencia. Sólo podríamos postular un umbral a partir del cual diríamos
que sí hay consciencia, lo que es distinto.
9) Yo creo que lo de Penrose va un poco en este sentido. Intentaré
interpretar esa posición. La consciencia no es algorítmica, vale decir, no
hay un programa que garantice que la máquina sienta lo que nosotros
sentimos o creemos ser, porque el ser humano no es una máquina con hardware
y software. Ante una máquina sometida al test de Turing pensaríamos lo
mismo que pensaban los cartesianos ante un animal: pensaban que eran
máquinas que parecían sentir, pero que como máquinas no sentían y sólo
estaban programados y determinados a parecerlo. Las ideas de Penrose
equivaldrían en este terreno a que la consciencia no sería asimilable a
determinada parte de un programa de ordenador, esto es, que no serían la
consciencia y sus contenidos describibles o representables en términos de
ese programa.
10) Me parece entonces que o introducimos el alma como Descartes o
concedemos un grado de consciencia por lo menos a algunos sistemas
biológicos. Aunque entonces, aunque no haya alma como otra sustancia
separada, también deberíamos conceder algún grado de alma a los que, como
su nombre indica, son anima-les. pero esto último me parece que es asunto
de religión.

Pedro Santana Martínez
dfm
Universidad de La Rioja