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ovnis



Para romper el fuego sobre ovnis, os envío el artículo que acaba de salir
en el boletín de la Asociación Española de Periodismo Científico. Nº 13 de
enero de 1997.
Os lo envío con acentos, si alguien lo quiere SIN acentos que me lo diga.
Se lo haré llegar.

La perversa contradicción del investigador de los ovnis



La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La
inteligencia tiene sus límites; la tontería no. (C. Chabrol)

Imaginemos dos investigadores de ovnis a los que vamos a llamar B y M. B es
un investigador al estilo de Sherlock Holmes: cuidadoso, conocedor de mil
temas, detallista, perseguidor de pistas, al que no le importa el tiempo
que se tarda en resolver un caso, etc. M es un investigador superficial,
con bastante incultura general y con prisas por dar a conocer sus hallazgos
en las revistas especializadas.

En el mundo de los ovnis no hay revistas científicas;  lo habitual son
boletines de grupos de aficionados o revistas que se venden en los quioscos
de prensa y cuyo legítimo objetivo empresarial (como el toda empresa
comercial) es obtener beneficios.

En una ciudad X, una familia Y, dice haber visto un ovni rojo de 20 m. de
diámetro y, además, han grabado el sonido del mismo.

El investigador B, va a visitar a la familia. Se pasa varios días visitando
la zona para familiriarizarse con la geografía, pregunta si han hecho obras
recientemente, hace escuchar la grabación a los vecinos para ver si alguna
vez han oído algo similar, si la familia es fiable... y —sin haber obtenido
ninguna conclusión— se va con la cinta a su ciudad a seguir investigando. 

Entre tanto, el investigador M ha llegado a entrevistar a la familia.
Indaga la opinión de los vecinos, todos coinciden en que son personas
honradas y cabales... El sonido es realmente extraño. Parece metálico. Él
no sabe lo que es, pero le suena al sonar de las películas. La grabación se
ha obtenido en una casa de barrio, así que no puede ser un sonar. Si había
una gran luz y el sonido no es un sonar —nuestro investigador concluye— es
que han visto un ovni. Redacta un artículo, lo lleva a la revista
especializada y se lo publican.


 B ha continuado meditando sobre el caso. El sonido parece el de un sonar.
Busca un técnico. "No es un sonar". Busca un experto en sonidos animales
quien le dice que "puede ser un autillo". Busca un especialista en autillos
quien le dice que "no es un autillo, pero que probablemente se trate de un
sapo partero". Busca un entendido en sapos parteros quien le dice que "el
sonido es de un sapo partero". Hace una prueba doblemente ciega enviando a
dos especialistas en batracios las grabaciones del sapo y del supuesto
ovni, sin decirles cuál es cada una. La conclusión es clara: todo son
cantos de sapos parteros. B sigue investigando y descubre que la gran
mancha rojiza (el supuesto ovni) era debido a una chimenea.

Varios meses después, B da el caso por concluido. La familia, honrada, que
no miente, ha grabado un sapo partero y ha visto el reflejo, entre las
nubes, de una chimenea de un alto horno eléctrico.

B lleva su conclusión a la misma revista que M. Le dicen que, hace mucho
tiempo, ya habían publicado otro artículo sobre el caso,  que ya no tiene
actualidad, que no tiene sentido continuar con el tema. Lo lleva a otra
revista y le dicen que "no merece la pena publicar nada sobre un sapo y una
luz, si de verdad hubiera sido un ovni, lo habríamos publicado"...

Tres años después, M ha publicado dos docenas de casos inexplicados —por
él— y es un investigador de fama. B ha descubierto la explicación natural
de tres o cuatro casos (para descubrir la naturaleza de algunos casos ha
tenido que dedicar muchos meses y muchos esfuerzos y ha tenido que pedir la
colaboración de muchos especialistas). B nunca ha publicado nada. B es un
desconocido. B sabe que la mayor parte de los casos que la prensa ovni da
por buenos, no lo son; pero no tiene voz. No puede hacer nada. El no es
nadie.

Esta es la perversa contradicción del investigador ovni. Si es bueno, cae
en el olvido y en el anonimato. Su fama es directamente proporcional a su
incapacidad de explicar por medios naturales los supuestos casos ovni. 


Dr. Félix Ares
(Ex-presidente de ARP)


Felix Ares de Blas
fares en iies.es
http://www.geocities.com/WallStreet/8999