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Curacion milagrosa



Sobre la supuesta curación de una fractura de Maxilar: ¿curación
milagrosa, avance científico , "manipulación mágica" , o un nuevo
expediente X?
	De vez en cuando quedamos sorprendidos de noticias que se difunden
sin ningún control ni veracidad. La última es la supuesta curación
milagrosa de una fractura de maxilar —el informante desde luego debe
ignorar que existen dos huesos con el mismo nombre— que curiosamente
cura en apenas una semana y le permite aparecer en televisión
propagando la noticia sin que, a simple vista, se le aprecie la más
mínima secuela tanto en su fisonomía como en el habla. 
	Es evidente que nos encontramos de nuevo ante una curación
milagrosa, o una noticia fraudulenta, ya que la mayoría de los textos
notifican que se requiere un período de inmovilización de tres a seis
semanas para la consolidación de la fractura, y en los casos en que
es imposible se debe recurrir a una osteosíntesis quirúrgica,
operación que requiere anestesia general, con una herida que se
sutura y que evidentemente, en la piel humana, deja cicatrices. 
	Aunque es evidente, y en el caso que nos ocupa no se aprecia la mas
mínima señal, este tipo de lesiones pueden curar espontáneamente pero
se saldan con importantes deformidades y secuelas, como los
identificados por Campillo (1, 14), en esqueletos de la cultura
talayótica menorquina y de necrópolis medievales. Pero veamos lo que
se entiende hoy por fracturas de maxilar y como es el tratamiento
actual. 
1. Fracturas de maxilar inferior
	Diversos signos clínicos nos señalan la existencia de una fractura,
pero el principal es el desplazamiento articular —la incongruencia de
las arcadas dentarias— que va a provocar dificultades en la
masticación, deglución y fonación por una movilidad anormal de la
cavidad bucal. Esta incongruencia provoca al mismo tiempo asimetrías
faciales muy marcadas (7, 337). En el gráfico I que adjuntamos en
attach (en otro mensaje) se pueden ver los seis tipos de fractura de
maxilar inferior,
piénsese solamente que pasaría si a alguno se le rompiera el maxilar
por uno de los trayectos señalados. 
	Gráfico I

	Si además tenemos en cuenta que en la mayoría de los accidentes de
tráfico este tipo de traumatismos afecta también a partes blandas
—músculos de la cavidad bucal— que suelen producir hematomas,
tumefacciones, con las consecuentes deformidades en la cara creo que
todos podemos objetivar el aspecto facial que puede tener el
paciente, y no es creíble que a los cinco o seis días pueda lucirse
en televisión sin ningún signo.
	El tratamiento de este tipo de fractura, en los casos menos graves,
se realiza mediante artefactos (férulas premoldeadas, o arcos
metálicos) que fijan el mentón a la cabeza, con los que se busca una
perfecta reducción, que evite el trastorno funcional y el aspecto
inestético, con un tiempo de inmovilización de tres a seis semanas.
Si estos métodos son ineficaces se debe recurrir a efectuar
tracciones elásticas progresivas, siempre en el medio hospitalario, y
durante el mismo período de tiempo, que permiten un retorno
progresivo de los fragmentos óseos a su lugar, para en una segunda
fase proceder al bloqueo quirúrgico e impedir el desplazamiento con
lo que se evita el trastorno funcional y el aspecto antiestético.
	Por otra parte es una lesión rara en los accidentes de tráfico (1,
412), aunque muy frecuente en los deportes de contacto (2, 424), y
como Iker Jiménez ha oficiado que el paciente es practicante de artes
marciales. ¿No será una antigua lesión que hoy sale a la palestra de
la publicidad deshonesta?. Solamente de esta manera podíamos aceptar
que el sujeto se presentase a los pocos días en televisión sin la más
ínfima señal del accidente que anuncia y sus secuelas. Aunque
presentase una radiografía, dadas las características de estas
lesiones, todos los hechos nos hacen pensar que no sería debido al
accidente de tráfico, sino a una antigua lesión.
2. Fracturas de maxilar superior.
	Por su particular anatomía existen diferentes tipos de fracturas de
este hueso, pero la mayoría requieren inmovilizaciones con sondas
occipitomentonianas o intervenciones quirúrgicas complejas que sólo
tienen efectividad para asegurar la reducción si se utilizan
precozmente. Solo de la calidad de la actuación quirúrgica y de su
precocidad depende el pronostico funcional y estético. Esto justifica
la importancia conferida al tratamiento de estas fracturas, a pesar
de la posible gravedad de otras lesiones sufridas por estos
politraumatizados (7, 341).
	Aunque lo anteriormente expuesto justifica que creemos que no
existió una fractura del maxilar superior queda siempre una
alternativa —¡la Medicina es maravillosa! , aunque  a veces inexacta—
podría existir una fisura de la bóveda palatina, un tipo de fractura
del maxilar superior que se produce frecuentemente en el niño a
consecuencia de una caída mientras lleva la piruleta introducida en
la boca, en la mayor parte de las veces sin problemas secundarios
graves.
	A falta de otras alternativas esperamos se tengan en cuenta nuestras
explicaciones sobre una patología determinada y su "curación
milagrosa" de la que tenemos noticias en esta lista.
Bibliografía
1. Alvarez Leiva, C. (1992) Manual de asistencia sanitaria en las
catástrofes. Editorial Libro del año. Grupo Aran. Madrid.
2. Arnheim, D. (1996), Fisioterapia y Entrenamiento atlético.
Patología Deportiva. Doyma Libros.
3. Campillo, Domingo: Paleopatología. Los primeros vestigios de la
enfermedad. Segunda Parte. Fundación Uriach 1838. Barcelona.
4. Graham Apley, A. (1992). Manual de Ortopedia y fracturas.
Masson-Salvat.
5. Iversen, L. (1996), Urgencias en Ortopedia y Traumatología.
Masson-Little Brown.
6. Noto, R. (1989), Medicina de catástrofe. Masson. Barcelona.
7. Patel, J. C. (1987), Patología Quirúrgica. Editorial Toray-Masson.
Carlos M. Fdez. Fdez.
Médico colegiado 5.471
A Coruña



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