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[escepticos] Dea cacciatrice [era Cenar con Diana]
De: Miguel Angel Velilla Mula <m.velilla en sul.com.br>
Asunto: Re: [escepticos] Cenar con Diana
Fecha: jueves 18 de septiembre de 1997 1:39
At 23:32 17/09/97 +0200, Ernesto wrote:
>
>Por cierto, Diana, lo de ir "bien preparada" no lo he entendido ¿o sí?
>X-DDDDDDD
>
Es verdad, esta cuestion coloca en segundo plano la MC y el Gestalt.
Estamos curiosos para saber que significa ir "bien preparada" a una cena.
Mig
*******
Dilectos Ernesto y Miguel Angel:
Puesto que los escépticos no creen en los mitos, es de esperar que nuestros
convecinos sobrevivirán a la cena que en estos momentos está teniendo lugar
con Diana.
Por mi parte, siguiendo la tradición librepensadora de buscar una
interpretación racional de los mitos, en los últimos días he dedicado
algunos ratos al estudio de la reencarnación de la diosa Artemisa en
nuestra corrala digital. Bienvenida sea, como anteriormente lo fueron los
amigos eternos y fantásticos de los inquilinos de mi nevera. En cualquier
caso, y a la espera de novedades sobre el desarrollo y conclusión de la
cena, practico la suspensión del juicio y me limitaré a recordar a los
convecinos algunos detalles relevantes de la historia de Artemis-Diana, la
hermana gemela de Apolo.
Diana era el arquetipo de la doncella saludable, intrépida y valerosa a la
que se representa subida a un carro tirado por dos toros, con una antorcha
en la mano y una luna en cuarto creciente a modo de aura sobre su cabeza.
Las iconografías marianas toman muchos elementos de las representaciones de
Diana al igual que la Estatua de la Libertad que las combina con la
iconografía de Palas-Atenea.
Diana vivía en la Arcadia en donde practicaba la caza, su afición favorita,
en compañía de sesenta Oceánidas y veinte Ninfas. Chica belicosa que tomó
partido por los troyanos con ocasión de la Guerra de Troya, cuenta entre
las víctimas de sus flechas a uno de los Gigantes y al monstruoso Búfago y
Dura y vengativa, es una diosa cara al feminismo a causa de los castigos
ejemplares aplicados a quienes osaron atentar contra su más preciada
virtud: la castidad.
Hizo que el Escorpión picase mortalmente al seductor Orión y convirtió en
ciervo al ligón de Acteón quien murió devorado por sus propios perros.
Especialmente ejemplar fue el castigo infringido a los titánicos aloades
Otos y Elfiatres quienes construyeron con montañas una escala que les
permitió llegar al Olimpo para raptar a nuestra cinegética muchacha, Diana
tomó el manso aspecto de una cervatilla que los titanes intentaron cazar
con el resultado de asetearse mutuamente.
Xoán M. Carreira