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[escepticos] Curso de etica periodistica.



En nuestro Curso de Ética Periodística planteamos hoy el tema de las rectificaciones. 

Como nuestros alumnos saben, la madrugada del pasado domingo se lanzaron graves insinuaciones y acusaciones contra un colistero de dudoso nombre, conducta y condición a decir del programa Mundo Misterioso.

Durante la madrugada de ayer, y sin duda gracias en buena parte al buen hacer y rectitud moral e intelectual de otro apreciado colistero, el que aparece como director del programa citado, que no es ni más ni menos que el conocido Manuel Carballal (ya recuperado de mandíbula y colleja), al parecer para aclarar que lo expresado en el programa anterior no correspondía a la realidad y restituir así el mancillado honor del agredido colistero, pronunció las siguientes palabras:

"Y personalmente quiero aprovechar este momento para presentar mis disculpas a José María Bello, contra quien la pasada semana, en el transcurso de una de nuestras entrevistas con uno de nuestros invitados, se vertieron duras acusaciones sobre las que, yo al menos, no he visto todavía pruebas definitivas, por lo que, basándome en la presunción de inocencia, le presento mis disculpas".

Sin duda este hecho y esta intervención tienen apreciables virtudes, entre las cuales no es la menor el haber descubierto, suponemos que tras una ardua investigación de campo, cuál es el verdadero nombre que se escondía tras las crípticas siglas JM, un enigma que había dejado en evidencia anteriormente la escasa habilidad investigadora del locutor Cardeñosa.

No entraremos a valorar las intenciones, buenas o malas, que puedan ocultarse tras esta intervención, pues por su propia esencia pertenecen a la intimidad de la persona que ha pronunciado la frase. Quede en todo caso constancia de que ha habido intervención, y de que formalmente puede considerarse que se han pedido disculpas, si bien no en nombre del programa sino simplemente a título personal.

Pero, nos preguntamos, ¿queda restituida la verdad? ¿Se han despejado las dudas, previamente sembradas por el programa, sobre el comportamiento del colistero? ¿Se ha dejado claro que todo se debe a una metedura de pata de los miembros del programa? A nuestro juicio, no.

Si se quisiera dejar claro todo eso, mejor habría sido decir la verdad a la pata la llana, exponiendo, por ejemplo, lo que presentamos en nuestra 

RECTIFICACION NUMERO 2:

"Y personalmente  *y en representación de este programa*, quiero aprovechar este momento para presentar mis disculpas a José María Bello, contra quien la pasada semana, en el transcurso de una de nuestras entrevistas con uno de nuestros invitados, se vertieron duras acusaciones. Estas acusaciones, *totalmente infundadas*, sólo han sido debidas a una lamentable *confusión por nuestra parte*. Queremos dejar claro que nada tiene que ver la persona aludida con las acusaciones que se le han hecho, por lo que presento, a la persona y *a la institución* que dirige y representa, mis disculpas *y las del programa*".

Este texto, o cualquier otro similar, habría sido suficiente para aclarar de verdad la situación, al tiempo que proporcionaría un buen punto de apoyo para aplicar la presunción de inocencia a la nauseabunda intervención de hace una semana. Pero no fue así. Antes al contrario, determinados matices hacen que el contenido de la rectificación se modifique sustancialmente, hasta el punto de que la aparente rectificación se convierte en una nueva y más cobarde y velada acusación. ¿Cómo si no hemos de valorar el que se diga que *todavía* no se conocen pruebas *definitivas*? ¿Es que esperan conocerse pronto? ¿Es que se conocen pruebas no definitivas? Si hay pruebas o indicios de que las acusaciones son correctas, expónganse con claridad, y si no las hay, dígase también con la misma claridad. ¿Cómo hemos de entender la alusión a la presunción de inocencia? Nadie aplica la presunción de inocencia a alguien cuya inocencia es palpable y manifiesta: es algo que queda reservado a los presuntos 
delincuentes.

Pues si esto es lo que se sugiere, podría haberse dicho claramente, lo que habría tenido la virtud de poner en evidencia, ya que no el fondo del asunto que se trata, sí al menos la catadura moral de quienes tales acusaciones y rectificaciones hacen, rompiendo así el doble juego de los dientes de lobo y las pieles de corderito lechal. Para ser claros, debería haberse dicho algo como nuestra

RECTIFICACION NUMERO 3:

"Como un plasta de amigo que tiene la desgracia de haber caido en las insidiosas redes de los escépticos no hace más que darme la vara con este asunto, quiero presentar mis disculpas por no haber sido capaz de encontrar todavía las pruebas definitivas que demuestren sin lugar a dudas que el mierda de José María Bello es un pederasta mariconazo que además falsifica piezas de museo. Este tipo impresentable es un arpío hijo de puta que no hace más que tocarnos los cojones. Pero se va a enterar: en cuanto consiga las pruebas, de lo que se dijo y de todas las cosas oscuras que, como bien dijo Cardeñosa, rodean a este personaje, le va a caer el pelo. Que vaya preparando un fondo en Suiza para que no se muera de hambre su familia mientras él se pudre en la cárcel. Mientras tanto, dado que las pruebas definitivas todavía no las tengo en la mano, no me queda más remedio que aplicar eso de la "presunción de inocencia" y pedirle disculpas, a ver si así para de dar la toña el medio arpío ese 
que parece tonto, mira que andar enrollándose con esos hijos de puta... Y que quede claro que esto lo hago exclusivamente a título personal: el programa hizo muy bien en hacer lo que hizo, faltaría más. ¿Vale así, Cardeñosa?"

A pesar de las virtudes aclaratorias de este último ejemplo, nosotros, fieles a los principios de este curso de ética periodística, seguimos recomendando nuestra rectificación número 2.

Deseándoles un plácido domingo,

JM
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José M. Bello Diéguez
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