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[escepticos] Hace un par de semanas (clones, arte y otras cosillas)



Salud.
Hace un par de semanas envié mi primer mensaje a la lista, recibí tres
respuestas y mi pobre ordenador dejó de funcionar (cosas del disco duro,
dicen). He hecho los deberes, en parte, y por eso vuelvo, y también para
hacer educado acuse de recibo de las tres respuestas aquellas (lo cual me
servirá, además, para entrar en juego -"solapadamente": con mi disco duro
se perdió todo el correo y no recuerdo nombres).
Una de las respuesta que obtuve, y que agradezco, me animaba a continuar en
la lista; la discusión sobre la clonación tenía su interés, decía. Cierto
(ésos son los deberes que he hecho), aunque para mi gusto quizá no se han
deslindado lo suficiente los dos "usos" posibles de la clonación. El primer
uso sería científico, quiero decir que quedaría restringido al trabajo de
una elite de especialistas y estudiosos. Daría sus frutos, para el público
en general, con el tiempo. Ése parece ser el uso de la clonación que
veremos en los próximos años; habrá que pedir a los científicos prudencia y
a los estados que cumplan con su trabajo. Difícilmente se puede argumentar
hoy por hoy con seriedad sobre ejercitos de esclavos clonados (habrá que
olvidar a mi querido Fu-Manchú y al Dr. Moureau). El otro uso sería el de
la clonación como servicio a los ciudadanos. Digo que no se ha deslindado
suficientemente un uso de otro porque han aparecido comentarios, no sé si
simpáticos (aún me es difícil saber si hay o no humor en la lista), que se
acercaban al caso, quizá involuntariamente, desde la eugenesia. Cabría
volver a ello con más tiento, supongo, porque es fácil caer en la soberbia
del creador (y aquí caben papás, mamás y científicos locos de los años 50).
Soberbia que, si bien se mira, puede tener su lado cómico: "Soy tan guapo
que quiero dos como yo". La moda ("moreno y con mirada turbia me gustaría,
como Antonio Banderas, señor doctor") tiene también qué decir en el asunto
(por cierto, como trabajo en Badalona este año, en el cinturón industrial
de Barcelona, tengo en una sóla clase tres Noelias: caló más en las afueras
la canción de Nino Bravo; en Barcelona, siempre más à la page, sufrí hace
años una inflación de Vanesas). 
En otro sentido, se suele hablar abundantemente de los derechos del
ciudadano a tener un clon si le da la gana, pero de los derechos del clon
aún no he oído hablar lo suficiente: si entra en la sociedad con plenos
derechos (otra cosa es inadmisible) bien podrá negarse a ceder a su padre
cualquier célula, órgano o lo que sea de su cuerpo (nuevamente el lado
cómico: encuentro a mi clon por la calle y le pregunto a dónde va. "A
beberme unos wiskies", responde. Yo me alarmo: "No te pases con la bebida,
que me noto delicado del hígado").
Bromas aparte, no veo claro el asunto. En ese derecho al propio clon y en
la tentación eugenésica de los particulares huelo un prejuicio difícil de
superar: el de "la carne de mi carne" y el de la búsqueda de la eternidad
por el cromosoma. Algunas intervenciones en esta lista sobre el caso lo
corroboran. (En esto que ahora digo mezclo quizá más de la cuenta las
técnicas de fecundación asistida con la clonación, pero me parece que no
voy desencaminado si me refiero al uso que un ciudadano medio pudiera dar
de la posibilidad cierta de clonarse.) La adopción parece que todavía
encuentra resistencias (mientras la oferta es inagotable).
(Vale de clones, un par de asuntos más y acabo.)
Me gustó leer un mail que no sé si dio mucho o poco que hablar; trataba del
poco rigor con el que se planteaban en la escuela los estudios de
"ciencias" y de la necesidad de ofrecer al alumnado las herramientas
precisas para desarrollar la propia iniciativa, la capacidad crítica... Me
gustó porque es eso exactamente lo que decimos los profes de "letras"
(sobre las letras). Y echamos la culpa a los de "ciencias" que suponemos en
la Administración. Pienso ahora que los culpables deben ser los "mixtos"
(gentes de económicas, que no son ni chicha ni limoná). El caso es que me
gustó leer aquel mail porque acercaba (más de lo que el autor pretendía,
está claro) a los unos y los otros, y los reunía en lo que de mejor tienen
ciencias y letras (que es, además, lo que comparten).
En cambio, me sorprendió un mail que negaba que el arte y la filosofía
fueran conocimiento (y creo que hubo una respuesta también sorprendente,
pero de otra manera, de un estudiante o licenciado en Bellas Artes). Me
gustará hablar de ello si os apetece, pero en otra ocasión. Creo que ya os
he cansado bastante.

Salud a todos.

Miguel Ángel González


P.S.: He dicho al principio que me tocaba dar cumplida respuesta a los
mails que me respondieron en otra ocasión. Con eso acabaré. Uno me
preguntaba qué era eso de los dos escepticismos (recuerdo que yo escribí
que me quedaba con el primero): pues no tengo ni idea, alguien de la lista
dijo que otro (de la lista) respondía a un escepticismo antiguo (¿citaba a
Pirrón?) y que él, en cambio, a otro, más actual, supongo yo. Pues me
apunté al primero, está claro (y no sé más). Otra respuesta a mi mail me
recomendaba buscar otras listas (no le he hecho caso) y me trataba de
muchacho (agradezco el homenaje). Lo dicho, salud.