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Entrevista a Antoni Castellón Tarrida,
titular de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El concepto de Inteligencia lo define un diccionario como: "La
facultad o capacidad del hombre para comprender el mundo de las relaciones
y coger conciencia, para resolver situaciones nuevas a través de
unas respuestas también nuevas o para aprender a hacerlo"(
Diccionario de Lengua Catalana, 1995 ). Pero realmente esto es Inteligencia,
es decir, podemos definir tal concepto con estas palabras,o bien, es algo
más.
Es por este motivo, por la gran ambigüedad que acompaña
a tal concepto, que he querido abordar este tema. Lo he recogido, pues,
a modo de entrevista, realizada a Antoni Castelló Tarrida, titular
de la Universidad Autónoma de Barcelona en el área de Psicologia
Educativa .
1.- Dado la gran ambigüedad y contradicción, existente
aún en día, entorno al concepto de INTELIGENCIA, qué
definición daría Antoni Castellón a tal concepto?
La definición de inteligencia debe pasar por, al menos, dos condiciones:
en primer lugar, procurar evitar solapamientos con otros grandes constructos
psicológicos ; en segundo lugar centrarse en los aspectos conceptuales,
no los métricos ni los aplicados, es decir, no definirla por sus
consecuencias (por ejemplo, "? lo que permite adaptarse al entorno") ni
por los instrumentos que, presuntamente, la evalúan (por ejemplo,
la clásica definición de Boring que - fiel a su nombre -
la contrataba en "aquello que miden los tests de inteligencia"). El ámbito
que mayor amplitud conceptual puede incluir y menor solapamiento con otros
constructos es la capacidad de procesar información simbólica.
Debe añadirse un complemento importante : aquí, procesar
no toma la semántica conexionista, sino que se refiere a manipular,
transformar, elaborar. En otras palabras, quedan excluidas las operaciones
de transmisión, almacenaje o recuperación (propias del constructo
del aprendizaje) las de codificación determinista (sensoriales)
o las mera conexión entre estímulo y respuesta (al estilo
de los reflejos). Por otra parte, es sumamente importante que se trate
de información simbólica, es decir representaciones esencialmente
arbitrarias de la realidad (o, mucho más interesantes, representaciones
de otras representaciones).
Siguiendo esta definición, la inteligencia se ocupa de operar
sobre conjuntos de símbolos con diversa organización (desde
simples listas de pares hasta complejos modelos mentales) estableciendo
relaciones entre los mismos, asignándoles propiedades, transformándolos,
etc. Su objeto principal no es ni la percepción, ni el aprendizaje,
ni el comportamiento, ni la adaptación. Puede incidir en todas estas
funciones, aunque de forma interactiva y poco lineal. Opuestamente, la
inteligencia trabaja internamente, siendo, quizás, el más
mental de los constructos psicológicos y cognitivos.
2.- Sería cierto decir que la inteligencia es lo que miden
los tests de inteligencia, o esto es simplemente un postulado reduccionista
entre el constructo ( la inteligencia) y la conducta?
Sin duda. Esta definición es una mera tautología. Cabe
ubicarla en el contexto en que fue generada (década de los 20),
en el cual los postulados positivistas eran prácticamente hegemónicos.
En ese contexto, apelar a procesos internos podía conducir a ser
rechazado de plano por la comunidad científica. A pesar de ello,
se trata de la definición menos afortunada que se ha planteado desde
la óptica positivista. Como he comentado en la anterior pregunta,
la inteligencia es un conjunto de procesos internos. Consecuentemente,
expresiones al estilo de "ha dado una respuesta inteligente" o bien "se
comporta inteligentemente" atribuyen inteligencia a la conducta. Craso
error : el comportamiento puede beneficiarse - o salir perjudicado - de
las operaciones intelectuales, pero la inteligencia es de naturaleza procesal,
no conductual.
La medición de la inteligencia pasa, pues, por una serie de presunciones
y mucha elaboración teórica. Primeramente, debe asumirse
que las conductas implicadas en un test cualquiera están influidas
por ciertos procesos subyacentes. En segundo lugar, debe modelizarse de
qué manera dichos procesos inciden en la conducta (por ejemplo,
si son condiciones necesarias o elementos facilitadores) y si existen diversas
combinaciones de procesos que conducen a dicha conducta. La situación
óptima -pero muy poco habitual- consiste en encontrar conductas
que sólo puedan ser ejecutadas a partir de una única combinación
de procesos.
Los tests convencionales parten del supuesto del rasgo latente,
es decir asumen la existencia de una capacidad subyacente, simétrica
a la conducta. Cuanto más rápida y eficaz es la respuesta
del sujeto, mejor se encuentra dicha capacidad. Pero, además, a
cada forma de comportamiento le corresponde un rasgo cognitivo equivalente.
Por ejemplo, a la conducta de resolver multiplicaciones le correspondería
cierta capacidad multiplicativa. Pero permitidme uno de mis ejemplos favoritos
: pedimos a cuatro personas que realicen una simple multiplicación
aritmética (por ejemplo, 7x15). Las cuatro personas nos dan como
respuesta 105. La teoría convencional afirmaría que los cuatro
tienen la misma "capacidad multiplicadora" ; a lo sumo discreparían
en la velocidad de ejecución. Ahora bien, supongamos que les interrogamos
acerca de cómo han llegado a la respuesta. El primero nos contesta
que ha recordado la tabla del 15, donde 15 por 7 da 105. El segundo informa
que ha utilizado el algoritmo académico (siete por cinco treinta
y cinco, llevamos tres, etc.). El tercero ha usado la propiedad distributiva
(7x10=70, 7x5=35 ; 35+70=105). El cuarto afirma haber sumado siete veces
quince. El presunto rasgo latente parece bastante errático.
3.- Desde la óptica de la Psicología de la Inteligencia
como podríamos definir a ésta, como conducta o como proceso?
Solamente como proceso. La conducta puede recibir influencias del mismo,
pero no son ni unívocas ni lineales. Las relaciones pueden ser muy
complejas, tal como se insinúa en la pregunta anterior.
4.- Qué dificultades de tipo metodológico y epistemológico
implica la investigación en el campo de la Psicología Cognitiva,
y más específicamente en el campo de la inteligencia?
La principal dificultad radica en el estudio de constructos mentales.
No se trata de explorar operaciones difícilmente visibles o no manipulables,
como sucede con el estudio del cerebro humano. De hecho se trabaja con
funciones procesuales. Toda operación cognitiva que se realiza
sobre símbolos no tiene naturaleza física. Asumimos que estas
funciones existen porque son necesarias para explicar el funcionamiento
mental, pero el acceso a la mismas es esencialmente racional. No podemos
tener un acceso anatómico o conductual. En todo caso, los datos
procedentes de las neurociencias y del análisis de la conducta pueden
aportar pistas, restricciones o criterios, pero no pueden poner en evidencia
qué funciones procesuales se ejecutarán. Metafóricamente,
si conocemos las características mecánicas de un coche y
cómo se ha comportado en un trayecto dado, no podremos deducir de
ello a quién o qué ha transportado, por qué razones
o con qué objeto.
5.- Realmente se puede hablar de la precisa medición de algo
que no se sabe qué es, es decir, cuando aún no se tiene una
definición establecida del concepto?
En absoluto. La mayoría de los tests de inteligencia tienen problemas
de validez, justamente porque las variables presuntamente medidas presentan
lagunas teóricas importantes. En todo caso, la precisión
de la medida afecta más a la fiabilidad o al poder de discriminación
de estos instrumentos. Dicho en otras palabras, sirven para determinar
que existen diferencias en la respuesta entre dos o más personas,
qué magnitud presentan dichas diferencias, incluso cómo se
ubican en la población normativa. Ahora bien, son sumamente imprecisos
a la hora de describir qué procesos originan estas diferencias.
En suma, los tests son eficaces como medidores de conductas, cosa que,
de hecho, es su función. La vinculación de estas conductas
con procesos subyacentes no depende de los instrumentos sino de la teoría
intelectual. Por tanto, no se trata de que sean malos instrumentos, sino
que parten de malas teorías.
6.- A grandes rasgos, cuales son los requisitos imprescindibles (de
carácter epistemológico) que deberían ser tenidos
en cuenta, a fin de maximizar la validez de los resultados de cualquier
investigación psicológica (de constructos cognitivos) y de
orientación para llegar a resultados significativos?
Quizás el gran olvidado en la investigación cognitiva
sea el análisis teórico. Debemos tener en cuenta que la validación
de una determinada teoría no se lleva a cabo exclusivamente por
la vía empírica. Por el contrario, la consistencia interna,
la congruencia con otras aportaciones teóricas, sean de la propia
disciplina o de otras, o la amplitud de fenómenos explicados son
igualmente criterios de validación. El trabajo sistemático
sobre modelos teóricos es una de las partes más fundamentales
de la investigación.
Si la base investigadora es esencialmente empírica, habitualmente
se consiguen buenas descripciones del objeto de estudio. Ahora bien, si
dicho objeto es la conducta o cualquier objeto de carácter físico,
se trata de un buen punto de partida. Si el objeto de estudio es un constructo
o, en todo caso, es procesal, no puede partirse de ninguna descripción
empírica. La única vía es la especulación teórica
y la modelización. Posteriormente, cuando las vinculaciones de las
funciones con la conducta ya han sido definidas por los modelos, puede
procederse a la validación empírica, pero no al contrario.
Los modelos clásicos de inteligencia han seguido el proceso inverso
: partiendo del análisis de la conducta se ha tratado de inferir
procesos, quedando en una maraña de complicaciones conceptuales
a las cuales no se puede responder observando la conducta.
8.- Se puede realmente medir la inteligencia, exclusivamente a través
del aprendizaje académico?
El aprendizaje académico da pistas de ciertos grandes procesos
intelectuales. Por ejemplo, informa al respecto de las operaciones de gestión
de la memoria, de manipulación o razonamiento lógico, de
procesamiento verbal. Sin duda, estas grandes categorías de procesos
están implicadas en el aprendizaje académico. Pero, de nuevo,
la relación no es lineal ni simétrica. Probablemente quien
construya funciones que le permitan gestionar en su memoria información
verbal, organizada lógicamente (cosa que es una interacción
de las categorías citadas) podrá desenvolverse con notable
eficacia en contextos académicos. Consecuentemente, los niveles
de aprendizaje académico, una vez controladas variables como la
motivación o la dedicación, aportan pistas importantes acerca
de si una persona ha desarrollado este tipo de funciones.
Pero, por supuesto, no son las únicas funciones intelectuales.
En todo caso se trataría de una valoración parcial de la
inteligencia y, evidentemente, bastante vaga e imprecisa en la estimación
de las funciones citadas.
9.- Cual sería la principal distinción entre normalidad
y excepcionalidad?
La excepcionalidad suele definirse a partir de los criterios de baja
frecuencia (que es un criterio blando) y de diferencias cualitativas respecto
al grupo mayoritario o normalidad (que es el criterio principal). En el
caso de la inteligencia, la excepcionalidad indica la disposición
de un número muy reducido de procesos intelectuales (déficit)
o muy elevado (superdotación y talento de las mismas). La diferencia
cualitativa reside en que estas características impiden, en el primer
caso, realizar funciones comunes a la normalidad y, en el segundo caso,
permiten realizar funciones no factibles para el grupo normal (funciones
como la solución de ciertos problemas, la representación
y organización de las informaciones, etc.).
10.- De los trabajos e investigaciones que se han llevado a cabo
en los últimos años, cuales han sido las aportaciones más
relevantes desde la Psicología de la Excepcionalidad hacia la Psicología
de la Inteligencia ?
Desde los dos extremos de la excepcionalidad se ha avanzado moderadamente
en la línea de poner de manifiesto las relaciones entre funciones
y entre éstas y la conducta. Los casos de déficit intelectual,
dada la limitación en el número de funciones disponibles,
permiten acceder con mayor facilidad a los procesos que están implicados
en su -limitado- repertorio de conducta. Opuestamente, los casos de superdotación
y talento permiten valorar las interacciones entre procesos y las funciones
más complejas. Por ejemplo las interacciones entre recursos lógicos
y creativos son las que explican las diferencias de eficacia de personas
superdotadas. Estas interacciones son muy poco probables en la población
normal.
Por tanto, se trata de dos campos muy heurísticos en lo que afecta
al análisis cognitivo y a la explicación procesal de la conducta.
En la población normal, aunque existan diferencias en los recursos
procesales individuales, las funciones que se construyen son muy semejantes
y, habitualmente, sólo discrepan en la rapidez o fiabilidad (cantidad
de errores) de las mismas. Los grupos excepcionales exhiben diferencias
cualitativas en sus funciones, aspecto que facilita el aislamiento de los
procesos implicados.
11.- Como consecuencia de la ambigüedad (antes mencionada) procedente
de la disciplina de la Psicología de la Inteligencia, en la cual
no se dispone de una definición precisa y consensuada de la misma
Inteligencia, no existe tampoco unanimidad en lo que afecta a la definición
de superdotación y/o talento. En términos generales cuáles
son las consideraciones a tener en cuenta respecto a ambos conceptos?
En primer lugar, quizás el consenso no sea el parámetro
de validez más apto para cuestiones de tipo científico. La
congruencia teórica y la confirmación empírica constituyen
los criterios adecuados. Igualmente, el hecho de que un material o planteamiento
esté publicado no le otorga mayor validez.
Evidentemente, intentar plantear una Psicología de la Superdotación
y el Talento que sea ajena a la Psicología de la Inteligencia sería
caer en uno de los errores de validez teórica más típicos.
No es posible que la inteligencia, abordada en términos generales,
funcione de forma distinta a la inteligencia abordada en el contexto de
la superdotación, del talento o, en el otro extremo, de la infradotación.
Éste es un aspecto muy importante, dado que, por ejemplo, la mayoría
de las definiciones actuales dentro de la excepcionalidad utilizan el CI
como parámetro principal, mientras las teorías actuales de
la inteligencia tienden a ser muy críticas (si no despreciativas)
con este índice.
Desde un marco cognitivo, mayor inteligencia significa más recursos
-procesos, funciones- cognitivos, mayor capacidad de procesar -manipular,
transformar- información. La noción de inteligencia única
tiene muy leves ecos en los autores actuales, razón por la cual
superdotación y talento no pueden ser sinónimos. Aunando
ambos conceptos, superdotación -en el sentido de inteligencia en
general- significa muchos recursos procesales de todo tipo,
es decir, una variedad de procesos suficiente para afrontar cualquier tipo
de función intelectual. Talento, en cambio, presenta connotaciones
de especificidad y resulta equivalente a muchos procesos pertinentes para
un determinado campo o categoría de funciones. En ambos casos, el
resultado es alta capacidad para procesar información, sea en cualquier
ámbito o en ámbitos específicos.
12.- Es obvio, que a niños superdotados y/o talentosos se
les deba "obligar", dentro del sistema educativo, a potenciar al máximo
sus capacidades, y una de las principales estrategias de intervención
educativa consiste en adelantar al niño uno a más cursos
escolares a fin de ubicarlo en un contexto de dificultad suficiente para
sus capacidades. Pero con esto no caemos en el error de provocar problemas
de tipo emocional y social al niño. Y no es sólo esto, qué
pasa con estos niños cuando son adultos?
La principal virtud de la aceleración es su bajo -casi nulo-
coste. Por otra parte, cumple la función de eliminar un elemento
molesto de un aula y transferirlo a otro contexto. Frecuentemente representa
una solución parcial del problema ya que, un tiempo después,
vuelve a ser requerida otra aceleración. La posible madurez intelectual
-habitualmente referida sólo a la inteligencia vinculada a la capacidad
de aprendizaje de estos alumnos- no tiene por qué ir acompañada
de madurez emocional, ni mucho menos física. Los dos últimos
elementos son mucho más importantes para la adaptación al
grupo que no el primero. La consecuencia es la priorización del
aprendizaje académico sin una buena socialización y consecuente
equilibrio emocional.
De adultos -o de adolescentes o, simplemente, unos años después-
estos niños sufren verdaderas situaciones de dificultades de interacción
social, de aceptación por el grupo, de autoimagen, con los lógicos
síntomas de ansiedad, inseguridad y, a veces, agresividad. Se trata
pues de una dudosa inversión para el alumno, quizás mucho
más satisfactoria para padres o para el propio Sistema Educativo.
13.- Es ético comparar la Inteligencia humana a la de una
máquina, cuando estas últimas son incapaces de elegir un
número al azar sin la ayuda de una ecuación matemática
y unos datos previos y en cambio el hombre sin condición previa
es capaz de hacerlo?
Pruebe a pedir un número aleatorio a -digamos- cien personas
y observará curiosas coincidencias. Quizás se llegara a una
explicación tan determinsta como la que se ha utilizado con el sistema
informático. De hecho, estamos realizando una comparición
en la cual tenemos diferencias de forma pero no de fondo. En primer lugar,
podemos conocer con total precisión tanto el funcionamiento mecánico
como el funcional del ordenador y no conocemos ni el funcionamiento cerebral
ni las funciones derivadas del mismo en los humanos. Este conocimiento
nos da una sensación de mayor determinismo en el primer caso, mientras
nos hace suponer otro tipo de funcionamiento (¿azar, voluntad, inspiración,
intención ?) en la cognición humana. En cambio ambos sistemas
son capaces de procesar símbolos. Probablemente, las virtudes de
la maquinaria artificial (la rapidez y precisión del silicio) encubran
un desarrollo de funciones mucho más pobre. Pero estamos hablando
de dos disciplinas muy jóvenes. Si me permite la comparación
de actualidad, parece que Deep Blue está complicando la vida a Kasparov.
Si caemos en la trampa empirista, podemos estar evaluando la inteligencia
humana contra la artificial. El resultado empírico de esta competición
es indiferente. Otra vez el análisis conceptual puede dar más
de sí : ambos sistemas son inteligentes -son capaces de procesar
información- aunque con inteligencias distintas, en la medida
que usan procesos distintos. A pesar de disponer de procesos distintos,
consiguen realizar funciones semejantes y, especialmente, conductas semejantes
(como jugar al ajedrez). Si le preguntaran sobre qué es más
fruta, una manzana o un melón, ¿podría responder con
sensatez ?
14.- En la actualidad ya se disponen de máquinas " Inteligentes",
que son capaces de aprender, cree usted que llegaran algún día
a pensar?
Pensar es un concepto que incluye actividad cognitiva de muy diversa
índole y que, de alguna manera, ciertos sistemas artificiales ya
están realizando hoy en día. En efecto, cierta forma de pensamiento
existe ya en los sistemas de inteligencia artificial actuales. Sigue sorprendiéndonos
que no lo hagan exactamente como los humanos, implicando consciencia, voluntad,
intención. Pero, por una parte, suelen concretar bastante de estas
condiciones (sobretodo de las dos últimas) y, por otra, me resulta
ingenuo pensar que la inteligencia es un recurso exclusivamente humano
o que sólo puede presentar la forma que exhibe en los seres humanos.
Sería equivalente a pensar que sólo pueden existir las formas
de vida que están catalogadas y descritas en la actualidad. Aún
más: las diferencias de funcionamiento intelectual entre humanos
son muy sorprendentes y variadas. Una análisis de las mismas, solamente
dentro del grupo normal, mostraría perfiles tan discrepantes que
ridiculizarían tipificaciones en términos de razas, clases
sociales o culturas.
En los años 60 y principios de los 70 hubo cierta controversia
entre psicólogos y especialistas en inteligencia artificial. Siguiendo
los postulados empiristas, los psicólogos renunciaban a calificar
como inteligente toda conducta que fueran capaces de realizar los ordenadores.
La controversia se suspendió cuando cayeron conductas tales como
jugar al ajedrez, resolver teoremas, utilizar el lenguaje natural o gestionar
(con frecuencia mejor que los expertos) ciertas bases de información.
Insisto : la inteligencia está en el proceso, no en la conducta.
Y no es exclusiva de humanos ni de sistemas biológicos. Quizás
tengamos que buscar nuestra identidad por otros caminos.
15.- Los psicólogos Peter Salovey, de la Univesisdad de Yale,
John Mayer, de la Universidad de New Hampshire junto a la colaboración
del escritor científico Daniel Goleman, han sorprendido a medio
mundo con la invención de un nuevo concepto: "Inteligencia Emocional".
Qué piensa usted de tal inteligencia?
Hace tiempo que se ha considerado este tipo de inteligencia, en cierta
medida vinculada a la inteligencia social y la inteligencia práctica.
Por una parte, me alegra que la hayan incluido en las modas de la Psicología,
puesto que es un tipo de información tan interesante -cognitivamente
hablando- como la verbal o la figurativa. Por otra, me resultan perniciosos
un par de aspectos: que recurran al CI emocional (me refiero al concepto
de CI ¿por qué no llamarle Australopitecus emocional ?) y
que se aborde desde una perspectiva de oposición entre este tipo
de inteligencia y la "racional". Tanto la una como la otra constituyen
dignísimas formas de información y pueden ser perfectamente
procesadas por funciones semejantes o específicas. En todo caso,
espero que aporten un poco de luz sobre las interferencias culturales (
casi Aristotélicas) que sufre el campo de la inteligencia.
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