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RE: [escepticos] RE: Voto-Robots



Hola a tod en s.

    He seguido como he podido ( la verdad es que no he tenido mucho tiempo
últimamente para poder participar de un tema tan interesante como es este)
la discusión que se ha generado en torno a la Inteligencia Humana y la
Inteligencia Artificial y el posible derecho al voto por parte de entidades
robóticas, en base a la existencia de inteligencia en ellas o no.
    Personalmente creo que no debiera ser la Inteligencia la base de
discriminación única para otorgarle el susodicho derecho al voto o no a una
de estas futuribles entidades.
    En otro mensaje que he remitido a la lista he expuesto que para mí la
base debiera ser sobre todo la capacidad de libre actuación y expongo en él
mi escepticismo en torno a que el ser humano sea tan necio como para
dotarles a los robots de dicha capacidad sin poner un límite impreso en su
código geneticoinformático (por ej: las Leyes de la Robótica de Isac Asimov
u otras parecidas).
    Había pensado aportar algo propio a la discusión establecida en torno al
constructo de la Inteligencia, cuando he recordado un artículo de Antoni
Castellón Tarrida, titular de la Universidad Autónoma de barcelona, en el
area de Psicología Educativa, que tenía recogido sobre el concepto de
Inteligencia, su evolución histórica y teórica, binomio inteligencia
humana-inteligencia artificial, etc...
    Considero dicho artículo de un alto interés por su gran claridad y por
su  búsqueda de un enfoque científico del fenómeno, claridad esta que hace
que sobre todo aquello que tenía pensado escribir.
     Su lectura es muy recomendable para ajustar los márgenes de la
discusión.
    Por otra parte, da gusto comparar una entrevista realizada a una persona
con mentalidad científica y que busca el contraste empírico de todo aquello
que afirma frente a los que hacen pseudociencias magufilas como el artículo
pasatiempo que sobre la Anatheóresis (¿¿¿¿¿¿¿¿ OLO ????????) os he remitido
anteriormente.
    Espero que los disfruteis (ambos los dos).

Saludos escépticos desde Bilbao a tod en s.-((8.-))))).


Title: antonia
 
 
 
 
Entrevista a Antoni Castellón Tarrida, titular de la Universidad Autónoma de Barcelona.
 

El concepto de Inteligencia lo define un diccionario como: "La facultad o capacidad del hombre para comprender el mundo de las relaciones y coger conciencia, para resolver situaciones nuevas a través de unas respuestas también nuevas o para aprender a hacerlo"( Diccionario de Lengua Catalana, 1995 ). Pero realmente esto es Inteligencia, es decir, podemos definir tal concepto con estas palabras,o bien, es algo más.

Es por este motivo, por la gran ambigüedad que acompaña a tal concepto, que he querido abordar este tema. Lo he recogido, pues, a modo de entrevista, realizada a Antoni Castelló Tarrida, titular de la Universidad Autónoma de Barcelona en el área de Psicologia Educativa .

 

1.- Dado la gran ambigüedad y contradicción, existente aún en día, entorno al concepto de INTELIGENCIA, qué definición daría Antoni Castellón a tal concepto?

La definición de inteligencia debe pasar por, al menos, dos condiciones: en primer lugar, procurar evitar solapamientos con otros grandes constructos psicológicos ; en segundo lugar centrarse en los aspectos conceptuales, no los métricos ni los aplicados, es decir, no definirla por sus consecuencias (por ejemplo, "? lo que permite adaptarse al entorno") ni por los instrumentos que, presuntamente, la evalúan (por ejemplo, la clásica definición de Boring que - fiel a su nombre - la contrataba en "aquello que miden los tests de inteligencia"). El ámbito que mayor amplitud conceptual puede incluir y menor solapamiento con otros constructos es  la capacidad de procesar información simbólica. Debe añadirse un complemento importante : aquí, procesar no toma la semántica conexionista, sino que se refiere a manipular, transformar, elaborar. En otras palabras, quedan excluidas las operaciones de transmisión, almacenaje o recuperación (propias del constructo del aprendizaje) las de codificación determinista (sensoriales) o las mera conexión entre estímulo y respuesta (al estilo de los reflejos). Por otra parte, es sumamente importante que se trate de información simbólica, es decir representaciones esencialmente arbitrarias de la realidad (o, mucho más interesantes, representaciones de otras representaciones).

Siguiendo esta definición, la inteligencia se ocupa de operar sobre conjuntos de símbolos con diversa organización (desde simples listas de pares hasta complejos modelos mentales) estableciendo relaciones entre los mismos, asignándoles propiedades, transformándolos, etc. Su objeto principal no es ni la percepción, ni el aprendizaje, ni el comportamiento, ni la adaptación. Puede incidir en todas estas funciones, aunque de forma interactiva y poco lineal. Opuestamente, la inteligencia trabaja internamente, siendo, quizás, el más mental de los constructos psicológicos y cognitivos.

 

2.- Sería cierto decir que la inteligencia es lo que miden los tests de inteligencia, o esto es simplemente un postulado reduccionista entre el constructo ( la inteligencia) y la conducta?

Sin duda. Esta definición es una mera tautología. Cabe ubicarla en el contexto en que fue generada (década de los 20), en el cual los postulados positivistas eran prácticamente hegemónicos. En ese contexto, apelar a procesos internos podía conducir a ser rechazado de plano por la comunidad científica. A pesar de ello, se trata de la definición menos afortunada que se ha planteado desde la óptica positivista. Como he comentado en la anterior pregunta, la inteligencia es un conjunto de procesos internos. Consecuentemente, expresiones al estilo de "ha dado una respuesta inteligente" o bien "se comporta inteligentemente" atribuyen inteligencia a la conducta. Craso error : el comportamiento puede beneficiarse - o salir perjudicado - de las operaciones intelectuales, pero la inteligencia es de naturaleza procesal, no conductual.

La medición de la inteligencia pasa, pues, por una serie de presunciones y mucha elaboración teórica. Primeramente, debe asumirse que las conductas implicadas en un test cualquiera están influidas por ciertos procesos subyacentes. En segundo lugar, debe modelizarse de qué manera dichos procesos inciden en la conducta (por ejemplo, si son condiciones necesarias o elementos facilitadores) y si existen diversas combinaciones de procesos que conducen a dicha conducta. La situación óptima -pero muy poco habitual- consiste en encontrar conductas que sólo puedan ser ejecutadas a partir de una única combinación de procesos. 

Los tests convencionales parten del supuesto del rasgo latente, es decir asumen la existencia de una capacidad subyacente, simétrica a la conducta. Cuanto más rápida y eficaz es la respuesta del sujeto, mejor se encuentra dicha capacidad. Pero, además, a cada forma de comportamiento le corresponde un rasgo cognitivo equivalente. Por ejemplo, a la conducta de resolver multiplicaciones le correspondería cierta capacidad multiplicativa. Pero permitidme uno de mis ejemplos favoritos : pedimos a cuatro personas que realicen una simple multiplicación aritmética (por ejemplo, 7x15). Las cuatro personas nos dan como respuesta 105. La teoría convencional afirmaría que los cuatro tienen la misma "capacidad multiplicadora" ; a lo sumo discreparían en la velocidad de ejecución. Ahora bien, supongamos que les interrogamos acerca de cómo han llegado a la respuesta. El primero nos contesta que ha recordado la tabla del 15, donde 15 por 7 da 105. El segundo informa que ha utilizado el algoritmo académico (siete por cinco treinta y cinco, llevamos tres, etc.). El tercero ha usado la propiedad distributiva (7x10=70, 7x5=35 ; 35+70=105). El cuarto afirma haber sumado siete veces quince. El presunto rasgo latente parece bastante errático.

 

3.- Desde la óptica de la Psicología de la Inteligencia como podríamos definir a ésta, como conducta o como proceso?

Solamente como proceso. La conducta puede recibir influencias del mismo, pero no son ni unívocas ni lineales. Las relaciones pueden ser muy complejas, tal como se insinúa en la pregunta anterior.

 

4.- Qué dificultades de tipo metodológico y epistemológico implica la investigación en el campo de la Psicología Cognitiva, y más específicamente en el campo de la inteligencia?

La principal dificultad radica en el estudio de constructos mentales. No se trata de explorar operaciones difícilmente visibles o no manipulables, como sucede con el estudio del cerebro humano. De hecho se trabaja con funciones procesuales. Toda operación cognitiva que se realiza sobre símbolos no tiene naturaleza física. Asumimos que estas funciones existen porque son necesarias para explicar el funcionamiento mental, pero el acceso a la mismas es esencialmente racional. No podemos tener un acceso anatómico o conductual. En todo caso, los datos procedentes de las neurociencias y del análisis de la conducta pueden aportar pistas, restricciones o criterios, pero no pueden poner en evidencia qué funciones procesuales se ejecutarán. Metafóricamente, si conocemos las características mecánicas de un coche y cómo se ha comportado en un trayecto dado, no podremos deducir de ello a quién o qué ha transportado, por qué razones o con qué objeto.

 

5.- Realmente se puede hablar de la precisa medición de algo que no se sabe qué es, es decir, cuando aún no se tiene una definición establecida del concepto?

En absoluto. La mayoría de los tests de inteligencia tienen problemas de validez, justamente porque las variables presuntamente medidas presentan lagunas teóricas importantes. En todo caso, la precisión de la medida afecta más a la fiabilidad o al poder de discriminación de estos instrumentos. Dicho en otras palabras, sirven para determinar que existen diferencias en la respuesta entre dos o más personas, qué magnitud presentan dichas diferencias, incluso cómo se ubican en la población normativa. Ahora bien, son sumamente imprecisos a la hora de describir qué procesos originan estas diferencias.

En suma, los tests son eficaces como medidores de conductas, cosa que, de hecho, es su función. La vinculación de estas conductas con procesos subyacentes no depende de los instrumentos sino de la teoría intelectual. Por tanto, no se trata de que sean malos instrumentos, sino que parten de malas teorías. 

 

6.- A grandes rasgos, cuales son los requisitos imprescindibles (de carácter epistemológico) que deberían ser tenidos en cuenta, a fin de maximizar la validez de los resultados de cualquier investigación psicológica (de constructos cognitivos) y de orientación para llegar a resultados significativos? 

Quizás el gran olvidado en la investigación cognitiva sea el análisis teórico. Debemos tener en cuenta que la validación de una determinada teoría no se lleva a cabo exclusivamente por la vía empírica. Por el contrario, la consistencia interna, la congruencia con otras aportaciones teóricas, sean de la propia disciplina o de otras, o la amplitud de fenómenos explicados son igualmente criterios de validación. El trabajo sistemático sobre modelos teóricos es una de las partes más fundamentales de la investigación.

Si la base investigadora es esencialmente empírica, habitualmente se consiguen buenas descripciones del objeto de estudio. Ahora bien, si dicho objeto es la conducta o cualquier objeto de carácter físico, se trata de un buen punto de partida. Si el objeto de estudio es un constructo o, en todo caso, es procesal, no puede partirse de ninguna descripción empírica. La única vía es la especulación teórica y la modelización. Posteriormente, cuando las vinculaciones de las funciones con la conducta ya han sido definidas por los modelos, puede procederse a la validación empírica, pero no al contrario.

Los modelos clásicos de inteligencia han seguido el proceso inverso : partiendo del análisis de la conducta se ha tratado de inferir procesos, quedando en una maraña de complicaciones conceptuales a las cuales no se puede responder observando la conducta.

 

8.- Se puede realmente medir la inteligencia, exclusivamente a través del aprendizaje académico?

El aprendizaje académico da pistas de ciertos grandes procesos intelectuales. Por ejemplo, informa al respecto de las operaciones de gestión de la memoria, de manipulación o razonamiento lógico, de procesamiento verbal. Sin duda, estas grandes categorías de procesos están implicadas en el aprendizaje académico. Pero, de nuevo, la relación no es lineal ni simétrica. Probablemente quien construya funciones que le permitan gestionar en su memoria información verbal, organizada lógicamente (cosa que es una interacción de las categorías citadas) podrá desenvolverse con notable eficacia en contextos académicos. Consecuentemente, los niveles de aprendizaje académico, una vez controladas variables como la motivación o la dedicación, aportan pistas importantes acerca de si una persona ha desarrollado este tipo de funciones.

Pero, por supuesto, no son las únicas funciones intelectuales. En todo caso se trataría de una valoración parcial de la inteligencia y, evidentemente, bastante vaga e imprecisa en la estimación de las funciones citadas.

 

9.- Cual sería la principal distinción entre normalidad y excepcionalidad?

La excepcionalidad suele definirse a partir de los criterios de baja frecuencia (que es un criterio blando) y de diferencias cualitativas respecto al grupo mayoritario o normalidad (que es el criterio principal). En el caso de la inteligencia, la excepcionalidad indica la disposición de un número muy reducido de procesos intelectuales (déficit) o muy elevado (superdotación y talento de las mismas). La diferencia cualitativa reside en que estas características impiden, en el primer caso, realizar funciones comunes a la normalidad y, en el segundo caso, permiten realizar funciones no factibles para el grupo normal (funciones como la solución de ciertos problemas, la representación y organización de las informaciones, etc.).

 

10.- De los trabajos e investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años, cuales han sido las aportaciones más relevantes desde la Psicología de la Excepcionalidad hacia la Psicología de la Inteligencia ?

Desde los dos extremos de la excepcionalidad se ha avanzado moderadamente en la línea de poner de manifiesto las relaciones entre funciones y entre éstas y la conducta. Los casos de déficit intelectual, dada la limitación en el número de funciones disponibles, permiten acceder con mayor facilidad a los procesos que están implicados en su -limitado- repertorio de conducta. Opuestamente, los casos de superdotación y talento permiten valorar las interacciones entre procesos y las funciones más complejas. Por ejemplo las interacciones entre recursos lógicos y creativos son las que explican las diferencias de eficacia de personas superdotadas. Estas interacciones son muy poco probables en la población normal.

Por tanto, se trata de dos campos muy heurísticos en lo que afecta al análisis cognitivo y a la explicación procesal de la conducta. En la población normal, aunque existan diferencias en los recursos procesales individuales, las funciones que se construyen son muy semejantes y, habitualmente, sólo discrepan en la rapidez o fiabilidad (cantidad de errores) de las mismas. Los grupos excepcionales exhiben diferencias cualitativas en sus funciones, aspecto que facilita el aislamiento de los procesos implicados.

 

11.- Como consecuencia de la ambigüedad (antes mencionada) procedente de la disciplina de la Psicología de la Inteligencia, en la cual no se dispone de una definición precisa y consensuada de la misma Inteligencia, no existe tampoco unanimidad en lo que afecta a la definición de superdotación y/o talento. En términos generales cuáles son las consideraciones a tener en cuenta respecto a ambos conceptos?

En primer lugar, quizás el consenso no sea el parámetro de validez más apto para cuestiones de tipo científico. La congruencia teórica y la confirmación empírica constituyen los criterios adecuados. Igualmente, el hecho de que un material o planteamiento esté publicado no le otorga mayor validez.

Evidentemente, intentar plantear una Psicología de la Superdotación y el Talento que sea ajena a la Psicología de la Inteligencia sería caer en uno de los errores de validez teórica más típicos. No es posible que la inteligencia, abordada en términos generales, funcione de forma distinta a la inteligencia abordada en el contexto de la superdotación, del talento o, en el otro extremo, de la infradotación. Éste es un aspecto muy importante, dado que, por ejemplo, la mayoría de las definiciones actuales dentro de la excepcionalidad utilizan el CI como parámetro principal, mientras las teorías actuales de la inteligencia tienden a ser muy críticas (si no despreciativas) con este índice.

Desde un marco cognitivo, mayor inteligencia significa más recursos -procesos, funciones- cognitivos, mayor capacidad de procesar -manipular, transformar- información. La noción de inteligencia única tiene muy leves ecos en los autores actuales, razón por la cual superdotación y talento no pueden ser sinónimos. Aunando ambos conceptos, superdotación -en el sentido de inteligencia en general- significa muchos recursos procesales de todo tipo, es decir, una variedad de procesos suficiente para afrontar cualquier tipo de función intelectual. Talento, en cambio, presenta connotaciones de especificidad y resulta equivalente a muchos procesos pertinentes para un determinado campo o categoría de funciones. En ambos casos, el resultado es alta capacidad para procesar información, sea en cualquier ámbito o en ámbitos específicos.

 

12.- Es obvio, que a niños superdotados y/o talentosos se les deba "obligar", dentro del sistema educativo, a potenciar al máximo sus capacidades, y una de las principales estrategias de intervención educativa consiste en adelantar al niño uno a más cursos escolares a fin de ubicarlo en un contexto de dificultad suficiente para sus capacidades. Pero con esto no caemos en el error de provocar problemas de tipo emocional y social al niño. Y no es sólo esto, qué pasa con estos niños cuando son adultos?

La principal virtud de la aceleración es su bajo -casi nulo- coste. Por otra parte, cumple la función de eliminar un elemento molesto de un aula y transferirlo a otro contexto. Frecuentemente representa una solución parcial del problema ya que, un tiempo después, vuelve a ser requerida otra aceleración. La posible madurez intelectual -habitualmente referida sólo a la inteligencia vinculada a la capacidad de aprendizaje de estos alumnos- no tiene por qué ir acompañada de madurez emocional, ni mucho menos física. Los dos últimos elementos son mucho más importantes para la adaptación al grupo que no el primero. La consecuencia es la priorización del aprendizaje académico sin una buena socialización y consecuente equilibrio emocional.

De adultos -o de adolescentes o, simplemente, unos años después- estos niños sufren verdaderas situaciones de dificultades de interacción social, de aceptación por el grupo, de autoimagen, con los lógicos síntomas de ansiedad, inseguridad y, a veces, agresividad. Se trata pues de una dudosa inversión para el alumno, quizás mucho más satisfactoria para padres o para el propio Sistema Educativo.

 

13.- Es ético comparar la Inteligencia humana a la de una máquina, cuando estas últimas son incapaces de elegir un número al azar sin la ayuda de una ecuación matemática y unos datos previos y en cambio el hombre sin condición previa es capaz de hacerlo?

Pruebe a pedir un número aleatorio a -digamos- cien personas y observará curiosas coincidencias. Quizás se llegara a una explicación tan determinsta como la que se ha utilizado con el sistema informático. De hecho, estamos realizando una comparición en la cual tenemos diferencias de forma pero no de fondo. En primer lugar, podemos conocer con total precisión tanto el funcionamiento mecánico como el funcional del ordenador y no conocemos ni el funcionamiento cerebral ni las funciones derivadas del mismo en los humanos. Este conocimiento nos da una sensación de mayor determinismo en el primer caso, mientras nos hace suponer otro tipo de funcionamiento (¿azar, voluntad, inspiración, intención ?) en la cognición humana. En cambio ambos sistemas son capaces de procesar símbolos. Probablemente, las virtudes de la maquinaria artificial (la rapidez y precisión del silicio) encubran un desarrollo de funciones mucho más pobre. Pero estamos hablando de dos disciplinas muy jóvenes. Si me permite la comparación de actualidad, parece que Deep Blue está complicando la vida a Kasparov. Si caemos en la trampa empirista, podemos estar evaluando la inteligencia humana contra la artificial. El resultado empírico de esta competición es indiferente. Otra vez el análisis conceptual puede dar más de sí : ambos sistemas son inteligentes -son capaces de procesar información- aunque con inteligencias distintas, en la medida que usan procesos distintos. A pesar de disponer de procesos distintos, consiguen realizar funciones semejantes y, especialmente, conductas semejantes (como jugar al ajedrez). Si le preguntaran sobre qué es más fruta, una manzana o un melón, ¿podría responder con sensatez ?

 

14.- En la actualidad ya se disponen de máquinas " Inteligentes", que son capaces de aprender, cree usted que llegaran algún día a pensar?

Pensar es un concepto que incluye actividad cognitiva de muy diversa índole y que, de alguna manera, ciertos sistemas artificiales ya están realizando hoy en día. En efecto, cierta forma de pensamiento existe ya en los sistemas de inteligencia artificial actuales. Sigue sorprendiéndonos que no lo hagan exactamente como los humanos, implicando consciencia, voluntad, intención. Pero, por una parte, suelen concretar bastante de estas condiciones (sobretodo de las dos últimas) y, por otra, me resulta ingenuo pensar que la inteligencia es un recurso exclusivamente humano o que sólo puede presentar la forma que exhibe en los seres humanos. Sería equivalente a pensar que sólo pueden existir las formas de vida que están catalogadas y descritas en la actualidad. Aún más: las diferencias de funcionamiento intelectual entre humanos son muy sorprendentes y variadas. Una análisis de las mismas, solamente dentro del grupo normal, mostraría perfiles tan discrepantes que ridiculizarían tipificaciones en términos de razas, clases sociales o culturas.

En los años 60 y principios de los 70 hubo cierta controversia entre psicólogos y especialistas en inteligencia artificial. Siguiendo los postulados empiristas, los psicólogos renunciaban a calificar como inteligente toda conducta que fueran capaces de realizar los ordenadores. La controversia se suspendió cuando cayeron conductas tales como jugar al ajedrez, resolver teoremas, utilizar el lenguaje natural o gestionar (con frecuencia mejor que los expertos) ciertas bases de información. Insisto : la inteligencia está en el proceso, no en la conducta. Y no es exclusiva de humanos ni de sistemas biológicos. Quizás tengamos que buscar nuestra identidad por otros caminos.

 

15.- Los psicólogos Peter Salovey, de la Univesisdad de Yale, John Mayer, de la Universidad de New Hampshire junto a la colaboración del escritor científico Daniel Goleman, han sorprendido a medio mundo con la invención de un nuevo concepto: "Inteligencia Emocional". Qué piensa usted de tal inteligencia?

Hace tiempo que se ha considerado este tipo de inteligencia, en cierta medida vinculada a la inteligencia social y la inteligencia práctica. Por una parte, me alegra que la hayan incluido en las modas de la Psicología, puesto que es un tipo de información tan interesante -cognitivamente hablando- como la verbal o la figurativa. Por otra, me resultan perniciosos un par de aspectos: que recurran al CI emocional (me refiero al concepto de CI ¿por qué no llamarle Australopitecus emocional ?) y que se aborde desde una perspectiva de oposición entre este tipo de inteligencia y la "racional". Tanto la una como la otra constituyen dignísimas formas de información y pueden ser perfectamente procesadas por funciones semejantes o específicas. En todo caso, espero que aporten un poco de luz sobre las interferencias culturales ( casi Aristotélicas) que sufre el campo de la inteligencia.