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Texto íntegro de la
sección "Carta de Situación", de Horacio Sáenz
Guerrero, publicada en el Magazine dominical de "La Vanguardia"
(Barcelona) del 21 de agosto de 1994:
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"MUSICA INSOLITA PARA UN
INSOLITO PROGRESO"
"Hace poco ha
sido registrada en Suiza la patente internacional de un descubrimiento
absolutamente insólito: las fórmulas musicales -hemos dicho
musicales- cuyo desarrollo permite estimular la acción de ciertas
proteínas de interés para la vida vegetal; afectan al crecimiento
y la respiración celulares, e incrementan la generación de
pigmentos cromáticos. Una cuarta proteína tendría
aplicación en la absorción de calcio por el organismo humano. En
la práctica, se asegura el logro de interesantes resultados en
determinados tratamientos que requieren buena absorción orgánica
de calcio, y en la renovación de sistemas industriales para nuevos tintes
textiles. Lo más importante, sin embargo, corresponde a los resultados
registrados en cultivos de tomates: los frutos de las plantaciones
experimentadas son tres veces y media mayores que los ejemplares de control. Con
ser harto importantes, no concluyen ahí los beneficios de los
"abonos musicales", como los llaman, para simplificar, los
agricultores que están efectuando pruebas. Gracias al hallazgo de que
estamos hablando se ha comprobado una apreciable mejoría en el sabor de
los tomates y se ha demostrado la eliminación de una concreta y bien
conocida infección por virus: las fórmulas musicales han inhibido
la producción de enzimas indispensables para la proliferación
vírica."
"Hemos
dedicado consulta y reflexión a la conveniencia o no de incluir entre las
informaciones habituales en nuestras Cartas el descubrimiento al que nos
referimos. La conclusión ha sido positiva por una razón que
juzgamos acertada: las Cartas tratan de muy diversas cuestiones elegidas por su
grado de interés, preferiblemente humano y de calidades inéditas.
El tema de hoy reúne tales características. Nos alegraría
que los lectores aprobaran la decisión."
"Joel
Sternheimer es el nombre del investigador que ya ha empezado a pasar a la
fama, por lo menos a la de los principios curiosos. Francés de
nacimiento, tiene licenciaturas, en la Universidad de Princeton, en
matemáticas superiores y física quántica; también ha
estudiado largos años piano y composición. Su descubrimiento ha
consistido en realizar, mediante sintetizador, trasposiciones musicales de las
vibraciones que se producen a nivel molecular cuando las proteínas
reciben la integración de los aminoácidos que las constituyen. Sus
cálculos, comprobaciones y experimentaciones le han conducido a la
fijación de las notas musicales -un aminoácido cada una- con cuya
composición se "traduce" melódicamente la
proteína. Cada composición dura algo menos de treinta segundos.
Cuando la planta "oye" la aludida música se ha comprobado un
aumento en la producción citológica de proteínas. La
duración de la nota es la del tiempo real en que se forman sucesivamente
los aminoácidos: es decir, unos cuatro aminoácidos por
segundo."
"Tal como
hemos señalado al principio, hasta hoy la patente, que ha sido financiada
significativamente por un poderoso industrial suizo, ha registrado la
melodía de cuatro proteínas. Entre ellas, y lo decimos para
concretar datos de alcance especializado, la del citocromo C. Por cierto, bastan
29 segundos de música para que sea mensurable en laboratorio la
creación del citocromo. El conjunto de las melodías estimuladoras
para una plantación pequeña de tomates se reduce a tres minutos
diarios. Joel Sternheimer es partidario de facilitar a las empresas y personas
interesadas cuantas comprobaciones quieran efectuar. También
facilita partituras de ensayo para cuya ejecución se han preparado
laboratorios adecuados. En este caso advierte que ha de actuarse con
precaución: las personas pueden sentirse afectadas por la música.
Uno de los músicos de los centros de trabajo experimental sufrió
dificultades respiratorias después de haberse interpretado demasiadas
veces las notas correspondientes al citocromo C."
"He
aquí una insospechable vía de progreso. El influjo de la
música en la naturaleza y, por consiguiente, en la vida de los seres
humanos ha sido suficientemente demostrado desde el amansamiento de las fieras
que míticamente se atribuye a la música. En este sentido son
sugestivos los trabajos sobre los influjos de las vibraciones musicales en la
impresión de huellas genéticas. Pero la confirmación
práctica del descubrimiento de Sternheimer permite imaginar horizontes
científicos asombrosos para el 2000."
"HORACIO SAENZ GUERRERO"
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Preguntas:
¿Alguien
sabe qué ha sido de Joel Sternheimer? ¿Ya ha recibido el
Nobel?
¿Es posible
que mis tomates sean sordos?
Un saludo,
Manuel
Borraz
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"El que pregunta pasa por necio [y por
pesado],
el que no pregunta lo es [necio]"
( Proverbio oriental )
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