Desventuras de un
esceptico.
El senyor X contrae el virus del
escepticismo. No hay vuelta atras.
(Como
y por que lo contrae es otra historia, que queda para otro
momento).
Comienza a emplearse a fondo con la
astrologia, con las medicinas alternativas, con los ovnis... Y comienza a
percatarse de cuanta ingenuidad e ignorancia asi como de cuanta impostura e
hipocresia le rodean.
Pero a
medida que el Sr. X reclama más lucidez y a medida que pretende
compartirla con mas personas, surge el primer contratiempo. No solo esta en
minoria, es que se le comienza a recriminar que es raro, complicado,
aguafiestas, sabelotodo...
"Mi horoscopo se ha
cumplido punto por punto, bien lo sabes. Tus estadisticas no me demuestran
nada", le dice uno.
"Me han impuesto las
manos y ahora estoy sano. ?Que mas pruebas quieres?", le pregunta
otro.
"?Venus? ?De verdad puedes creer que toda esa gente se confundio y que
aquello no era mas que el planeta Venus?", le interrogan
algunos.
Lo que para el es evidente, no lo es para toda la
gente de su entorno. La incomprension hace que el Sr. X solo se encuentre a
gusto con otros contrayentes del virus esceptico.
Con el tiempo, el mundillo de los
dobladores de cucharas y las portentosas serpientes lacustres se le queda
pequenyo. Se da cuenta de que esta agarrado a una de las ramas del arbol de la
Religion. Se suelta de una mano. Duda. Termina soltandose de la otra mano
tambien. Y para su sorpresa, no solo no se cae, sino que termina acostumbrandose
al vacio.
Y sin embargo, no todo es exactamente
como antes. Emocionalmente no es lo mismo. A veces, sobre todo en los momentos
dificiles, echa de menos las certidumbres de la fe. Pero no hay vuelta
atras.
Y pasa el tiempo, y el virus ya esta
tan arraigado que el Sr. X aplica su escepticismo a todas las cosas, con exitos
alentadores.
Y como comienza a ser habitual,
comienzan los problemas. Ser esceptico requiere estar muy informado y bien
informado. El Sr. X va en camino de convertirse en una esponja insaciable de
informacion, de buena informacion. Pero para ello tendria que dedicar la mayor
parte de su vida a recolectar, contrastar y digerir información. El no
tiene tanto tiempo. Para empeorar las cosas, a veces, ni siquiera es posible
conseguir informacion. ?Y que decir de la calidad? Le es imposible obtener todos
los datos de primera mano y verificarlo todo personalmente. Mal que le pese, ha
de delegar esas tareas y fiarse de otros, echar mano de resumenes y confiar en
opiniones de autoridades.
La cosa es complicada, reconoce.
Si ya le cuesta a veces sacar algo en claro de asuntos
polemicos del area de las Ciencias experimentales,
?como juzgar adecuadamente los entresijos de los conflictos internacionales de
los que habla la prensa, como abordar de la forma mas pragmatica posible los
asuntos de la politica, como interpretar lo mas objetivamente la evolucion de la
economia, por poner solo unos ejemplos?
A veces hace
trampa. Da por sentado cosas que, sin estar probadas, sabe estan bien vistas en
circulos autoproclamados escepticos. Pero a veces es todavia peor y se conforma
con los topicos mas populares. Por perezoso, por mediocre, por limitado. Por
humano. Ya sabe que ser esceptico cuesta. Hace falta un
esfuerzo constante. Pero una vez contraido el virus no hay vuelta
atras.
Tambien sabe desde hace tiempo que los escepticos son una minoria. Ahora sospecha que quizas no haya ninguno totalmente
autentico...
La verdadera tragedia del Sr. X es
que ya SOLO puede ser esceptico, pero NUNCA llegara a serlo completamente. En
cuanto se descuida y se relaja, en cuanto apoya la cabeza en una almohada de
creencias y la mulle con la mano, comienza a ver como su otra mano ya
está destripando el relleno. Y eso que siempre tendra alguna que otra
almohada bajo la cabeza.
Pero el Sr. X no lo ve como una
tragedia. Así es la vida,
sonrie. Ojala fueramos mas.
Saludos,
Sr. X
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