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Re: [escepticos] RE: **** Ensaladas marcianas, Perrillos Lechales y Sukalki de Felis Catus



Francisco Mercader Rubio escribió:
> 
> [Ernesto]
> > Aprovecho también para preguntar a los colisteros gastronómicos si han
> > probado ya la carne de dinosaurio (perdón, de avestruz. No,
> > Marmi, no es
> > para picarte). ¿A qué sabe el único terópodo de tamaño
> > decente que queda en
> > este mundo?
> 
> [Mercader]
> Tentado por esa manía de ir delante en todo lo que pueda, me gasté el
> sueldo de media semana en un filete de avestruz y, sea por falta de
> instrucciones específicas, sea por mi paladar inexperto, sea porque el
> terópodo en cuestión era, en realidad un auténtico dinosaurio fosilizado
> y todo,  el tal filete se convirtió, al cocinarlo, en una inmunda
> piltrafa correosa con sabor a cordero pasado de fecha, visto lo cual me
> declaré enemigo irreconciliable  de futuros experimentos con bichos
> desconocidos.
> Sin embargo, juro que una experiencia a los quince o dieciseis años con
> un filete de ballena (cuando se vendía en los mercados de Madrid en los
> años cincuenta) me dejó una gratísima impresión. Una carne tierna, con
> una textura exquisita y un leve deje a pescado azul en el sabor, dejó un
> recuerdo que, todavía, no se me ha borrado de la memoria. No suena a
> ecológico pero entiendo a los japoneses y nórdicos que quieren acabar
> con todas las que puedan.
> Saludos.

  Carne de avestruz: Desconocida para mi
  Carne de ballena: Coincido con Mercader: magnifica
  Carne de camello : Manjar de dioses. Y si es de camella joven...Non
plus ultra. La comí en una visita turistica al Sahara español en 1968,
viaje en el cual (excesiva juventud por mi parte, tenia 26 años)
sabiendo que haria calor me lleve "ropa ligera" toda ella a base de
minifaldas... y creo que se enteraron todos los habitantes del
territorio (y parte del extranjero) de mi presencia, por ser la única
mujer que vestia así. Alli no se atrevian a llevar minifalda ni las
putas. De todos modos he de decir que me hicieron sentir peor las
miradas de los militares que las de los saharauis, mucho mas respetuosos
conmigo;  muy bien organizado el viaje por un buen conocedor del
territorio, tuve acceso a casas particulares que me invitaron a comer
sus guisos, y las mujeres saharauis pretendian ademas regalarme medio
ajuar en cada visita: para que no se ofendieran por mi rechazo tenia que
decir que a mi regreso Iberia no me permitiria tanto peso de equipaje.
  Saludos
  Elisenda