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[escepticos] Nuevo Aporte.



Hola Amigos listeros:
Aquí les envío un nuevo aporte. Gracias por su lectura.

3. Forma primitiva de comprender las cosas

Desde los australopithecus hasta el homo sapiens la actividad cerebral y la
producción de pensamientos fue acrecentándose. La observación de los
fenómenos naturales como la lluvia, el viento, los relámpagos debe haber
inspirado pensamientos de temor. Un rayo partiendo un árbol, produciendo
fuego e incendiando matorrales debería aterrorizar a los primitivos hombres.
La furia desencadenada de los elementos, la contemplación de un cielo
estrellado, la magnificencia del sol al amanecer y al atardecer son hechos
que deben haber conmocionado a nuestros lejanos ancestros.
Intentar explicar lo que se observa es tarea casi inmediata. Si básicamente
pensar es relacionar, lo siguiente es explicar lo que se ve, lo que se
observa. Los primeros intentos de explicación aun antes del desarrollo del
lenguaje deben haber estado sustentados en el miedo. El primitivo estaba
sujeto a permanentes peligros; sus reflejos instintivos eran hacia la acción
más que al pensar. Actuaba rápidamente huyendo, atacando o agrupándose con
sus semejantes. El accionar permanente le impedía producir pensamientos
articulados y complejos. Debía dar respuestas rápidas a las amenazas y
acechanzas de sus enemigos constantes: la naturaleza hostil, los otros
animales y sobre todo los más depredadores. Los primeros pensamientos fueron
una estrategia de defensa pero casi simultáneamente la curiosidad pudo más
que el miedo y comenzó a indagar sobre el mundo que le rodeaba.
El primer contacto con el fuego gravitó en la formación de la idea de poder
lo mismo que el uso de las armas. Paulatinamente al ir tomando conciencia de
que las armas lograban alejar a sus enemigos y que por medio del fuego
obtenía calor y asustaba a sus depredadores, fue adquiriendo la noción de su
dominio. Este proceso de darse cuenta del control que iba teniendo sobre
objetos como las armas y el fuego debe haber sido extremadamente lento y
paulatino. Al principio inseguro de sus actos y luego cada vez más preciso y
efectivo; esto requiere experimentación constante, de allí la enorme
trascendencia de las manos.
Manos y cerebro. La dupla del poder sobre el medio ambiente; millones de
años para comprender su relación mutua.
Las percepciones, la observación y la manipulación de objetos incentivaron
al hombre primitivo a actuar cada vez con mayor precisión. La primera piedra
arrojada probablemente no hubiese dado en el blanco pero con la
experimentación afinó su puntería. Algunos dirán que esto es un supuesto
elemental pero es necesario recalcar que el aprendizaje fue extremadamente
lento. La comprensión del hombre primitivo no puede compararse con la
actual. Me estoy refiriendo ya al homo sapiens primitivo (ni que decir de
los ancestros: australopithecus, homo erectus, homo hábilis, etc.). La
información almacenada en su cerebro se debía fundamentalmente a sus propias
percepciones. La cultura era elemental y la trasmisión de datos se hacía
oralmente de padres a hijos. Antes del invento de la escritura el universo
de conocimientos tenía una base estrictamente funcional y aplicada a lo
inmediato: sobrevivir.
Adviértase una gran paradoja: en el mundo actual todavía hay seres humanos
en las mismas condiciones...
Cuando lo prioritario es sobrevivir, no queda espacio para pensamientos más
desarrollados.
Destaco esto sobremanera. El auge actual del pensamiento mágico es la
evidencia de una gran parálisis de nuestra cultura. No hay un correlato
entre el avance científico-tecnológico y el pensamiento de la mayoría de la
población humana. Alguien podría argüir que también en medios sociales que
superaron la etapa de la sobrevivencia y gozan de abundancia de bienes sin
embargo participan en gran escala del referido pensamiento mágico. Lo cual
significaría que la forma de pensar mágica y primitiva tiene adeptos en
todos los niveles por otras causas además de la pobreza. Las necesidades
materiales enrarecen la percepción del mundo que nos rodea pero el lujo
también obnubila pues conduce, en la mayoría de los casos, al aburrimiento.
El tedio es la principal causal de conductas dañinas (para otros y para sí
mismos); lo podemos observar actualmente en los jóvenes.


4. La pseudo-explicación mágica
Los seres humanos actuamos primordialmente por la actividad de la corteza
cerebral, sin embargo el resto de la estructura cerebral, lo que hoy
llamaríamos el sistema límbico y el complejo reptílico, se interrelaciona
con la corteza o neocórtex y sus dos hemisferios produciendo hormonas entre
otras funciones. En el hemisferio derecho estarían radicadas las emociones
junto con el sistema límbico subcortical donde en las glándulas pituitaria,
amígdala, tálamo, hipotálamo y el hipocampo estarían las más intensamente
vívidas. La amígdala, que tiene forma de almendra, opera en la génesis de
los impulsos agresivos y también en los sentimientos de temor. Los procesos
racionales son muy complejos interviniendo principalmente los dos
hemisferios de la corteza cerebral en cambio en las emociones, en especial
las más vívidas, desempeñan una importante tarea las glándulas del sistema
límbico.
El hombre primitivo actuaba movido en gran parte por esas vívidas emociones
generadas en el sistema límbico y como mencioné antes los impulsos agresivos
están asociados a los sentimientos de temor. Ante el miedo, ataca. Miedo y
agresión van indisolublemente asociados.
El conocimiento de cómo funcionan las cosas y cómo es el universo de los
objetos ayuda a superar los miedos tendiendo a disminuir la agresividad.
El miedo producido ante los fenómenos naturales fue creando un pensamiento
mágico. Una característica de éste es la inmediatez de la solución.
El primer intento de explicación de los fenómenos naturales, que producían
miedo, fue de índole mágica y en donde se confunden sentimientos de temor,
agresión, rapidez en la respuesta, escasa acción del hemisferio izquierdo de
la corteza y por el contrario activa participación del hemisferio derecho.
Por ejemplo un eclipse total de sol causaría un terror inimaginable; lo
mismo podría decirse de un gran cometa que apareciese en las noches
estrelladas de los hombres primitivos. Hoy sabemos que un eclipse es la
ocultación transitoria, por ejemplo del Sol, total o parcial y es debida a
la interposición de la Luna. Para un hombre primitivo el Sol era algo
incomprensible pues sólo percibía su luz y su calor; probablemente fue
generando un sentimiento de reverencia hasta culminar en la veneración. Ante
su ocultamiento en un eclipse (observaba un disco negro tapándolo y la falta
de luz) generaría un sentimiento de desprotección similar al que siente un
niño abandonado. La experiencia de ver repetir los días y las noches mitiga
su angustia nocturna; sabe que luego aparecerá el Sol; su sol adorado.
El culto del Sol fue probablemente uno de los primeros en manifestarse.
Sabemos con certeza de los antiguos egipcios que adoraban a Ra pero mucho
antes hay constancias de cultos solares.
El sentimiento de temor inspira la búsqueda de protección. El hombre
primitivo buscaba cobijo al abandonarlo el Sol por las noches y ante el
ataque de depredadores. Los animales más fuertes que él también eran
reverenciados; paulatinamente fue asociando los pensamientos de temor,
abandono, protección y veneración o respeto. Comprender el modo de pensar
primitivo es ubicarse en un mundo más hostil que el actual, al menos en lo
que a los elementos de la naturaleza se refiere; no obstante si observamos
un turbulento huracán que se desatare sobre una población desprevenida,
quizá veamos un pánico parecido pero no igual. La gente ya sabe lo qué es un
huracán, cómo se genera y cómo pasa. Luego de la tormenta (con destrozos
incluídos) sobreviene la calma y la reconstrucción. Para el hombre primitivo
cada tormenta era un final. El terror producido por el desconocimiento es
abismal. Sólo le quedaba el recurso de buscar protección. Lentamente fue
generando un pensamiento mágico de ayuda...
Los sentimientos y las emociones son una forma elemental de pensamiento;
generalmente son motivadas por percepciones y éstas tienen una íntima
relación con la intuición. Solemos percibir con los sentidos, estos datos se
almacenan en el sistema neuronal y la intuición constituye la facultad de
asociar datos sin una intervención de la voluntad; simplemente pensamos algo
que nos vino a la conciencia repentinamente sin una acción volitiva. Mucha
gente las denomina "corazonadas" y lo pongo entre comillas pues el corazón
ahora sabemos que es un músculo que bombea la sangre, no tiene la capacidad
ni de sentir ni de pensar. La expresión tan común: "te quiero con todo el
corazón" es un resabio del pensamiento mágico. Nuestra total integridad como
personas está radicada en el cerebro con él pensamos y actuamos. El producto
de la acción cerebral (el conjunto de los dos hemisferios, del sistema
límbico y del complejo reptílico) es el pensamiento con todos sus matices:
consciente, inconsciente, sentimientos, emociones, abstracciones, análisis,
comparaciones, explicaciones, sistemas, teorías, dogmas, axiomas, etc.; en
suma todo lo producido por el ser humano deriva de los pensamientos. De allí
la enorme importancia que tiene comprender cómo se generan.
Ya mencioné antes que el meollo de toda la cuestión se halla en la
imaginación siendo ésta una facultad radicada en el hemisferio derecho de la
corteza cerebral. Formamos la imagen de algo en nuestras neuronas; esta
imagen suele sobrevenir en seres donde es mayor la actividad del hemisferio
derecho. Obviamente también es un pensamiento. Suele estar relacionada con
la intuición y las percepciones. La cantidad de información que contiene
nuestro cerebro ya dije que es enorme y muchas veces sucede que los datos se
cruzan sin una intención. Simplemente surge una representación de algo.
Imaginamos algo. Esta actividad espontánea tiene una importancia fundamental
que no ha sido suficientemente destacada.
Llamo idea a una imagen que del objeto percibido queda en el cerebro pero
también puede haber ideas no de objetos sino de abstracciones, vale decir la
consideración por separado de las cualidades del objeto. Las abstracciones
parten de un objeto y aquí comienza a actuar el hemisferio izquierdo. Aun
los mayores conceptos abstractos surgen de un objeto, siendo la percepción
originaria del mismo efectuada en el hemisferio derecho. El derecho percibe,
el izquierdo abstrae. El hombre primitivo ¿producía abstracciones? o
simplemente percibía. Probablemente acumulaba información con mecanismos
imaginativos derivados de la simple observación del mundo de los objetos.
Sólo a través de una paulatina y lenta experiencia fue adquiriendo la
facultad de abstraer, originando los pensamientos más complejos por
asociaciones sucesivas. Viendo el día imaginaba que luego de la noche (que
tanto terror le producía) sobrevendría un nuevo día. Un resabio de esto es
el temor de los niños a la oscuridad. La información ancestral todavía
perdura en nuestros cerebros; el pensamiento mágico (típico del primitivo)
también subsiste y se manifiesta a través de las creencias.
La mayoría de las personas dicen en su lenguaje común: "creo que"; son
pocos los que manifiestan: "pienso que", "considero que", "evalúo que". En
la vida cotidiana contemporánea sigue vigente un mecanismo de actuación
propio de los hombres primitivos. Creer, tener una cosa por cierta, sin
evaluar si ello es correcto genera el artificio de las creencias, es decir
el firme asentimiento y conformidad con algo sin comprobarlo. Se cree en
personas (que sean honestas y capaces por ejemplo); en la vida política esto
se manifiesta de manera evidente. Con simples datos de percepción, aun
marginales y hasta con imaginación, se cree en la capacidad (no puesta a
prueba) de un candidato. Una simple sonrisa puede publicitar toda una
campaña. Y aseguro que esto es un dato de la realidad, no una fantasía de mi
imaginación; basta con ver los retratos de los candidatos en las campañas
electorales de casi todos los países del planeta. La vida política está
plagada de creencia. En otro capítulo analizaré la íntima relación entre
religión y política; los comportamientos son similares pues básicamente
están asentados en el mecanismo de la creencia.
Si admitimos que la génesis de la conducta del hombre primitivo radica en
el miedo y como respuesta el aumento de la agresividad, vemos que entender a
los niños ayudaría a superar este esquema aún vigente. Un niño se angustia
ante la idea del abandono por parte de los padres; lo asusta la oscuridad;
no obtiene las cosas y llora; su nivel de información es menor que el de un
adulto; su experimentación es escasa y sin embargo los adultos lo reprenden
y hasta le pegan. El centaurino declara: el acto humano más atroz y malvado
es, precisamente, dar golpes a un niño, violentarlo de cualquier forma. En
la sociedad actual es común el maltrato a los niños; la violencia familiar
tiene ribetes de enfermedad social. El centaurino considera (no cree) que
sus causas son la subsistencia de un pensamiento mágico que impide el
desarrollo de su antípoda: el pensamiento crítico. Si los adultos
comprendieran a los niños jamás los maltratarían. Ayudarlos a crecer y a
madurar a través de la comunicación (gestual, verbal o gráfica). Para lograr
esto es imprescindible el cambio de pensamiento. Se fomenta el miedo en los
niños, asustándolos en lugar de incentivar su natural curiosidad. Todos los
mitos de represión usados contra ellos han sido la causal de enormes
desdichas para la humanidad.
¿Por qué mi asociación de ideas entre los hombres primitivos y los niños?
¿Por qué planteo como en una ensalada rusa o colcha de retazos estas
cuestiones? Precisamente mi metodología de exposición la denomino así:
colcha de retazos o ensalada rusa. Consiste en ver el árbol y el bosque pero
todo al mismo tiempo; esto permite la agilización en la comprensión de la
información volcada. Manejar información científica pero comparando
permanentemente los datos entre sí. Saltar de un archivo a otro
aparentemente inconexo, como en un juego. Supongo que lo hace más divertido
y fácil de asimilar; lo imaginé viendo a los niños jugar (y crear) frente a
una computadora. Ellos aprenden mucho más rápido pues tienen menos
información, usan más que los adultos el pensamiento crítico y tienen más
curiosidad; de allí sus constantes preguntas que tanto apabullan a algunos
[¡a muchos!, añade el centaurino] adultos. Además los niños no son aún
hipócritas, no actúan, son más auténticos. El centaurino y yo queremos a los
niños, ¿se advierte?
Con la experimentación (recuerdo lo importante del uso de las manos) el
hombre primitivo fue adquiriendo conocimiento. Saber cómo funcionan las
cosas y repetir las experiencias; entender las relaciones y crear o inventar
herramientas para lograr más y mejores cosas. Pero seguían sus miedos.
¿Comprendía el hombre la muerte? ¿Qué pensaba ante el cuerpo sin vida de
algún compañero? Al matar a sus presas para alimentarse ¿asociaba ambos
acontecimientos?
Es muy probable, dado el nivel de su información, que tuviese poca memoria
y los hechos rápidamente pasaran al olvido. El recuerdo es la permanencia de
una imagen de cosas, personas o hechos sucedidos con anterioridad y
archivados en las conexiones neuronales; la característica es la
recuperación a nivel consciente por un acto de la voluntad. Cuando no puede
recuperarse volitivamente quizá se halle almacenado pero fuera de la memoria
inmediata; algún acontecimiento o información conexa puede ayudar a su
recupero. Este mecanismo suponemos que en el primitivo no estaba
desarrollado; algo similar a lo que sucede con los niños: ¿quién recuerda
sucesos de los primeros tres o cuatro años de vida? La información está pero
difícil es su recuperación, con un acto de la voluntad sólo no basta; en
psiquiatría y con sustancias químicas se logra producir la rememoración del
evento.
En el hombre primitivo los peligros incesantes lo sometían a un estrés
permanente que impedía la rememoración. Se sabe (por los restos fósiles) que
el promedio de vida era escaso; difícilmente superase los veinte años.
El homo ya sapiens fue organizándose en grupos y con tareas específicas;
allí comienza la estructuración social que fue generando un mejor control
sobre las cosas cotidianas; pero también se inicia la pérdida de su
libertad. Al delegar en otros se establece de manera consciente la
jerarquía. Antes el predominio se manifestaba en forma transitoria. Al
organizarse en grupos mayores se acuerda y se acepta de manera más
permanente a un jefe de la horda.
Conviene destacar que el lenguaje era muy escaso y los gestos abundantes.
La comunicación gestual precedió a toda manifestación oral y subsistió y
subsiste de manera notable. En la vida moderna se suele acompañar con gestos
de las manos un relato y el énfasis con que se expresan algunos nos
retrotrae a ése pasado lejano. Algunos consideran un resabio primitivo la
abundancia en los gestos y lo asocian con los grandes neuróticos del siglo
XX. El uso de un lenguaje claro, adecuado, conciso, quizá nos ayude a
disminuir el nivel de agresividad. Cuando las palabras no alcanzan se
levantan los puños. Recuerdo la gran gesticulación de Hitler y de otros
dictadores. El gesto amenazante es muy usado por algunas especies de
primates. Los gorilas se golpean el pecho (que les retumba como un tambor)
en señal de autoridad y exigencia de sumisión. En los grupos de gorilas
tanto el macho dominante como el resto tienen una importante cantidad de
ritos gestuales pero claro...ellos no hablan. El hombre primitivo también
tendría una enorme variedad de gestos y éstos son un elemento fundamental en
el origen de los ritos.
Los ritos o ceremonias son otro resabio de nuestros ancestros y
probablemente están asociados a un deseo de obtención de cosas. El
pensamiento mágico se exterioriza entonces con abundancia de gestos, ritos y
ceremonias que pretenden inducir el hecho extraordinario o mágico que
desean. Cumplimentar los deseos a través de una ceremonia. Las reglas
precisas de todo ritual nos dan la pista del mecanismo usado por los
cerebros de quienes las practican.
Miedos, agresividad, deseos, imaginación, memoria, gestos, ritos, reglas,
autoridad, primitivo, niños, sociedad enferma en el siglo XX; precisos
conceptos que van marcando el pensamiento mágico.
Al delegar pierde libertad pero ¿es imprescindible delegar? Se admite que
al organizarse socialmente es necesario el predominio de algunos sobre el
resto. El argumento es fijar reglas para la convivencia. ¿Quién las fija? Se
dice que esto crea la necesidad de una autoridad que lo haga. La horda
necesitó a un jefe para establecer las reglas y hacerlas cumplir. Sin
embargo el centaurino plantea otra hipótesis que explicaría muchos
comportamientos humanos del pasado y de la actualidad.
La importancia de los deseos y de la imaginación fue señalada varias veces
y aquí es donde se manifiesta en toda su intensidad. Desde los prehomínidos
hasta el homo sapiens primitivo la información que pululaba por sus
incipientes cerebros es altamente probable que fuera de naturaleza
perceptiva y escasamente analítica. Observaban el medio ambiente y tratando
de sobrevivir actuaban casi por programación genética. Sus pensamientos eran
consecuencia directa de observaciones inmediatas; muy poco recuerdo y las
experiencias casi ni se trasmitían sólo las vivencias individuales los
movían a actuar. En este contexto la necesidad de obtener presas para
alimentarse (en los homínidos carnívoros o omnívoros) los obligó a
comunicarse; al principio por gestos y luego desarrollando un lenguaje. En
los hervíboros (comedores de frutas o raíces) probablemente la necesidad de
comunicación era bastante menor y quizá fueran exterminados por sus
congéneres omnívoros.
Las distintas variedades de australopithecus comenzarían con el afarensis y
el anamensis y luego se abrirían dos ramas: la primera rama con el
africanus, el robustus y el boisei se extinguió hace aproximadamente un
millón de años, mientras que la segunda rama evolucionó hacia el género
homo. El homo habilis sería el primer homo y su descendiente lineal es el
homo erectus que se extendió ampliamente encontrándose fósiles en Europa,
Africa, China y Java. Finalmente el homo sapiens comenzó a emerger del homo
erectus en varias partes del planeta hace unos trescientos mil años. Durante
un lapso de ciento cincuenta mil años prosperó una variedad denominada
hombre de neanderthal que se extinguió según algunos por competencia con el
sapiens y según otros por debilidades genéticas o taras. Ya sea los
australopithecus o los homo (en éstos en mayor medida) la percepción del
mundo que les rodeaba era mucho mayor que en el resto de los animales. El
ser bípedos y por ende la liberación de las manos les facilitó el uso de
piedras y ramas o huesos; la herramienta indica un comienzo de pensamiento
asociativo. Los problemas que se les presentaban requerían respuestas
rápidas y concretas pero en el uso de las herramientas se revela un mayor
detenimiento: ya piensan, relacionan cosas.
La respuesta rápida exige imaginación. El desarrollo de la imaginación fue
haciéndose cada vez mayor y tomó el lugar de la observación. Observar es
examinar con atención; percibir es la simple captación de los objetos a
través de los sentidos; imaginar es formar la imagen de algo en el cerebro.
Una triste realidad es que los homínidos tendemos a dar respuestas aun
cuando no se tengan los medios de alcanzar las respuestas correctas. El
reemplazo en gran medida de la observación por la imaginación tuvo la
consecuencia de dar ésas respuestas incorrectas. Si bien la observación del
primitivo es muy rudimentaria, casi una percepción, le sirvió para
comprender la manera de sobrevivir. En cambio al utilizar la imaginación
para explicar las cosas en rigor sería una pseudo-explicación. En otro
capítulo examinaré esto como el surgimiento de la filosofía, es decir la
pseudo-explicación imaginaria.


--->De la obra: "Estertores de una cultura" del doctor Héctor Carlos
Reis<---


Héctor Carlos Reis
aureliaf en infovia.com.ar
http://www.cerebroplus.com.ar